¿Y si Cambio? …Y cuando sientas que todo va mal ¡Sigue adelante!

Todo ser humano tiene la necesidad de sentir certeza en la vida. Saber que las cosas van a salir bien y aunque está consciente de que no siempre será así, igual la sensación de que las cosas no van bien, de alguna manera disminuye el ánimo, la motivación y la esperanza.

¿Qué hacer cuando las circunstancias de vida no parecen ser las más favorables? ¿Cómo mantener el ánimo, la motivación y la esperanza?

Quizás son las expectativas que tenemos frente a la vida lo que hace que veamos las cosas como negativas o malas, pero ¿Quién sabe realmente si algo es malo o es bueno? ¿Cuál es la medida para saber eso a cabalidad? ¿Según quién es bueno o malo? Definitivamente son preguntas que nos hacen reflexionar sobre el significado que le damos a lo que nos pasa.

Las experiencias son solo eso, experiencias, catalogarlas de buenas o malas, positivas o negativas simplemente le quitarán el valor real que tienen, el cual va a depender del nivel de conciencia que tengamos para reconocer cuánto nos puede servir en nuestro proceso evolutivo.

No es lo que nos pasa, es lo que pensamos con respecto a lo que nos pasa lo que hace que juzguemos cada experiencia como buena o mala.

Es probable que la medida para catalogarlas así esté centrada en la emoción que nos hace sentir: rabia, tristeza, alegría, sorpresa, dolor o confusión.

Pero en realidad, ¿Qué es lo que mueve esa emoción? ¿No es acaso el pensamiento que tenemos sobre lo que nos está pasando? ¿Qué tal si revisamos lo que estamos pensando justo ahora sobre eso que nos pasa? ¿Por qué creemos que es negativo? ¿Por qué creemos que es positivo?

Revisar los pensamientos y creencias será un buen paso para iniciar el camino de la transformación interior.

No se trata de pensar positivo o negativo, es concientizar sobre cada pensamiento que tengamos con respecto a cada experiencia que vivimos y así valorar, en conciencia plena, lo que en realidad nos aporta.

¿Y si vemos las cosas de una forma diferente?

Sé que la vida nos presenta diversas vicisitudes o situaciones que se convierten en desafíos personales o familiares, entre las cuales podemos mencionar:

· La enfermedad y lo que representa en la vida de alguien.

· La difícil situación económica, con altos índices de inflación.

· Las separaciones, divorcios o conflictos en las relaciones de pareja, donde la infidelidad, la inseguridad personal, la desconfianza en el otro, el rencor, los celos, la obsesión y la dependencia emocional hacen estragos en la vida de ambos.

· La muerte de un ser querido o de una mascota.

· La migración, que causa la separación entre los integrantes de la familia y una serie de consecuencias a las que muchas veces no estamos preparados.

· Los conflictos familiares, por heridas no sanadas y resentimientos acumulados.

· La situación de los adultos mayores, que sienten que no pueden gozar de calidad de vida.

· Las adicciones de los hijos o de los padres, que afectan sus vidas y sus relaciones.

· La situación laboral, de quienes no tienen empleo o de quienes no gozan con los beneficios que merecen.

· Los paupérrimos servicios sociales como; salud, educación, agua, electricidad, combustible e internet.

· Los fracasos en los emprendimientos en los que se ha invertido tiempo y dinero.

En fin, cada uno hará su propia lista de dificultades o situaciones que le hacen pensar que no le están saliendo bien las cosas.

Pero, ¿acaso no están sucediendo otras cosas maravillosas alrededor de la vida? ¿No será que sólo nos estamos centrando en ver el lado que causa dolor, rabia y tristeza porque pensamos que no es justo que todo eso suceda?

¿Podemos acaso cambiar esas circunstancias externas? ¿Están ellas bajo nuestro control? ¿Y si volteamos la mirada hacia el otro lado de la vida? ¿Y si dejamos de culpar a otros o a Dios por lo que nos pasa?

¡Sigue adelante con esperanza, motivación y ánimo!

Necesitamos hacernos consciente que la vida es como es. Que sí podemos seguir adelante con esperanza, automotivación y mucho ánimo.

Si tan solo dejáramos de lado los pensamientos catastróficos sobre lo que nos pasa, si soltamos el apego insano a las personas, las cosas y a las creencias de cómo deberían ser las cosas, si fluyéramos con lo que es, aceptando la vida y sus circunstancias con absoluta certeza de que así es como es y dejáramos de pelear con el destino y aferrarnos a los deseos, sin duda que empezaríamos a ser libres y más felices en medio de las situaciones adversas.

El secreto está en aceptar que:

· La vida es finita.

· No hay nada bueno ni malo.

· Muchas veces sufrimos por lo que no ha ocurrido.

· El hecho de que las cosas no salgan como queremos, no significa que salen mal.

· Detrás de cada “mala” experiencia hay grandes aprendizajes.

· Cometemos errores y que es necesario admitirlos y cambiar.

· Las acciones amorosas y compasivas traen felicidad y que las acciones agresivas y egoístas traen sufrimiento y dolor.

¡Sigue adelante, sigue descubriendo dentro de ti la grandeza de tu ser!

Yamilet Pinto

@yamiletpinto

Psicóloga

FPV 16.092

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