Opinión

¿Y si Cambio? No confundas la obsesión con estar enamorado

Es en esa primera etapa, cuando la pareja es sorprendida con un embarazo no deseado, se adelanta una convivencia que llega a ser muy tóxica, porque no llegaron a conocerse realmente.
sábado, 30 octubre 2021

Estar enamorado es una sensación muy hermosa que se vive luego del primer flechazo, cuando la atracción hacia la otra persona desencadena sensaciones muy agradables en el cuerpo y en la mente.

Esa atracción es la que da paso a una primera cita, la cual muy seguramente marca el inicio de una relación amorosa, cuya primera fase es el enamoramiento.

Muchas relaciones tóxicas están más enmarcadas dentro de un cuadro obsesivo que dentro del amor genuino.

Fases del enamoramiento

Los principales indicios de que nos estamos enamorando o que ya lo estamos, es que:

1. Existe una gran necesidad de estar al lado de la otra persona.

2. El deseo sexual sobrepasa cualquier expectativa.

3. Las horas pasan lentamente y la espera para estar de nuevo juntos se hace eterna.

4. La felicidad es perfecta, el amor está a flor de piel, con energías nuevas.

5. El estrés por la ansiedad que genera la espera, en algunos casos causa insomnio y se dificulta conciliar el sueño.

6. Las emociones son intensas.

7. Los pensamientos son casi exclusivamente para con esa persona

Todo lo anterior nos hace pensar que lo que sentimos es amor real, pero es importante aclarar que aún no lo es. Estamos ensimismados por el otro, pero todavía no se ha consolidado la relación y esto es lo que muchas parejas desconocen y hace que se apresuren y se dejen llevar por la pasión y la ilusión de lo que creen que es amor real.

Es en esa primera etapa, cuando la pareja es sorprendida con un embarazo no deseado, se adelanta una convivencia que llega a ser muy tóxica, porque no llegaron a conocerse realmente.

El secreto está en comprender que en el enamoramiento se viven diversos momentos, caracterizados por:

1. Una muy fuerte atracción sexual.

2. La idealización de la otra persona, que hace verla como lo único que puede ofrecer felicidad y plenitud, la complementariedad perfecta, la que ofrece el mayor bienestar posible, la que no tiene defectos, sólo virtudes.

3. Una imaginación de vida juntos en total armonía.

4. Una sensación de apropiamiento del otro: “es mío (a) y de nadie más”.

5. Una reciprocidad que indica el deseo de responderse mutuamente a las expresiones de amor y cariño.

6. Un deseo de conocerse más.

7. Una intención de dar un paso al frente y de verdad comenzar una relación más estable.

Son algunas de las características de esta primera fase las que, por lo general, hace que se confunda el amor con la obsesión, de manera que es necesario que en el proceso psicoeducativo podamos aprender a diferenciarlo, para conscientemente buscar ayuda profesional, sanar y restablecer nuestra vida amorosa.

Si somos capaces de identificar estos momentos en el proceso de comenzar una nueva relación de pareja, comprenderemos que toda idealización, ilusión e irrealidad pasa con el tiempo, para darle el paso a la continuidad de la relación, que es cuando se comienzan a conocer más, y se abre espacio a las siguientes etapas de la relación de pareja, identificadas como: Inicio, Decepción, Superación de la crisis y amor real, Conexión y Plan de futuro.

La obsesión amorosa

La diferencia entre el enamoramiento y la obsesión es que, aunque comparten algunos factores, en la obsesión éstos se mantienen en el tiempo y con marcada intensidad, mientras que en el amor genuino van tomando otra forma, según como vaya evolucionando la relación. Algunas de las señales de alarma son:

• La idealización de la persona y el pensamiento de que es lo único que le da sentido a tu vida.

• No ser capaz de verle defectos ni nada negativo.

• Autoabandonarse para complacerlo (a), en todo lo que pida, sin importar los riesgos que corras ni la forma en la que te trate emocional o físicamente.

• Actuar constantemente en contra de lo que sabes que es correcto.

• Abandonar todo por él: trabajo, estudios, estabilidad económica e incluso a tus hijos.

• Perder autoestima y amor propio.

• Verificar constantemente si está conectado (a) en las redes sociales y reclamar acalorada y descontroladamente no haberte respondido.

• Dejar de ser productiva y generar ingresos.

• Celos irracionales, acoso, persecución y control permanente de lo que hace.

• Incapacidad de establecer límites de racionalidad.

• Dudar permanentemente si te ama o si lo amas realmente.

• Conducta posesiva, caracterizada por expresiones amenazantes como “si no eres para mí, no serás para nadie”.

• Pensamientos obsesivos de ser abandonada.

• Dificultad para concentrarte y conciliar el sueño.

• Tendencia a la depresión.

• Ansiedad, llanto sin razón aparente, irritabilidad y mal.

• Dependencia emocional, donde, aunque ves que todo va mal, igual insistes en permanecer a su lado a costa de tu propia felicidad y la de tu entorno.

Si te das cuenta que esto está pasándote, aléjate de esa persona, corta todo contacto, busca ayuda especializada de inmediato, porque pudieras estar frente a un Trastorno Obsesivo Compulsivo que necesita ser atendido y que está muy lejos de ser amor.

@Yamilet Pinto

Psicoterapeuta

Coach de vida

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