Apología a un domplín callaoense
Historias de mi pueblo El Callao
“Soy una cuentacuentos de mi pueblo El Callao”
“Un árbol sin raíces, la tormenta hace leña de él”
Apología a un domplín callaoense
Si alguna persona le pregunta a un callaoense, que es lo que más le gusta comer, sin pensarlo mucho te va a responder: “Un Domplín bañado en mantequilla, con mucho queso blanco rallado, o relleno con curry de pollo o chivo, carne mechada o el guiso favorito de la abuela”.
¿Y que es un Domplín? Es ese pedazo glorioso de masa de harina de trigo, dulce con un toque salado, frito en mucha manteca o aceite, puede ser también sobado y horneado, con un aroma tan espectacular, que quienes lo conocemos lo amamos, para los callaoense combina con todo.
Domplín, proviene del nombre original “Dumpling” una de esa inmensa cantidad de palabras del inglés y el francés que se deformaron con el tiempo. Los “Dumplings” son originarios de la Gastronomía Inglesa e Irlandesa, son masas de harina que preparan en un “Stew”, guiso o sopa, comúnmente salados con un toque dulce, siendo el más famosos el “Chicken and Dumplings”, un guiso de pollo con masas de harina de trigo cocinadas en su salsa, también se encuentran estas masas o pan frito que llaman “Journey Cakes o Fried Dumplings”.
En ese viajar de tradiciones a las Islas del Caribe en toda su extensión, muchas de estas pertenecientes al Imperio Británico, llegaron con sus nuevos moradores los “Dumplings”, en la actualidad se consiguen diferentes versiones de este platillo tanto en las Antillas mayores como en las menores.
En Venezuela, el “Dumpling” fue traído a El Callao y adaptado por las “Madamas” venidas de las Antillas Menores durante el desarrollo minero de la zona entre 1856 y 1875 convirtiéndose en el “Domplín Callaoense”
Sobre la preparación y orígenes de este platillo debemos referirnos a investigaciones más profundas realizadas por los Hermanos Torrealba quienes han plasmado la información dejada por Mamita Torrealba en un Libro de Gastronomía Callaoense y la Prof. Frayma Orsini, Cronista del Municipio El Callao, quien ha realizado una investigación seria y nos puede dar cátedra sobre este tema tan importante que forma parte de las tradiciones de nuestro pueblo, también existen otras personas e Instituciones que han escrito sobre este tema.
Voy a hacer referencia a algo más ligero. Para un comparsero, turista o nativo de El Callao, era casi obligatorio al culminar el Yuvé, caminar desde las sedes de sus comparsas hasta el Mercado de El Callao, ubicado estratégicamente en el centro del pueblo, ese era el sitio de encuentro de turistas y nativos.
Era un deber del que nos sentíamos orgullosos, llevar a los amigos que visitaban por primera vez al acto casi sagrado de degustar un delicioso Domplín.
Apurábamos el paso, con los instrumentos colgados de los hombros, los comentarios de rigor “Dale rápido que por ahí debe venir Henri”, “Si se me aparece Chichi disfrazado de Medio Pinto me muero del susto”, “Los Perros (Luis y Arturo García) esos no perdonan a nadie”, “Camina por lo más oscuro, es que Chagüi Campero es terrible y anda con Los Perros”.
Te cruzabas con los amigos y de seguro te advertían, “Dale rápido que Chichi está en la esquina y Los Perros van bajando por el Cerro El Molino”. La adrenalina subía a su máximo nivel, hasta que llegábamos a puerto seguro: el Mercado.
Allí, nos encontrábamos con otra dinámica, las hortalizas frescas, las verduras, los carniceros, todos preparando su mercancía para el día, al subir las escaleras, nos encontrábamos con la popular “Zoa”, con su amplia sonrisa y rigurosamente a Doña Carmen y su famosa ¨Fritanga¨.
“Cómo les fue muchachos” y comenzaba la tertulia, que ellas escuchaban con atención viviendo con pasión cada uno de los cuentos.“Tómate primero una sopa muchacho”, y allí comenzábamos entre músicos de diferentes comparsas, con la mirada atenta de turistas y pobladores: “Se me reventó una cuerda justamente cuando las comparsas se cruzaron en la plaza”, “Hermano, este cuero no aguanto la pela, menos mal que tengo otro secando”, “Le dije a Payu que no le subiera”, “Se me quemaron los Twitter”, “Me quedé sin gasolina”, “La planta no quiso prender”, “Te hubieses llegado a la sede”, “Me quede disfónica, no me llevé suficiente Yinyabié, ojalá a Doña Alejandra o Lucinda Campero tengan un remanente por ahí”.
