¿Y si Cambio? Transforma los pensamientos automáticos negativos y mejora tu salud mental

La tendencia a tener pensamientos automáticos negativos en un país con tantas situaciones estresantes, lleno de desafíos es muy común. Más, si la situación económica, familiar, de salud y/o laboral no es la que deseamos. El punto no es tener pensamientos automáticos negativos, que por lo general surgen de la nada y perturban más de lo que quisiéramos.

El punto está en saber reconocer, gestionar y transformar esos pensamientos para alcanzar una vida más plena, más llena de satisfacciones y felicidad, con salud mental y emocional. Sin duda, es un paso determinante en la vida que nos reta a hacernos conscientes que esta manera de pensar limita significativamente nuestra vida, nos hace daño, impide nuestro bienestar y afecta nuestras relaciones con las personas que más amamos.

Es un paso que solo puede darse con muchas ganas de cambiar.

Desafiemos la negatividad reconociendo las experiencias positivas

Ya hemos dicho que la negatividad per se, no es el problema, porque ella está allí, en el ambiente, en las personas, en la cotidianidad. Es la interpretación y significado que le damos a las circunstancias que atravesamos, lo que realmente nos afecta y nos mantiene apegados a la negatividad.

Por ejemplo, en ocasiones puede ocurrir algo como que saludar a alguien o le enviamos un mensaje y no responde, y ante eso surge el pensamiento: “no le intereso, no me quiere, no le importo y por eso no me responde, pero si responde a otros”; o que tengamos un hijo estudiando o viviendo fuera de la ciudad o país y nos mantengamos pensando constantemente que algo malo le va a ocurrir y que no estaremos allí para atenderlo; o que en medio de una situación difícil con la pareja o hijos, callamos porque pensamos que si lo decimos se generará un problema, se molestarán, irán de la casa, dejarán de hablarnos o nos criticarán.

Todos estos pensamientos generan ansiedad, tristeza, miedo, impotencia y frustración.

En Psicología, esta forma negativa de pensar y percibir la vida se conoce como Sesgo de Negatividad y consiste en darle más importancia y credibilidad a los pensamientos, informaciones, experiencias y aprendizajes negativos que a los positivos.

Cuando la experiencia ha sido negativa, la información es procesada de forma más profunda e intensa que cuando la experiencia es positiva, por lo cual se genera un apego a la negatividad.

La persona pierde su autonomía y autocontrol emocional, es dominada por los pensamientos negativos, se predispone al fracaso, anticipa a situaciones catastróficas y sufre por lo que cree que va a pasar.

Cuando se percibe la vida de esa manera, tener pensamientos positivos y lograr paz se hace muy complicado, pero no imposible.

Desafiar la negatividad implica reconocer lo positivo que también hemos vivido y dejar de ser esclavos de los pensamientos automáticos negativos. Epicteto, filósofo griego decía que “No son las cosas que nos pasan las que nos hacen sufrir, sino lo que nosotros nos decimos sobre esas cosas”.

De manera que si cambiamos el significado que le damos a nuestras experiencias y aprovechamos el aprendizaje y la oportunidad de ser mejores que nos deja, nuestra vida tendrá un nuevo sentido.

No hay nada malo en ti. Sólo es el método de relacionarte con tus pensamientos

Esta es la clave. Tomemos conciencia de que no hay nada malo en nosotros. Que lo único que está pasando es que la metodología que estamos aplicando para relacionarnos con nuestros pensamientos está afectando nuestra emocionalidad, salud física y mental.

Que, como queremos un resultado diferente, nos atreveremos a aprender un método diferente. Al aceptar esta nueva manera, estaremos dando los primeros pasos para alcanzar una vida mejor y más positiva, con comportamientos adaptativos nuevos.

Una forma de aprender un método nuevo de pensamiento es haciendo un ejercicio, que dividiremos en dos partes:

Parte Uno:

• Programa la alarma de tu teléfono para que suene en dos minutos.

• Siéntate cómodamente, cierras tus ojos.

• Presta atención a lo que piensas, escuchas, sientes y hueles.

• Puedes pensar en lo que quieras con total libertad, menos en una cosa. No pienses en zanahorias, ni en el olor, ni en el sabor, ni en su forma, ni en si te gusta o no te gusta. No pienses en nada que tenga que ver con zanahorias.

• Cuando suene la alarma, revisa cómo te fue. Te podrás dar cuenta que intentar no pensar en zanahorias es una forma de pensar más en ellas.

Parte Dos:

• Programa la alarma de tu teléfono para que suene en cinco minutos.

• Siéntate cómodamente, cierras tus ojos y respira lenta, suave y profundamente.

• Lleva toda tu atención a la respiración.

• Cada vez que venga un pensamiento, permítelo, obsérvalo y déjalo pasar.

• Vuelve a llevar tu atención a la respiración. Mantén allí toda tu atención y al darte cuenta que llevaste tu atención a cualquier pensamiento, con gentileza vuelve tu atención a tu respiración, una y otra vez.

• Cuando suene la alarma, revisa cómo te fue. Te podrás dar cuenta que estás cultivando la atención de manera consciente y deliberada, paso crucial para crear un nuevo método de relacionarte con tus pensamientos.

@Yamilet Pinto

Psicoterapeuta

Coach de vida

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