¿Y si Cambio? ¡Que sea divertido vivir en pareja!
La relación de pareja no puede ni debe ser fuente de amargura, tristeza e infelicidad. Ese no es el propósito de una relación de pareja.
El propósito de cada relación lo definirán sus miembros y en general está relacionado con la consolidación de un proyecto de vida juntos, manteniendo su individualidad, respetando sus espacios, conectados con el compromiso, la intimidad y la pasión, en pro de un amor consumado, realizado y materializado.
Lograr este propósito requiere de la determinación de cambio, adaptabilidad, paciencia, aceptación, respeto, confianza, admiración mutua y una comunicación impecable, asertiva y afectiva, donde las palabras, los gestos, el tono de voz y la intención comunicativa estén en sintonía y sean congruentes entre ellas.
¿Definieron su proyecto de pareja?
Si decidieron compartir sus vidas, sueños, proyectos y planes ¿Cuáles fueron las características de ese plan? ¿Hacia dónde se enfocaron, qué dirección tenía ese plan? ¿Qué espacio tuvo la distracción, la emoción, la aventura, la recreación y la diversión en ese plan?
¿Solo se centraron en trabajar, comprar casa, carro, graduarse o montar un negocio? O ¿Nunca tuvieron un plan de vida en pareja y dejaron que el azar fuera quien decidiera sus pasos?
Un hogar se forma desde la calidez del amor y la alegría. Un hogar se hace, se construye, se alimenta y se fortalece desde la genuina intención de acompañarse mutuamente e inspirarse a vivir en plenitud cada día.
Nadie dijo que fuera fácil, definitivamente no lo es. Primero porque se proviene de hogares distintos, cuyas costumbres, creencias y patrones difieren, lo cual no quiere decir que estén errados, solo indica que, para crear su propio proyecto de vida, más allá de los patrones previos, es necesario definir hacia dónde quieren ir, cómo llegar a esa meta, con cuales recursos cuentan y cuáles son los motivos que les inspiran, de manera que puedan hacer los ajustes necesarios, las negociaciones correspondientes y adaptarse mutuamente para caminar juntos hacia sus sueños.
Un punto importante que es necesario enfrentar en la vida en pareja y que afecta los planes y proyectos comunes, son las heridas que ambos traen de la infancia, las cuales influyen en los modelos de comunicación y relación.
Por ejemplo, la forma en la que mamá y papá se trataban, las infidelidades vividas, el manejo del dinero, la distribución de responsabilidades, los abandonos y rechazos infligidos y la importancia de la diversión en pareja.
Son muchos los casos en los que la relación se centró en los hijos, el trabajo o los negocios y se fue dejando atrás el compartir, la alegría, el juego, la complicidad y la intimidad.
Se llenaron de compromisos y la pasión se fue desvaneciendo. El estrés, las deudas, los cambios, la migración, la enfermedad o los problemas tomaron el control mental de cada uno. La comunicación se llenó de silencios y dolor, el resentimiento tomó espacios y el conflicto, la pelea, la decepción y el aburrimiento aparecieron, perdiéndose de vista el proyecto de pareja que alguna vez soñaron.
Alivio para el alma y para el cuerpo
La triada del amor nos habla del compromiso, la intimidad y la pasión. Si alimentamos a los tres, tendremos un amor consumado y bonito. Pero, para ello se requiere pasar por un proceso de introspección, análisis y reflexión personal:
· ¿Qué fue lo que me enamoró de mi pareja?
· ¿Qué me motivó a estar con ella: la necesidad de salir de donde estaba, de ser o sentirme amada, protegida, apoyada y acompañada?
· ¿Cuándo fue la última vez que salimos a divertirnos?
· ¿Cuándo fue la última vez que nos reímos a carcajadas, jugamos y bromeamos entre nosotros?
· ¿Con qué frecuencia nos abrazamos o nos decimos frases afectivas?
· ¿Desde cuándo no hacemos algo diferente para celebrar nuestro aniversario?
· ¿Creamos momentos especiales en la cotidianidad?
· ¿Qué hacemos los fines de semana?
· ¿Atiendo y escucho a mi pareja como ella necesita?
· ¿De qué manera estamos resolviendo nuestras diferencias?
· ¿Estamos compartiendo momentos juntos?
· ¿Cuáles son las palabras afectivas que le digo y con qué frecuencia?
· ¿Cómo la saludo al despertar, al llegar a casa y cómo me despido al irme a dormir o a trabajar?
Responder estas y otras preguntas que les surjan podrán marcar un antes y un después en su relación. Les ayudará a retomar la diversión y la alegría de vivir juntos. También les puede ayudar:
· Despertar la alegría en su corazón.
· Desarrollen el buen humor, ríanse de sus locuras, de sus anécdotas, de su propia historia.
· Salgan más a menudo a pasear.
· Caminen juntos, conversen de cosas distintas a las cotidianas.
· Vean películas o series juntos.
· Cocinen juntos.
· Coman helados juntos.
· Consiéntanse mutuamente.
· Inventa según su personalidad, algo nuevo, distinto y alegre para compartir.
Ninguna de estas actividades pretender obviar los problemas que se viven en el día a día, pero es importante drenar, vivir el momento presente y enfrentar las preocupaciones de una manera distinta. Si se les dificulta, convérsenlo y busquen ayuda psicológica profesional.
¿Lo intentan?
¡Hagamos que nuestra convivencia sea divertida!
Yamilet Pinto
Psicóloga
@yamiletpinto
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