Yerberito

Estas semillas son recomendables para cuidar la dieta

Al incorporar semillas a recetas se suman grasas saludables, proteínas, fibra y un buen número de vitaminas y minerales que llenan de salud y energía.
jueves, 24 noviembre 2022
Cortesía | Son ideales para enriquecer ensaladas o platos de pasta

Las semillas son el superalimento de moda que se añaden a los platos, ya que contienen una cantidad importante de beneficios para el cuerpo.

Estos poderosos superalimentos se pueden añadir a casi cualquier receta, por lo que su uso culinario no posee una dificultad.

Existen multitud de variedades de semillas. Cada una de ellas con unas propiedades diferentes, pero en general, se caracterizan por aportarnos una gran cantidad de fibra, grasas saludables y minerales. Además, añaden textura, color y sabor a las comidas.

Las semillas son pequeñas pero muy poderosas. Contienen todos los nutrientes esenciales para que una planta crezca fuerte y sana.

Y precisamente por eso, cuando las añadimos a nuestros platos los enriquecen de una forma extraordinaria, agregando una larga lista de vitaminas y minerales, proteínas vegetales y grasas de las que no dañan el corazón ni el cerebro.

El aporte calórico de las semillas es bastante elevado (similar al de los frutos secos), pero como se consumen en pequeñas cantidades (se suelen medir en cucharadas) no tienes por qué preocuparte.

En el caso concreto de las pipas de girasol por ejemplo, una ración normal, unos 50 gramos de pipas con cáscara (o 25 gramos sin cáscara), aportan 140 calorías, menos que 100 gramos de queso para untar descremado (162) o las mismas que medio vaso de leche desnatada con 30 gramos de cereales de desayuno.

A continuación se menciona el contenido calórico por 100 g de algunas semillas: Girasol: 560 kcal, calabaza: 548 kcal, sésamo: 598 kcal, amapola: 533 kcal, lino: 450 kcal, amaranto: 371 kcal, chía: 486 kcal e hinojo: 345 kcal.

A partir de hoy sabrás más de sus propiedades y, lo que es más importante, cómo tomarlas.

Amaranto
El contenido en fibra del amaranto (6,7 %) es superior al de la mayoría de los cereales, por lo que contribuye a la buena marcha del intestino y al equilibrio de la microbiota o flora intestinal.

También ayuda a regular los niveles de colesterol en sangre, por eso se aconseja en dietas cardioprotectoras.

En la cocina, esta semilla se trata como un cereal.

Se puede tomar tostado, hervido, hinchado, en forma de harina o germinado, y puede servir para preparar recetas tanto dulces como saladas.

Auyama
Las sabrosas semillas de la calabaza destacan por su contenido en vitamina K, fundamental para que no haya fallos en la coagulación de la sangre, pero también por aportarnos hierro, magnesio, manganeso y fósforo.

Dan colorido y un toque crujiente a ensaladas, arroces y cremas de verduras.

También puedes hornearlas enteras embadurnadas con especias y obtendrás un snack sano y delicioso.

Amapola
Su propiedad más destacada es que contienen ácido linoleico, que contribuye a prevenir la formación de tumores.

Contienen carbohidratos, proteínas, grasas, fibra, manganeso (el mineral que más contiene), cobre, calcio, magnesio, fósforo, zinc, tiamina y hierro. Sus polifenoles nos ayudan a combatir el efecto del paso del tiempo y de los radicales libres, y a mantener más sanas las arterias que riegan el corazón.

Hay dos tipos: Las de amapola blanca y las de amapola negra. Las más comunes son las oscuras, que se utilizan como cobertura de panes o en preparaciones dulces, y también como ingrediente de ensaladas y vinagretas.

Pruébalas con yogur o sobre unas verduras rellenas al horno.

Girasol
Una ración de 50 g cubre las necesidades diarias de vitamina E, potente antioxidante que frena el impacto de los radicales libres, causantes del envejecimiento.

Las pipas de girasol son también una gran fuente de grasas insaturadas, que contribuyen a disminuir el colesterol en sangre y reducen el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Además, gracias a las grasas, la vitamina E se absorbe mejor.

Son ricas tiamina, vitamina B6, magnesio, manganeso, fósforo, cobre y selenio.

Tienes muchas formas de tomarlas: solas como tentempié (mejor sin sal), espolvoreadas en cremas frías o ensaladas, en un sándwich vegetal.

Chía
Aportan proteína de alta calidad, ya que la chía contiene los 9 aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo no puede fabricar; fibra; grasas poliinsaturadas y omega 3 (es la fuente vegetal que más los aporta); calcio, fósforo y zinc.

Todo ello hace que solo dos cucharadas –que suman apenas 140 calorías– sean una magnífica ayuda al resto de hábitos saludables para rebajar la inflamación interna, el colesterol y la presión arterial.

Se pueden añadir enteras a una preparación líquida como sopas o batidos, porque se absorben y digieren bien (se empaparán del líquido rápidamente y se hincharán). Pero si las tomas en seco, mejor muélelas.

Puedes agregarlas en panes, galletas, bizcochos o pudines.

Hinojo
Facilitan la digestión y ayudan a combatir los gases.

Son un buen remedio contra la halitosis si masticas su granos, aunque conviene averiguar el origen del mal aliento.

Puedes añadir estas semillas a la preparación de panes, tortas, galletas.

Si las tomas en infusión, puedes acompañarla de unas hojas de menta o añadirle una ramita de canela.

Lino
Son un buen remedio contra el estreñimiento, ya que contienen gran cantidad de fibra soluble (pectinas y mucílagos, que en contacto con el agua forman una estructura de gel) y un aceite rico en ácidos grasos insaturados, que ejercen una acción laxante sin irritar la mucosa intestinal.

Esa fibra guarda, además, un gran secreto: el ligando.

Se trata de una sustancia que, según se está viendo en muchos estudios, ayuda a reducir el colesterol “malo” y puede alejarnos de ciertos tipos de cáncer.

También tienen propiedades diuréticas y aportan grasas saludables omega 3, vitaminas E y del grupo B, hierro y flúor.

Puedes agregarlas a magdalenas, galletas, al muesli del desayuno o espolvorearlas sobre una ensalada, unas verduras salteadas o una refrescante macedonia. Para absorberlas bien lo idóneo es molerlas antes.

Sésamo
La riqueza en minerales de estas diminutas semillas es excepcional: dos cucharadas (25 g) aportan el 28% del calcio que se precisa al día y el 25% del magnesio, el hierro y el manganeso, además de buenas dosis de fósforo y zinc.

Asimismo, son fuente de lecitina y grasas mono y poliinsaturadas que cuidan la salud cardiovascular.

Antes de utilizarlas, es aconsejable tostarlas un poco. Esto no solo intensifica su sabor, sino que las hace más digestivas.

Son ideales para enriquecer ensaladas o platos de pasta o arroz, y en repostería, sobre todo en la oriental.

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