¿Y si Cambio? Salud mental y bienestar en Navidad y Año Nuevo

El encuentro familiar, hacer las hallacas, las compras, los viajes, la logística de la cena de Navidad y Año Nuevo trae consigo movimientos emocionales que no podemos evadir. Algunas veces sentimos alegría por el reencuentro y la emoción de compartir en familia.

Otras veces ese mismo encuentro puede representar malestar, incomodidad o ira por desacuerdos preexistentes, rencillas familiares, heridas del pasado o resentimientos acumulados y, otras tantas veces nos sentimos sumergidos en un estado de tristeza, añoranza y melancolía que no entendemos o nos cuesta reconocer y aceptar, ya que en muchos casos estamos atravesando experiencias dolorosas que son difíciles de gestionar, como la partida de algún familiar, la separación de la pareja, la migración de seres queridos, el diagnóstico de alguna enfermedad o la difícil situación económica que impide satisfacer deseos y necesidades.

Todo este movimiento emocional implica también un altísimo nivel de estrés que, si no sabemos gestionar, nos podría hacer sentir peor, caer en un caos interno, profundizar cuadros depresivos preexistentes o desatar otros trastornos subyacentes e inconscientes. De allí que es fundamental, autocuidarnos emocional y mentalmente en esta época.

Salud mental e Inteligencia emocional en Navidad

Cuando tomamos conciencia de eso que nos pasa, entramos en una fase de la Inteligencia Emocional que nos permite reconocer lo que sentimos y nos ayuda a tomar las acciones correctas para vivir más a plenitud. Importante tomar en cuenta que, si existen patologías ya diagnosticadas, estas fechas pasan de ser “la época más bonita del año” a convertirse en la peor, debido a que dichas patologías o trastornos se agudizan, por la diversidad de emociones que afloran.

Psicoeducarse es clave para encontrar equilibrio emocional. Algunas de las cosas que se pueden hacer para el mayor disfrute de estos días y cuidar la salud mental, son:

1. Si ya tiene un diagnóstico de depresión, es importante mantener el tratamiento al pie de la letra, evitando que por la emoción se supriman los medicamentos correspondientes.

2. Si aún no tiene un diagnóstico, es importante que esté atento a persistentes síntomas de desesperanza, tristeza, pesimismo, mal humor, irritabilidad, intranquilidad, culpabilidad, frustración, impotencia y/o pensamientos suicidas, ya que podría estar ocultando una depresión inconsciente.

3. Enfrente el duelo por la separación de quienes ama, éstas por lo general, duelen por un tiempo, de manera que dele tiempo al tiempo.

4. Expresar lo que pensamos o sentimos no siempre es necesario. La prudencia es una habilidad que, si se sabe gestionar, puede hacer que reine la amabilidad, el respeto y la gentileza en todo momento y con cualquier persona que compartamos.

5. Si le han dicho que tiene problemas con el alcohol y aún no lo ha reconocido, porque para usted es normal la forma en la que lo consume, recuerde que la fiesta es en familia y si ama a sus hijos, padres o pareja, tome conciencia que estas fechas son para compartir y celebrar no para maltratar, pelear, discutir o gritar.

6. Gestionar el estrés con prácticas meditativas, respiración consciente, descansos reparadores, actividades agradables como cantar, pintar, jugar, reír, bailar, caminar, adornar, salir con los amigos, contar historias agradables, ver películas o series que disfruten fortalece el bienestar interior.

7. Planificar y organizarse, con empatía, paciencia, capacidad de negociación, administración, control y liderazgo personal es fundamental para el máximo disfrute. Los gastos se incrementan, aunque no queramos. Manejar esa situación requiere de una excelente administración de recursos aunado a un alto nivel de inteligencia emocional y conciencia plena, ya que por estar la familia conformada por personas de distintos caracteres, intereses, intenciones y motivaciones no siempre van a coincidir, de manera que es necesario mantener el objetivo de compartir y pasarla bien como una decisión personal y no permitir que otros opaquen o perturben el brillo de la Navidad y el Año Nuevo.

Espiritualidad en Navidad, clave para la paz interior 

Otro elemento que nos ayuda a disfrutar a plenitud la temporada navideña es la conciencia plena del momento presente, la decisión por la paz, la unión y el amor.

El Nacimiento del Niño Dios, nos recuerda que el sentido de la Navidad, está más allá de los regalos, compras, gastos y tradiciones. Que la tradición más valiosa es el Amor, la Sencillez, la Solidaridad y la Oración presente en cada uno de los elementos del Nacimiento.

Recordemos que, siendo el hijo de Dios, Jesús nació en un pesebre, dejándonos la máxima muestra de humildad como una de las características de la plenitud interior.

Lo demás es invención nuestra, necesidades creadas que al no poder satisfacerlas nos frustra. La pregunta sería ¿es verdad que necesitamos gastar tanto para ser felices? El Nacimiento simboliza la esperanza, la renovación de la fe, la luz que nos ilumina en medio de la oscuridad y la paz que en su presencia es eterna. Rescatemos ese significado y hagamos de estas fechas una verdadera oportunidad para acrecentar nuestra felicidad y bienestar.

¡La salud mental es equilibrio integral, en Navidad y siempre!

@Yamilet Pinto

Psicoterapeuta

Coach de vida

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