Opinión

¿Y si Cambio? Nadie quiere estar enfermo, pero pasa ¿cómo transitar la enfermedad?

Hacerte consciente de lo que sientes: miedo, rabia, tristeza, culpa u otra emoción.
sábado, 19 agosto 2023

La razón por la que nos enfermamos es un misterio para nosotros, ya que son muchos factores los que están involucrados en la existencia de una patología.

Están los factores ambientales, genéticos y emocionales. Y no se puede atribuir sólo a uno de ellos la existencia de un diagnóstico desagradable.

Si bien es cierto, somos total y absolutamente responsables del cuidado de nuestro cuerpo, también es cierto que no toda enfermedad debe representar una culpa interior, que no hace sino aumentar el nivel de desaliento que se siente frente al hecho de estar enfermo.

Quizá la religión influyó en creer que la enfermedad es un castigo de Dios e inconscientemente al momento de recibir un diagnóstico lo primero que surge en la mente son pensamientos acusadores de lo que está ocurriendo.

“Dios me está castigando por el mal que hice en el pasado” “Me lo merezco” “Por lo que hice o no hice, ahora me está pasando esto”.

La verdad es que este tipo de pensamientos no hace sino empeorar el cuadro de salud mental, físico y espiritual de la persona.

Es bueno escuchar el cuerpo e identificar sus mensajes

No es un secreto que vivimos en una sociedad altamente estresada y que un estrés sostenido en el tiempo, sin duda genera alteraciones en nuestros sistemas psicofisiológicos; y si a eso sumamos que no hacemos pausas en nuestra vida, presionados por las responsabilidades y compromisos económicos, sociales o profesionales, que tampoco practicamos el autocuidado, que nuestros hábitos alimenticios y de descanso son inadecuados, que con ellos afectamos la salud mental, física y espiritual, obviamente el resultado podría ser la enfermedad.

Es allí donde la conciencia toma su valor y nos hace reflexionar sobre lo que estamos haciendo con nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu y por qué no estamos identificando las señales que nos están enviando.

Esta reflexión interior nos invita a preguntarnos:

¿Qué está diciendo tu cuerpo con esta enfermedad?

¿Qué sientes cuando te das cuenta de lo que está pasando?

¿Desde cuando no hablas con tu cuerpo?

¿Cómo lo estás tratando?

¿Cuándo fue la última vez que te hiciste un chequeo médico?

¿Estás tan atento a los demás que te olvidas de ti?

¿No tienes tiempo para ti?

Estas preguntas son difíciles de responder, porque nos enfrenta a una realidad que no hemos querido ver o que nos resistimos aceptar y es que, el cuerpo sí nos habla.

Si hacemos una retrospectiva, nos daremos cuenta que desde hace algún tiempo el cuerpo estaba enviando mensajes, a través de síntomas que fueron ignorados por estar “muy ocupados”.

Y no sólo se ignoran los síntomas fisiológicos, también se pasan por alto las señales emocionales. Ignoramos el miedo, la tristeza y le damos cabida a la rabia, que nos conduce a una lucha interior y a la no aceptación de la nueva realidad.

Un gran riesgo es racionalizar al extremo lo que tiene un componente altamente emocional, olvidándonos de hacer el insight que necesitamos para sanar interiormente, no solo fisicamente, sino también emocionalmente.

De manera que es oportuno darte cuenta de los pensamientos que desde hace mucho te han acompañado: “No puedo parar. Tengo que resolver. Mi familia depende de mí. No puedo darme el lujo de detenerme a descansar. Tengo que producir. Tengo demasiados gastos y compromisos. Pararé después, cuando salga de todas estas deudas y compromisos” . Mi pregunta para ti es: ¿Alguna vez sales de ellos? ¿No te pasa que no has terminado de salir de una deuda o compromiso, cuando ya tienes otro en puertas?

Es en serio, el cuerpo está pidiendo que le atiendas y pienses en ti. Que te des amor y cuidados.

La enfermedad es un proceso que necesitamos transitar llenos de compasión, conciencia y conocimiento

Como podemos ver, la enfermedad es un proceso lleno de incógnitas y no se puede controlar.

Se puede transitar en conciencia plena y esto significa que si bien cuidarnos nos ayuda a prevenirla, no es garantía de que no sucederá.

El ser humano es sumamente complejo y la radicalidad, ligereza e inconsciencia con la que se tratan las enfermedades, sólo minimiza la capacidad de pensamiento crítico, inteligencia y espiritualidad con la que cuenta el ser humano.

Ya el sólo hecho de creer que se pueden controlar al 100 % los pensamientos, las emociones y las conductas, cuando en realidad no es así, causa grandes frustraciones, ansiedad, depresión, angustia, culpa e impotencia, especialmente cuando se recibe un diagnóstico inesperado y doloroso.

De manera, que es determinante comprender que la enfermedad es también un proceso del cual se puede extraer grandes aprendizajes, libres de culpa, consciente de las responsabilidades inherentes al hecho y de las acciones a tomar a partir de ahora.

No se trata sólo de pensar positivo o negativo. Es mucho más profundo que eso.

Ahora bien, el proceso de sanación también es integral, y traspasa expectativas lógicas, ya que no sabemos a ciencia cierta que es lo que se necesita sanar específicamente.

A nivel del cuerpo per se, es posible que se cuente con alguna información, pero a nivel emocional y espiritual es mucho más complejo y sencillo al mismo tiempo.

De manera que, tanto si estás transitando ya una enfermedad, si estás esperando resultados o si apenas estás recibiendo el diagnostico, podrías:

Hacerte consciente de lo que sientes: miedo, rabia, tristeza, culpa u otra emoción.

Reforzar tu fe, si eres de las personas que cree en Dios, es un buen momento para profundizar en la oración, contemplando un Dios amoroso, gentil y compasivo. No a un Dios castigador ni infame.

Buscar ayuda profesional, en la especialidad correspondiente y psicológica, ya que existe un proceso de duelo que es importante transitar gentil y conscientemente.

Reconocer que no eres culpable de enfermarte.

Aceptar la responsabilidad de sanar y tomar las acciones inherente a tu proceso, independientemente del desenlace.

Comprender que no vale la pena resistirte a esta nueva realidad, eso sólo te enfrentará a una lucha inútil, desgastante y agotadora emocional y espiritualmente.

Asumir nuevos pensamientos, emociones y conductas, proclives a una sanación interior, más allá de los resultados.

Evitar el juicio propio o a terceros con respecto a la enfermedad que sufren.

Practicar la empatía con el enfermo, ya que las criticas, los juicios y el estigma los maltrata interiormente y daña su autoestima.

Tomar conciencia que detrás de esta experiencia hay algo que necesitas saber, comprender y reconocer para tu mayor bien interior.

Recordar siempre que no existen recetas para el tránsito de una enfermedad, sólo tú puedes saber lo que funciona para ti.

Llenarte de amor y compasión por tu cuerpo.

Perdonarte y perdonar a quienes te hirieron.

Transformar creencias culpabilizadoras por creencias de conciencia y conexión contigo mismo.

Sé gentil contigo mismo en esta nueva realidad, vuelve a tu centro, tu sabiduría y grandeza espiritual. ¡Escúchate!

Yamilet Pinto
Psicóloga
FPV 16092
@yamiletpinto

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