¿Y si Cambio? Gestionar el estrés y la ansiedad con Mindfulness
La dinámica de vida actual está llena de acontecimientos que se van desarrollando con una velocidad vertiginosa, donde el cumplimiento de compromisos personales, laborales, familiares, profesionales y muy especialmente los económicos van dejando una estela de estrés, caracterizado por el agotamiento, la irritabilidad, insomnio, ansiedad y/o depresión, estados que necesitan gestionarse para prevenir el colapso emocional, mental y físico.
La psicología, a través de las Terapias Cognitivas Conductuales de Tercera Generación, ofrece un conjunto de alternativas de carácter humanista y existencial, que involucran no sólo el pensamiento y la conducta, sino que además se toman en cuenta el contexto de la persona, sus valores, su ética, estilo de vida y todo aquello que le afecta directa o indirectamente, con el fin de lograr reorientación y bienestar en la vida.
Entre estas opciones terapéuticas que ofrece el conjunto de Terapias Cognitivas Conductuales de Tercera Generación, se encuentra el Mindfulness, el cual incluye practicas meditativas que persiguen desarrollar un mayor nivel de atención, conciencia o presencia plena, a través de métodos sencillos, breves y fáciles de aprender y aplicar, tanto individual como grupalmente e implica, entre otras cosas:
· Evitar la divagación propia de la mente no entrenada, que se pasea entre el pasado y el futuro.
· Concentración y enfoque intencional en la tarea que se ejecuta, sin que intervenga el juicio, apego o rechazo de los pensamientos.
· Reducir la tendencia de divagar sobre el futuro o el pasado.
· Apagar el piloto automático y accionar la conciencia plena.
Quien practica Mindfulness logra desarrollar una forma especial de atención y la habilidad de vivir en el aquí y el ahora, lo cual repercutirá en la reducción de estados de estrés, ansiedad y depresión.
Desengánchate de las preocupaciones meditando
Muchas veces buscamos fórmulas mágicas para estar y vivir en paz, sin embargo, esto es un proceso que se va desarrollando paso a paso, se construye de manera consciente y deliberada, accionando en pro del bienestar interior.
Pareciera que desengancharse de las preocupaciones, pensamientos negativos y hábitos nocivos, que son tan dañinos para la salud mental y emocional de las personas, es una misión imposible, pero no es verdad. Se requiere, entre otras cosas, decidir un cambio trascendental en la forma de experimentar la vida y la percepción que se tiene de la paz interior, la cual no es una utopía, es un estado de plenitud que se logra a conciencia, resolviendo dilemas existenciales, trastornos o traumas que posiblemente existan y valorando las experiencias con sus respectivos aprendizajes.
No es necesario colapsar mentalmente para buscar soluciones y sanar con la práctica de técnicas estudiadas y analizadas científicamente, como el Mindfulness y su variedad de modelos meditativos.
Entre los tipos de meditación que ayudan a concientizar el desenganche y desapego de las preocupaciones, el estrés y la ansiedad se encuentran la meditación pasiva y la meditación activa.
La Meditación Pasiva, es aquella que se desarrolla a través de la focalización y concentración relajada y silenciosa en la atención plena, en una posición específica y en un lugar tranquilo, observando el pensamiento sin involucrarse en él, solo permitiéndolo y sin emitir respuesta. Este procedimiento no se hace sencillo para muchas personas, por lo que la Meditación Activa surge como una alternativa posible para lograr estados de plenitud y calma interior, a través del movimiento.
El origen de la Meditación Activa es atribuido al hindú Bhagwan Shree Rajneesh, Osho (1931-1990) y comprende un conjunto de técnicas de movimientos, respiraciones y sonidos, que permiten desarrollar la conciencia del momento presente. Suele desarrollarse de manera rápida, intensa y profunda, se puede practicar en cualquier lugar, no requiere de una posición especifica ni trata de controlar la mente.
Por la diversidad de actividades dinámicas que la conforman, es absolutamente recomendada para aquellas personas que se les dificulta entrar en el silencio interior y mantener callados los pensamientos.
En ambas la concentración en la respiración consciente es fundamental.
Suelta la imaginación y la creatividad
El principal objetivo que se busca a través de la meditación activa o pasiva, es el logro de bienestar mental, emocional y espiritual y con ello el alcance de mejores relaciones interpersonales, mayor concentración en lo que se hace, desarrollar más la creatividad para encontrar soluciones a los diversos desafíos de la vida, fortalecer la función cognitiva para una efectiva toma de decisiones, mejorar el estado de ánimo, aumentar la energía, ser más alegres, felices, plenos y llenos de bienestar y salud mental.
Si eres de las personas que le es muy difícil mantenerse en silencio y tranquilo, meditar activamente es tu opción. No te limites, suelta tu imaginación y decídete a buscar ayuda profesional y orientación para desarrollar, conscientemente, actividades meditativas como:
· Dibujar y/o pintar mandalas.
· Caminar
· Danzar
· Nadar
· Cantar
· Tocar un instrumento
· Aprender mantras
· Ejercitarse con Yoga, Pilates o Taichi.
· Practicar la jardinería, la cocina, la repostería o manualidades como coser o tejer.
Tenemos derecho a una vida llena de bienestar, equilibrio emocional, salud mental y paz espiritual. No hay límites. Los recursos estás disponibles, accedamos a ellos.
@Yamilet Pinto
Psicóloga y Coach de vida
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