Y así sucesivamente un sinfín de conversaciones, las disconformidades se iban disipando con un Domplín y un Jugo de Papelón con Limón. Fácilmente nos daba la mañana sentados en las escaleras del Mercado de El Callao.
Con una buena conversación, los estómagos llenos y el corazón contento, regresábamos a casa a encontrarnos casi siempre el pasillo lleno de personas durmiendo en el piso y una maraña de hamacas, tocaba conseguir un puesto para descansar con una sonrisa de satisfacción por lo logrado en el día.
Manos increíbles de tantas Madamas han preparado el maravilloso platillo, me faltarían paginas para mencionarlas a todas, hay quienes daban lo que fuera por un Domplín de Mamita Torrealba, por el Cerro el Molino no faltaba un Domplín hecho por Lucinda Campero, en la Casa de la Familia Brown, La Familia Seebaransighn, Luisa Girón, Doña Carmen Martínez, el Don Ronald, todos ellos mis vecinos, de quienes iré hablando progresivamente en mis publicaciones.
Sobre Zoa del Carmen Girón Aponte, a la que todos saludamos al entrar al Mercado como “Zoa”, hago la mención porque cuando hablas con gente de Calipso, siempre la nombran con cariño: “Nos encontramos donde Zoa”, “Los vi donde Zoa”, “Había mucha gente donde Zoa”, “A Zoa nunca se le acababan los Domplines” “El Papelón con Limón de Zoa estaba bueno”, “Con una sopa de Zoa se te pasaba todo”.
Mi queridísima Zoa: “Muchacho tómate un “Cafenol” con café para que se te pase eso”, “No vayas a llegar a tu casa así’.
Anécdota de Zoa: “Pascual déjame decirte un secreto, yo nunca me he puesto un disfraz de esos, de fantasía, yo siempre me he querido poner uno”.
Pascual Emanuelli: Zoa, ¿tú te quiere poner uno? Zoa: “Ay si Pascual, pero yo no quiero que mis hijos se enteren”.
Pascual:” Zoa te vienes el domingo temprano, Edna, guárdale el Pollo Amarillo a Zoa en el cuarto de arriba”. The Same People estaba preparando su Disfraz Fantasía Disney de Muñecos Gigantes.
El domingo llegó, a Zoa le pusieron su respectivo Pollo Amarillo, “Zoa, no te quites la máscara para que no te descubran”.
Nuestra amiga tenía un baile y un caminar muy particular, los niños fascinados con el Pollo Amarillo y las cámaras no dejaban de tomar fotografías, Zoa no cabía de felicidad, todos estábamos pendientes de llevarle agua y que estuviera bien…. Al llegar a la esquina del Mercado, a lo lejos la ve su hija Doña Inesita y le pone atención al Pollo Amarillo, el que salió corriendo hacia la derecha y desapareció. Ya el “pollo” estaba guardado y tomándose un café en la mesa, Doña Inesita encuentra a su mamá y le dice “Mamá, no sabes lo que me ha pasado, vi en una Comparsa a una persona disfrazada de “pollo” que caminaba igualito a ti, yo pensé que eras tú”. Zoa: “No puede ser hija”
A Zoa le dolía el estómago de tanto reírse las veces que nos contaba esa historia, fue feliz con su Pollo Amarillo y nosotros no dejamos de amarla desde ese día.
El Domplín ha sido el centro de nuestras mesas, el plato principal o el acompañante, el que nos recibía después de una buena comparsa, el héroe de las reuniones con amigos y familiares, el Domplín ha sido el protagonista de nuestra gastronomía.
BLANCA MARIA EMANUELLI
Archivo de Iliana Ibarra (Nieta)
Archivo de Rosa Orsini
Archivo Ender García
Archivo de Gerardo Farias
Archivo de Antonio Guevara (Hijo)
Archivo de la Familia Martínez
Archivo The Same People
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