¿Y si Cambio? El Poder del Mindfulness en el camino hacia la sanación del cáncer

El diagnóstico de cáncer puede sumir a una persona y a su entorno familiar en un torbellino de emociones como el miedo, la ira, tristeza o culpa.
Los tratamientos, a menudo duros, añaden una carga física que puede parecer insoportable. En medio de este caos, el Mindfulness emerge como un faro de esperanza, una herramienta poderosa para navegar las turbulentas aguas de la enfermedad.
¿Quién no se ha desesperado ante un diagnóstico como este? ¿Quién no teme a la muerte y cómo dejará a sus hijos o familiares? ¿Quién no ha sentido culpa o una sensación de castigo ante esta enfermedad? Todos en algún momento nos hemos paseado por estas sensaciones o emociones, tanto el paciente como su familiar ¿Qué hacer para sanar y sentir bienestar?
Más allá de la sanación física el impacto psicológico ha de ser atendido
Si bien el cuerpo está atravesando un proceso tóxico y sanador, la mente y el espíritu están en proceso de transformación, por lo que el Mindfulness juega un papel determinante por el impacto psicológico que genera un diagnóstico y tratamiento como este.
El Mindfulness o la atención plena, se refiere a prestar atención al momento presente, con aceptación y sin juicio. Sin ignorar el dolor o las dificultades que acarrea la enfermedad, sino de observarlos con una mente tranquila y compasiva.
El Mindfulness, es una herramienta poderosa para la sanación emocional y espiritual frente al cáncer.
Por ello, desde la perspectiva de la psicooncología, el campo de la psicología que se especializa en el cuidado de pacientes con cáncer, es fundamental abordar el impacto psicológico de la enfermedad, que a menudo se manifiesta como:
· Estrés postraumático, por el impacto que causa el diagnóstico se desencadenan síntomas de estrés postraumático, como la dificultad para dormir, cambios en estado de ánimo, inquietud, nerviosismo y tensión.
· Ansiedad y depresión, la incertidumbre, el miedo y los efectos secundarios del tratamiento pueden generar ansiedad y depresión.
· Duelo: por la pérdida de la salud, la normalidad y el futuro esperado.
· Cambios en la identidad: se altera el sentido de uno mismo, aparecen preguntas sobre el propósito y el significado de la vida.
Ante este panorama psicoemocional el Mindfulness surge como herramienta clave para que tanto los pacientes y su familia, tengan la oportunidad de regular sus emociones, cultivar la resiliencia, mejorar su calidad de vida y alcanzar bienestar psicológico a través de:
· Concientizar la importancia del sentido y propósito de vida.
· Fortalecer la capacidad de afrontar la adversidad y recuperarse de ella.
· Mejorar la comunicación y las relaciones interpersonales, fortaleciendo el apoyo social.
La conexión con el presente es clave para la serenidad en medio de la tormenta
No nos dejemos dominar por el miedo y la incertidumbre. Conectemos con el momento presente, cultivemos la gratitud y la autocompasión, como parte del proceso sanador en que se encuentran. Una enfermedad no determina a una persona.
Otro elemento a considerar es comprender que ninguno de los pacientes de cáncer es culpable de sufrir esta enfermedad, tampoco son víctimas de las circunstancias.
Son sólo seres humanos valientes que merecen amor, compasión y paz interior, por lo que es necesario que cultiven su serenidad:
1. Haciendo respiraciones conscientes: dedicando unos minutos al día a observar la respiración, sintiendo cómo el aire entra y sale de tu cuerpo.
2. Practicando la meditación, si es guiada, mejor. Puede estar sentada y mantenerte enfocada en un objeto de atención, como la respiración o las sensaciones corporales.
3. Activando tu escaneo corporal, recorriendo mentalmente el cuerpo, observando las sensaciones físicas sin juzgarlas.
4. Haciendo caminatas conscientes del aquí y el ahora, de manera lenta, prestando atención a cada paso, a las sensaciones en los pies y a los sonidos alrededor.
5. Siendo bondadosos, realizando pequeños actos de bondad hacia ti mismo y hacia los demás, cultivando la compasión y la conexión.
Todo esto ayudará a:
El manejo del dolor y el estrés: reduciendo la percepción e intensidad del dolor y a gestionar el estrés, la ansiedad y la depresión que a menudo acompañan al cáncer.
La reducción de pensamientos negativos, tan comunes en estos procesos, permitiendo observar los pensamientos negativos y anticipatorios sobre el futuro sin quedar atrapado en ellos, fomentando una perspectiva más equilibrada.
Cultivar la gratitud, apreciando los momentos positivos y las pequeñas cosas, incluso en medio de la enfermedad. Algunas de ellas pueden ser tener la familia que atiende, que acompaña, que suministra o aporta para las medicinas, la posibilidad de acceder a tratamientos e incluso agradecer la capacidad de respirar que aún se mantiene.
Conectar con el presente, centrando la atención en el aquí y el ahora. Dejando ir el pasado, aprendiendo de él y sin preocupación excesiva por el futuro, mirándolo con ojos de optimismo y esperanza.
Ser más autocompasivas, fomentando la amabilidad y la compasión hacia nosotras mismas, reconociendo que el sufrimiento es parte de la experiencia humana.
Definitivamente ser paciente o familiar de un paciente con cáncer es un desafío que requiere de fortaleza emocional y espiritual que tú puedes cultivar ¡aquí y ahora!
Yamilet Pinto
Psicóloga
FPV. 16.092
@Yamiletpinto
yamipinto@gmail.com
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