¿Y si Cambio? Madres tóxicas, hijos con baja autoestima
Una de las relaciones más significativas que tiene una persona es con su madre, o por lo menos es lo que nos enseñaron que debía ser. Pasamos en su vientre alrededor de nueve meses, nos nutrimos de ella, escuchábamos el latir de su corazón y, por lo general es la primera persona que nos abraza y protege en su regazo al momento de ver la luz del mundo.
De la madre recibimos amor, nutrición, cuidados, cariño, protección, seguridad, afecto y la conexión con la vida. La buena relación con mamá nos abre las puertas del éxito profesional, económico y afectivo. Sin embargo, esto no siempre es así.
De la miel a la hiel
Como todo ser humano, las madres también tuvieron infancia, en la cual recibieron o no recibieron, afecto, protección y amor.
Aquellas madres que en su infancia recibieron el amor y la atención adecuada de sus padres, se convirtieron en mujeres capaces de desarrollar de manera consciente su potencial, disfrutar de bienestar, felicidad y plenitud.
Son mujeres que tienen facilidad para entablar relaciones interpersonales conscientes. Pueden construir relaciones armoniosas, equilibradas y positivas, tanto en el campo laboral, como profesional, pareja o familia.
Gozan de buena autoestima, amor propio y tienen claridad en sus metas y propósitos. Les dan sentido a sus vidas y en cuanto a su maternidad, transmiten el deseo consciente de querer ser madres, dispuestas a aprender, superándose a sí mismas, transformado sus errores en oportunidades de crecimiento y evolución personal. Es decir, durante el proceso de desarrollo personal y de la maternidad, aprenden, se reinventan y siguen.
Indudablemente, no todas las mujeres crecen en esos ambientes. Hay quienes han crecido en ambientes tóxicos, donde la maternidad se desarrolla de manera muy disfuncional y las conductas prevalentes son:
· La manipulación y el chantaje afectivo. Utilizando frases como: “No cuento con nadie” “Ahora todo lo tuyo es con tu pareja y te olvidas que soy tu madre“ “Cada vez me siento peor y tú sabes que no tengo quien me ayude”
· La mentira y el victimismo como medios para lograr sus fines, “Todo lo que sacrifiqué por ti y así me pagas” “Está bien, vete del país, tranquilo (a), yo sabré cuidarme” “¿No ves que no me siento bien? Claro, no te importa lo que me pase”.
· La sobreprotección y el excesivo control. Usando frases parecidas a estas: “Deja que yo lo haga, tú no sabes” “¿Para dónde vas, con quién, a qué hora vienes? Yo te llevo y te busco”
· La agresividad verbal, emocional o física. “¿Acaso te pedí que hicieras eso?” “No me interesa saber nada, te vas de mi casa”
Las hijas o hijos que crecen con una madre tóxica, por lo general se sienten:
· Insuficientes. Debido a que perciben que por más que tratan de hacer las cosas bien y con mucho esfuerzo, no logran una palabra de reconocimiento o satisfacer las expectativas de la madre.
· Con baja autoestima, por las constantes comparaciones con hermanas, primas u otras mujeres; y/o por las duras críticas, descalificaciones, juicios e insultos recibidos, impactando negativamente en la autopercepción de su propia capacidad de resolución de problemas, inteligencia, habilidad y potencial personal.
· Culpables de todo, ya que, a través de las manipulaciones y el victimismo, aprendió que la felicidad y bienestar de la madre y/o de la familia dependería de ellos, por lo que si este objetivo no se logra es porque no hicieron o no han hecho lo suficiente.
· Incapaces de tomar sus propias decisiones por miedo a equivocarse, fallar o defraudar a la madre,
· Inseguras de sí mismas y carentes de autonomía, por lo que les cuesta iniciar proyectos y creer que son capaces de lograr grandes éxitos en sus vidas, ya que por mucho tiempo les sobreprotegieron y les hicieron creer que no podrían valerse por sí mismas (os), y que necesitan la aprobación de otros para saber que lo estaban haciendo bien.
· Emocionalmente inestables, ya que, al crecer en un ambiente hostil, cargado de burlas, agresividad pasiva y/o activa, la tristeza, frustración y el miedo se apodera de los pensamientos, emociones y conductas, neutralizando cualquier estado de bienestar.
· Cohibidas de expresar sus verdaderos sentimientos, ya que, al ser cuestionados, neutralizados o no escuchados al momento de expresar sus verdaderos sentimientos, callan y crean estados emocionales limitantes.
Desintoxica el cerebro
No es fácil convivir con una madre tóxica, ya que los sentimientos existen, de ambas partes. Por lo que buscar sanar esa relación es lo ideal, para ello:
1. Acepta que has estado conviviendo con una madre tóxica y que muy probablemente ella viene de un hogar similar o incluso sufre de un Trastorno de personalidad que no ha sido aún diagnosticado.
2. Busca ayuda psicológica profesional para ti.
3. Cambia las creencias que te hicieron sentir insuficiente, incapaz, inútil e insegura (o).
4. Comienza un nuevo ciclo de comunicación asertiva contigo misma (o).
5. Reprograma tu mente hacia una nueva vida.
6. Atrévete a cambiar.
¡Tu pasado no define tu futuro, reinventa tu presente!
Yamiilet Pinto
Psicologa
FPV 16.092
@yamiletpinto
yamipinto@gmail.com
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