Opinión

¿Y si Cambio? Ser feliz es un estado que también depende de tu decisión personal

La vida es un ciclo en constante transformación, conformada de experiencias que interpretamos como buenas o malas, negativas o positivas, según el patrón mental que se tenga.
sábado, 09 septiembre 2023

Ser feliz es una decisión que parece cuesta mucho tomar, debido a la tendencia generalizada de enfocarnos más en las experiencias negativas que en las positivas.

Muchos estudios se han hecho sobre la ciencia, filosofía o psicología de la felicidad y aún no hay respuestas absolutas que nos digan cuál es la receta, el secreto o la llave para sentirla y experimentarla en cada aspecto de nuestra vida.

Hay quienes siguen buscando la felicidad fuera de sí mismos, sin saber que la fuente de la misma ya la tienen consigo, que está disponible para todos y que es nuestra resistencia a ella la que nos impide disfrutarla, pero ¿cómo podemos transitar y transformar esa resistencia en una conciencia de pleno bienestar interior? La respuesta subyace en cada uno de nuestros pensamientos y acciones.

Las personas felices también tienen problemas

La felicidad muchas veces se ha confundido con placer, alegría y fortuna.

Sin embargo, cuando se experimenta la plena felicidad nos podemos dar cuenta que es mucho más que una sensación, una emoción o una percepción subjetiva, sobre todo porque se piensa que las personas felices no tienen problemas o no sufren adversidad, por eso muchas personas dicen que la felicidad no existe, que es efímera.

Pero, ¿Es pasajera la felicidad? Realmente la respuesta dependerá de lo que signifique para cada quien.

Si se le aprecia sólo como el placer de un momento, de una comida, de una compañía, de la edad, de la salud, de los bienes materiales, del estatus o del dinero, la felicidad será pasajera.

Sin embargo, cuando la felicidad tiene un sentido, un significado y un propósito mayor se convierte en un estado de permanente curiosidad, inocencia y bienestar interno, que influye en la conducta y en la manera de transitar la adversidad.

Una persona feliz, que le da sentido y significado a su vida, encuentra razones para levantarse cada día y seguir adelante con resiliencia, optimismo y esperanza, aunque las condiciones o circunstancias económicas, laborales, profesionales, de salud, del país o del clima no sean las deseadas.

Su conducta es adaptativa, no lucha ni se resiste a los hechos.

Una persona feliz:

  • Agradece cada experiencia de su vida y las bendiciones que ha recibido.
  • Deja ir en lugar de retener o apegarse al pasado.
  • Refuerza sus fortalezas, cualidades, habilidades y capacidades.
  • Aprende de sus errores, comprende que no es perfecta, que se equivoca, que no se culpa por lo que hizo o dejó de hacer
  • Suelta los “deberías”. Simplemente acepta los hechos tal cual son o como fueron y sabe que hizo lo mejor que pudo.
  • Perdona a quienes en algún momento haya creído le hicieron daño.
  • Reconoce el valor que tiene el pasado y le agradece su aprendizaje. No lo niega, ni rechaza ni juzga.
  • Conscientemente, se protege a sí misma y a los demás, cuidando su salud y bienestar.
  • Es capaz de afrontar riesgos, aunque tema dar el primer paso.
  • Enfrenta conversaciones difíciles con Inteligencia Emocional.
  • Es honesta y asume las consecuencias de sus actos;

Reconoce que su felicidad es una decisión muy personal, que no depende del clima, las circunstancias, las personas ni de la cantidad de ceros que tenga su cuenta bancaria.

Decídete a ser feliz y enfócate en lograr este estado de bienestar y plenitud

La vida es un ciclo en constante transformación, conformada de experiencias que interpretamos como buenas o malas, negativas o positivas, según el patrón mental que se tenga.

Son estos esquemas los que determinarán la percepción de bienestar que podamos experimentar, los que definen las emociones, las conductas y por ende los resultados.

Puedes convertirlo en un círculo vicioso o virtuoso.

La diferencia está en si los pensamientos son principalmente negativos, limitantes y/o paralizantes, en cuyo caso, las emociones transmiten estados internos de igual dimensión, caracterizados por la tristeza, la angustia, el miedo, la frustración y la rabia; lo cual conlleva a la práctica de conductas de agresividad, violencia, impotencia, conformismo o parálisis ante la vida, por lo cual no se toman decisiones, ni tampoco se acciona.

Se vuelve la vida una rutina y un cúmulo de quejas y sinsabores; y por ende los resultados son sueños truncados, metas no logradas, enfermedades, relaciones tóxicas, mala comunicación consigo mismo y con el entorno.

Mientras que, si los pensamientos son positivos, esperanzadores, resilientes y motivadores, la actitud hacia la vida es distinta.

Se experimentan emociones como la alegría, la satisfacción de lo alcanzado, la gratitud por lo que se tiene, las ganas de seguir adelante y se reconoce que la culpa es una pérdida de tiempo, que desgasta y limita.

El ciclo del cambio comienza con una toma de conciencia y con ella la capacidad de elegir de nuevo, desde la libertad, lo cual conlleva tomar acciones concretas que permitan con responsabilidad, comprometerse y hacer nuevos descubrimientos, donde no sólo se asume una actitud nueva, sino que también se desprenden conductas positivas, proactivas, de contribución, de apoyo y ayuda a otros, estudiando nuevos aprendizajes para ser mejores personas, mejores profesionales, trabajando con entusiasmo y compromiso, resolviendo los desafíos de los nuevos tiempos, con un estado de salud en permanente revisión, cuidados y bienestar físico, mental y espiritual.

No hay límites, no hay recetas, decídelo porque sí. No sigas resistiéndote a tu derecho de nacimiento: Ser feliz.

Licda. Yamilet Pinto

Psicóloga

Coach de Vida

@yamiletpinto

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