Yerberito

Aprovecha los beneficios de las semillas de girasol

Estas semillas pueden consumirse como merienda o también añadiendo a la granola de la mañana o ensaladas.
Por: ABC
martes, 22 noviembre 2022
Cortesía | Estas semillas se encuentran en el centro de la flor

Las semillas se encuentran en el centro de la flor, el girasol, y tienen una cubierta generalmente obscura con rayas blancas a lo largo.

También se les llaman pipas, maravillas o maíz de teja.

Lo más recomendable es consumir las semillas de girasol sin la cáscara, para evitar lesiones internas, o bien masticarla muy bien.

Para evitar consumir altas cantidades de sodio, se recomienda degustarlas sin sal.

Como se mencionó, puede consumirse como snack o también añadiendo las semillas a la granola de la mañana o ensaladas.

Beneficiosas para la salud
En un contexto en el que aún estamos sufriendo los efectos de la pandemia las elecciones en la alimentación son ahora más cuidadas y responsables, pues no solo se busca el disfrute, sino también el cuidado de la salud.

En este sentido los expertos apuntan que las semillas de girasol contienen nutrientes interesantes como vitamina E, vitamina B3 (niacina), hierro, magnesio, selenio, zinc y ácidos grasos poliinsaturados, que aportan beneficios importantes para la salud tanto física como mental.

Por un lado, al ser fuente de vitamina E ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares.

A esto también contribuye su aporte de grasas poliinsaturadas (conocidas como ‘grasas buenas’), que tienen un efecto protector del corazón.

Además son fuente de fitoesteroles (compuestos químicos de origen vegetal) que ayudan a reducir los niveles de colesterol.

Y por otro, los minerales que contiene aportan beneficios para los músculos y el sistema nervioso.

El magnesio contribuye a la relajación, el potasio ayuda a mejorar el rendimiento y a evitar lesiones y el selenio, además de frenar el estrés oxidativo, contribuye al mantenimiento de las articulaciones en buen estado.

En cuanto al zinc destaca por sus propiedades antiinflamatorias.

Pero además las semillas de girasol destacan por el triptófano, un aminoácido importante para producir serotonina, la hormona asociada a la felicidad, por lo que contribuye a la mejora del estado de ánimo.

Y también son ricas en fibra, lo que también contribuye a la reducción del colesterol, a controlar la glucosa en sangre y a prevenir el estreñimiento.

A nivel estético también cabe citar que las vitaminas y los minerales que contiene pueden contribuir a la hidratación y el crecimiento del cabello, así como beneficios para la piel, pues las vitaminas del grupo B que contienen pueden considerarse como un complejo revitalizador y antienvejecimiento.

Si hablamos de macronutrientes cabe destacar su aporte proteico, pero también su perfil lipídico pues su aporte graso está caracterizado por ser cardiosaludable.

Teniendo en cuenta que su aporte energético es alto (574 kcal/100g), una ración diaria de pipas adecuada se situaría entre 30 y 50 gramos puede aportar beneficios para la salud si se consume en su forma natural o tostada y con un contenido reducido de sal.

A la hora de consumirlas y, aunque nos encante ese ritual de pelarlas y desechar sus cáscaras, existen cientos de posibilidades para incluirlas, ya peladas, en nuestro día a día, tanto en el desayuno como en la comida, la merienda y la cena.

Semillas en el desayuno
Puedes añadir pipas al yogur, a un bol de frutas peladas en trozos o incluso a un preparado con avena, como un porridge o un overnight.

Una combinación interesante y nutritiva puede ser: un tazón de plátano, fresas o arándanos y avena acompañado de yogur griego, semillas de chía y semillas de girasol como topping.

También puedes tomar una tostada de pan con pilas de girasol con un poco de aceite de oliva virgen extra y una porción de queso.

A media mañana
Puedes elaborar unas mini barritas de pan con semillas usando levadura, harina, miel, aceite y pipas, pues con esta mezcla se consigue una masa que puedes meter unos minutos al horno para conseguir un snack rico y saludable.

Semillas en la comida y en la cena
La ensalada suele ser uno de los platos ligeros y saludables más socorridos y versátiles. Con una base de lechuga, rúcula o canónigo puedes plantear cientos de combinaciones.

Una idea interesante puede ser acompañarla de tomate, atún, taquitos de queso o pollo y añadir por encima unas pipas de girasol para dar un toque crujiente.

Las cremas de brócoli, calabaza, calabacín y puerro se enriquecen cuando usamos estas semillas como aderezo; así como los risottos elaborados con setas. También puedes añadir pipas en cremas, purés, sopas, risottos y arroces, pues aportan sabor y cremosidad en el paladar.

Y hablando de aderezos, ¿has probado a elaborar un pesto de pipas? Solo tienes que triturarlas en la batidora junto con albahaca, queso parmesano, ajo y aceite y obtendrás una deliciosa salsa para tus platos favoritos de pasta o tus ensaladas de legumbres.

Y si en lugar de esa mezcla simplemente se trituran con aceite de oliva, un poco de vinagre de manzana y comino en polvo el resultado es un delicioso paté para el aperitivo.

Es posible igualmente elaborar una mayonesa vegana tostando las semillas en la sartén y batiéndolas con un diente de ajo, una buena cucharada de aceite de oliva, un poco de limón, perejil picado y un poco de sal.

Para merendar y de postre
Estas semillas pueden aportar el toque crujiente a una granola casera, galletas, panes o bizcochos.

Pero además es posible elaborar con ellas opciones dulces saludables como unas rodajas de naranja pelada y cortada con un poco de miel y pipas de girasol; unos muffins de arándanos y pipas de girasol o unas galletas de plátano y coco con pipas. También pueden formar parte de barritas energéticas caseras a base de dátiles, uvas pasas, almendras, pistachos y pipas.

En definitiva, su versatilidad culinaria hace que las combinaciones sean infinitas, tanto en platos dulces como salados.

Un poco de historia: de dónde vienen las semillas
Según el estudio, realizado por Metroscopia para Semillas Usa, dos de cada tres encuestados no saben que las semillas de girasol que se producen son producidas en otros países, siendo Estados Unidos uno de los principales exportadores.

En cuanto a la historia de este alimento los estudios arqueológicos sitúan los primeros cultivos en Arizona y Nuevo México, en torno al 3.000 a.C.

En aquel momento las tribus usaban pipas molidas y la mezclaban con otras semillas para preparar tortas, aceites e incluso para uso cosmético o decorativo.

A principios del siglo XVI el girasol llegó a Europa y su cultivo se extensión rápidamente.

Aunque su principal uso era ornamental su aceite se usaba con fines medicinales. No fue hasta principios del siglo XIX cuando se comenzó a cultivar en Rusia con fines alimentarios hasta producirse una comercialización masiva de aceite de girasol.

A finales del XIX este cultivo se expande por Canadá, Minnesota y Dakota del Norte para dar respuesta a la demanda de aceite de girasol de Europa.

También entonces comienza a consumirse las semillas como aperitivo, ya que se llega a convertir en uno de los mercados más importantes para los productos de semillas de girasol en Estados Unidos.

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