¿Y si cambio? Psicoeducación sexual en la familia, materia pendiente

Vivimos tiempos súper complejos en materia del manejo de la información, especialmente en el ámbito sexual de los adolescentes.

Nunca antes se habían dicho tantas cosas sobre la sexualidad, algunas confunden más a los adolescentes y a su familia, quienes por lo general se sienten abrumados de tanta información y confundidos por tan poca orientación y formación sexual.

Una de las inquietudes de los padres es si sus hijos tienen claridad sobre su orientación sexual.

Se preguntan si es una moda ser homosexual, cuestionan que se quiera normalizar el tema, temen el castigo de Dios, se debaten entre aceptar la posibilidad de la homosexualidad de su hijo (a) o echarlo de casa, rechazándolo, cuestionándolo, maltratándolo o juzgándolo.

Se preguntan ¿Qué hacer? Porque no quieren hacerlo mal, pero se resisten a aceptar esta moda ¿o realidad?

Necesitamos psicoeducación sexual

Tanto padres como adolescentes necesitan conocer sobre el desarrollo psicosexual del individuo, para evitar caer en especulaciones, manipulaciones e informaciones desacertadas.

La psicoeducación es la mejor opción.

Cuando alguien recibe psicoeducación está conociendo información clave que le permitirá comprender los procesos por los cuales atraviesa en diversas etapas de su vida.

En el caso de la psicoeducación sexual, se refiere al proceso de enseñanza y aprendizaje permanente, basado en planes de estudios adaptados a los padres, a los niños, niñas y adolescentes en todas las etapas, y a través del cual se busca contar con los conocimientos necesarios sobre aspectos psicológicos, físicos, sociales y cognitivos sobre la sexualidad.

Es necesario comprender que no todo lo que se publica en redes sociales puede catalogarse como educación sexual, al contrario, se ha tergiversado el concepto, llegando con frecuencia a la hipersexualización de manera errática y disruptiva.

La hipersexualización coloca toda o buena parte de la atención en los atributos sexuales, delegando a un segundo plano otros valores y cualidades personales.

Se hace a través de las diversas plataformas de streaming y se pueden apreciar en la publicidad, series, películas y videoclips, donde el sexo crudo y duro destaca en la mayoría del contenido.

Lo que muchos adolescentes desconocen es que esta “inocente” hipersexualización, de la que ellos dicen que los adultos exageran, es una de las causantes de cuadros de ansiedad y depresión, debido a la imposibilidad de lograr el ideal que estos espacios destacan.

La música es uno de los fenómenos que más ha influido en los adolescentes y su hipersexualización, de donde se extrae que:

· Aumenta la precocidad en la actividad sexual.

· Genera más de 750 embarazos cada año.

· Casi 25 % de jóvenes son infectadas por Enfermedades de Transmisión sexual (ETS).

· Los adolescentes que prefieren canciones con referencias a actividades sexuales degradantes tienen el doble de probabilidades de llegar al coito o a actividades previas.

· El reggaeton invita a percibir la sexualidad, sólo enfocado a la genitalidad.

Obviamente la industria sigue buscando como calar en la población más vulnerable, que atraviesa por una etapa de crecimiento y desarrollo, donde se sienten incomprendidos, con baja autoestima y encuentran en la música su refugio.

La homosexualidad llega a la familia ¿Qué hacer?

Los adolescentes están saturados de información y presión social.

Buscan apoyo y la encuentran, además de la música, en su “tribu”, esa comunidad que los acepta, que no lo cuestionan ni critican. Donde se sienten seguros y queridos.

Por eso prefieren estar con los amigos, mientras que los padres se sienten irritados y mucho más cuando su hijo (a) les expresa que su orientación sexual es hacia el mismo sexo.

¿Por dónde empezar para hacerlo lo mejor posible, colocando reglas y límites funcionales, respetuosos y amorosos?:

1. Comprender que la adolescencia es una etapa de crecimiento y desarrollo, donde se busca descubrir lo que significa sentir atracción romántica y física por otra persona.

2. Entender que el adolescente está definiendo su orientación sexual. Que las experiencias con el mismo sexo aún no son concluyentes, que dentro de esa búsqueda está descubriendo su propia intimidad y orientación sexual.

3. Aceptar que la orientación sexual no es algo que se elige. La inquietud general es querer descubrir de dónde viene la homosexualidad y eso es algo que no tiene respuesta concluyente, como tampoco la heterosexualidad ni bisexualidad. Se sabe que no es una enfermedad ni una anormalidad, no es hereditaria, tampoco se relaciona con la crianza ni con experiencias negativas del pasado.

Si su hijo (a) le revela que su orientación sexual es hacia personas de su mismo sexo:

4. Agradecerle que se haya acercado a hablar y contarle sobre su orientación sexual. Eso es súper valioso. La mayoría calla por miedo y tristeza, para evitar el dolor que piensa pueda ocasionar a sus padres y familiares.

5. Escuchar con atención su sentir y su pensar, haciendo preguntas respetuosas: ¿Cómo te sientes con eso? ¿En qué te puedo apoyar? ¿Has tenido otro tipo de experiencias como para saber si es sólo parte del proceso de crecimiento?

6. Evitar sobreproteger, prohibir, insultar, rechazar, abandonar. Esto agudizará el cuadro psicoemocional del adolescente.

7. Comprender que ambos (padres e hijo-a) están atravesando un proceso complejo, que necesita tiempo, comprensión y mucha comunicación.

8. Si le cuesta aceptarle, es recomendable buscar ayuda psicológica profesional.

El amor a los hijos no tiene condición, sólo se les ama, acepta, guía y orienta.

Psicóloga Yamilet Pinto

@yamiletpinto

PsicólogaFPV-16092

yamipinto@gmail.com

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