Cuento
Meghan Markle fue acusada de plagio por su libro infantil
“Leyendo la descripción y el avance del nuevo libro de la Duquesa veo que no es la misma historia o el mismo tema”, explicó Corrinne Averiss
El Mago de la Niebla: Los mojanes del Páramo
Eran ofrendas de los mojanes a los antiguos dioses, dueños de esas montañas, de quienes conocía poco y lo que sabía lo conocía por una sarta de historias sobre ellos contadas alrededor de los fogones.
El Mago de la Niebla: La epifanía de Vicenta Sánchez
Desde pequeña supo sacarle provecho a todas las circunstancias al transformar cualquier revés en una vía de poner a prueba su fe.
El Mago de la Niebla: La cofradía del sagrado corazón de Jesús
Una de las últimas veces que conversamos sobre el Hombre del Tisure, el nono Daniel habló de la Sociedad del Corazón de Jesús, fundada por el cura de San Rafael de Mucuchíes José Paredes, en esa cofradía se conocieron.
Eduardo Planchart Licea trae “El Mago de la Niebla” a PRIMICIA
El escritor publicará cada domingo un fragmento de la biografía novelada de Juan Félix Sánchez, “el Gigante del Tisure”.
Hacedor de Santos: Eduardo de los Vientos
A orillas de esta laguna en el Páramo Mariño, hogar de gnomos y demonios, he vivido desde 1958, tras paramear de laguna en laguna, de chorrerón en chorrerón.
Hacedor de Santos: El secreto de los kogi
Al regresar no aguantaba las ganas de decirle al fraile, con detalles todo lo que nos había ocurrido en la búsqueda de la milagrosa yerba dragón, pues apenas habíamos podido conversar.
Hacedor de Santos: La forja de la lanza de San Miguel
Su forja parece una cueva, no deja entrar rayos de luz, la poca iluminación brota de la incandescencia del carbón y de las chispas que desprenden los golpes de su mazo de acero para adelgazar las barras del preciado metal.
Hacedor de Santos: San Miguel, matador de dragones
Al entrar al laboratorio estabas cerca del fogón, sentado pintando de rojo hiedra, la sangre que manaba de la herida de un babeante dragón que yacía a los pies de San Miguel.
Hacedor de Santos: El adiós de un aventurero
No podíamos comprender cómo aquel hombre que vivió para superar cada día nuevos retos, se encontraba encadenado a una cama, no había medicina ni narcótico que calmara su dolor, tuvo pocos momentos de sosiego.
Hacedor de santos: Las apariciones de la virgen
La soledad es necesaria para poder oírnos, y tú serás un amante de ella, la última vez que leía las estrellas y el oráculo para saber algo de tu futuro, te vi en un solitario páramo.
Relatos de la Justicia: Indígenas ancestrales
“Doctor al parecer esto se prolongará por días, no creemos que se vaya a levantar la protesta ni hoy ni mañana”.
Hacedor de Santos: La yerba dragón
Como novicio que era sólo veía y callaba, pasaba la mayor parte del tiempo machacando yerbas sobre morteros.
Hacedor de Santos: Las Tentaciones de San Antonio
Trataron de intervenir en sus diálogos, para evitar tanta algarabía en los días santos, pero a pesar de todos sus esfuerzos no pudieron contra ese clima de festividad que rodeaba sus incursiones.
Hacedor de Santos: Gnomos y vendedor de milagros
– Esta bien que te preocupes por tu padre, pero sabes que él sabe cuidarse, ¡mejor sería que dejaras de preocuparte tanto por él!
Hacedor de Santos: El vendedor de milagros
Fray Bernardo apenas pudo controlarse del acceso de ira, lo evito al recordarle al santero, que parecía un penitente cubierto de un tosco sayal, y no un pícaro vendedor de milagros.
La fama de Pedrito Roncha Seca (Anecdocuento)
Dicen que quedó patas arriba como el caimán del tío Simón, pero feliz de haberse lucido nuevamente con otra de las que él se anotaba como grandes hazañas.
Hacedor de Santos: Tallando a San Lázaro
Mi padre mandó llamar a Fray Bernardo Müller, al encontrarse se abrazaron y se retiraron para hablar a solas, un buen rato, antes de ir con el Superior, para que me aceptara en el convento.
Hacedor de Santos: Tengo la comida en los pies
Llegaron los agustinos acompañados de un chaparrón, los lugareños adornaron la capilla y la escuela curial con flores y velas de cera virgen.
Hacedor de Santos: Entre sueños y destinos
Estaba sentado en la penumbra sosteniendo un pocillo, concentrado en la inquieta danza de las llamas al devorar la leña.