Opinión

¿Y si cambio? Cómo fortalecer la salud mental en familia

El conocimiento alivia las tensiones, diluye la resistencia y abre el camino a la aceptación, por eso la psicoeducación es la herramienta de cambio más adecuada.
sábado, 14 octubre 2023

La salud mental es clave para el bienestar personal y por ende, familiar. Sin salud mental no hay salud; y aunque se ha mejorado la percepción e importancia que tiene en el estado emocional y conductual del individuo, sigue siendo estigmatizada y poco valorada, especialmente cuando algún familiar sufre de cuadros depresivos, ansiosos o sufre algún trastorno que altera su bienestar y el de su familia.

Muchas veces, frente a alteraciones de la salud mental en la familia se trata de ocultar lo que ocurre, silenciar o excluir a quien padezca de alguna alteración emocional o mental, evadir hablar del tema, negar la realidad, resistir la aceptación e ignorar las señales que revelan que algo va mal.

La razón de que esto sea así está relacionada con el desconocimiento sobre el tema y la vergüenza que causa ser parte del problema.

Es momento de enfrentar la realidad y evitar que sigan creciendo los casos de abuso sexual en la familia, maltrato verbal, emocional o físico, discriminación por salud mental, agresiones y violencia de genero e intrafamiliar.

Psicoeducación es la clave para fortalecer la salud mental en la familia

El conocimiento alivia las tensiones, diluye la resistencia y abre el camino a la aceptación, por eso la psicoeducación es la herramienta de cambio más adecuada para que el paciente y la familia logren comprender lo que ocurre, ya que involucra procesos cognitivos, biológicos y sociales.

Por un lado, el proceso psicoeducativo ayuda al paciente a conocer y aprender sobre lo que le ocurre, al obtener información específica y de primera línea en relación a la naturaleza de la enfermedad, al tratamiento y al pronóstico de la misma, lo cual le permite involucrarse manera para expedita en su proceso de sanación.

Por otro lado, la familia, al conocer lo que le ocurre a su familiar, puede participar de manera más genuina y compasiva en su proceso de sanación, recuperación y mejora de su calidad de vida, desarrollando mayores niveles de empatía, comprensión, paciencia, respeto y compasión.

Es importante reconocer que la salud mental es un Derecho Humano Universal, lo cual quiere decir que tenemos derecho a ella por el solo hecho de ser seres humanos, independientemente de la nacionalidad, género, origen étnico o nacional, color, religión, idioma o cualquier otra condición, de manera que cada integrante de la familia debe saber que goza de este derecho que garantiza su bienestar psicoemocional y mental, por lo tanto los niños, adolescentes, adultos mayores, hombres y mujeres han de gozar de bienestar integral.

Cuando se habla de salud mental, es importante destacar que la Organización Mundial de la Salud la define como «Un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad», para lo cual requiere equilibrio psicológico, emocional, físico, social y espiritual.

Este equilibrio se rompe cuando somos incapaces de contrarrestar los efectos de factores estresores como los laborales, familiares o personales, entre los que se cuentan:

· Las excesivas cargas mentales que derivan en fatigas psicológicas al procesar, analizar, memorizar y utilizar excesiva información y no desvincularse de ella al salir del trabajo.

· Los bajos salarios que agudizan la difícil situación económica de la familia e impiden cubrir sus necesidades básicas, conllevando una constante búsqueda de otra fuente de ingresos.

· Largas jornadas de trabajo y pocas horas de descanso.

· Temor por la amenaza de pérdida del empleo.

· Problemas de pareja por infidelidad, celos o desconfianza.

· Relaciones conflictivas con los hijos por el poco tiempo que les dedican debido al exceso de trabajo.

· Tensiones y preocupaciones por la educación y salud de los hijos.

· Dificultad para manejar los cambios.

· Convivencia con adultos mayores (Padres o suegros), lo cual propicia la pérdida de la intimidad en la pareja y en la vida cotidiana.

· Cuidado de pacientes crónicos, que desemboca en agotamiento emocional y físico.

· Enfrentar enfermedades discapacitantes que impiden la normal productividad.

· Convivencia con personas que han perdido su empleo, por la tensión y malestar que despierta esta circunstancia en la familia.

· La pérdida de algún familiar o mascota que deja un duelo que requiere ser procesado.

Cada uno de estos factores sin una adecuada estrategia de afrontamiento perjudican el bienestar psicoemocional y por ende la salud mental de cualquiera de los integrantes del grupo familiar.

La familia puede fortalecer la salud mental

Cuando el paciente y la familia se hace consciente de la importancia de la salud mental con la psicoeducación se logra abrir la posibilidad de fortalecerla unidos, comenzando por sí misma (o) y luego o paralelamente cuidar al otro:

· Practicar el autocuidado: meditando, practicando la respiración consciente, descansando.

· En familia es fundamental practicar actividades divertidas y de esparcimiento que permitan sembrar seguridad, confianza, autorespeto y autoconocimiento en cada uno de los integrantes de la familia.

· Transformar juntos el estigma y la vergüenza de la enfermedad mental.

· Abrir un espacio para la diversión y el esparcimiento.

· Manejar un lenguaje inclusivo y cuidar la autoestima de la familia.

· Gestionar emociones como la tristeza, el miedo, la ira y estados de preocupación o frustración.

· Cultivar la flexibilidad y la paciencia.

· Buscar acompañamiento psicológico profesional.

Yamilet Pinto

@yamiletpinto

Psicóloga

FPV-16092

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