Opinión

¿Y si Cambio? Los hijos necesitan perdonar a sus padres

Para entender que este proceso es largo y no inmediato.
sábado, 07 diciembre 2024

El tema del perdón es muy subjetivo, tiene un sentido espiritual muy profundo y resulta ser liberador y sanador. Es un regalo que nos damos a nosotros mismos y a la humanidad en pleno. Cuando somos capaces de perdonar, el camino de la libertad se abre ante nosotros y la felicidad se siente más cerca y la vemos con más claridad.

Psicológicamente, el perdón se convierte en una estrategia sanadora en casos donde el resentimiento, el dolor, la frustración y el sufrimiento han afectado la salud mental, emocional y espiritual de quien se siente herido y especialmente si esa herida procede de los padres.

“Pasar la página” es algo que se menciona con mucha frecuencia. Sin embargo, no puede expresarse con tanta ligereza un proceso tan complejo como perdonar. Es algo, que según la edad que se tenga al momento de concederlo, será más o menos traumático.

Es desde la adultez cuando nos hacemos más conscientes de las situaciones vividas, tanto por nosotros como por nuestros padres, es posible comprender que ellos también han sido víctimas de la vida, de las personas y también de sus padres, de manera que esta cadena explica por qué hoy los hijos se sienten tan heridos.

Cuando no perdonas aprisionas y te presionas interiormente

La falta de perdón causa mucho dolor y sufrimiento mental, emocional, espiritual y físico. Sus efectos se sienten de diversas formas, incluso se transforma en enfermedades, como la ansiedad y la depresión, la baja autoestima, la falta de identidad propia y la constante queja.

Cabe destacar que, la mayoría de los traumas se generan en la infancia, en momentos en los que no se tiene conciencia del agravio sufrido y es en el transcurrir de los años cuando se van manifestando algunas consecuencias de resentimiento y dolor hacia los padres, entre las cuales podemos mencionar:

• Juicio y duras críticas a su forma de actuar.

• Rechazo a sus expresiones de afecto.

• Cuestionamiento sobre lo que hicieron o dejaron de hacer.

• Evitación del contacto, desapego o alejamiento emocional y físico, como una muestra de castigo.

• Búsqueda de problemas como una vía de venganza.

• Maltrato verbal o descuido en la vejez.

• Sensación de rencor u odio parental.

Cada una de estas heridas dejan profundas cicatrices, dolor y resentimiento, y su proporción está unida al daño sufrido, a la permanencia en el tiempo, al momento en que el daño ocurrió, a la muestra de arrepentimiento o pesar que muestren los padres al reconocer su falta, aunque haya sido sin intención y producto de sus propias heridas, lo cual permite comprender, no justificar, la situación.

Sin duda, estos efectos o consecuencias de la decisión de no perdonar son personales e individuales y a quien más presiona interiormente es a quien los padece, es decir a los hijos, de manera que efectivamente necesitan liberar, soltar y gestionar el pasado, como un acto de amor propio, indispensable para una vida más plena y más libre.

El camino de la liberación: Un proceso que no es inmediato

Para entender que este proceso es largo y no inmediato, necesitamos conscientizar que en muchos casos se ha idealizado y romantizado el rol de los padres, dándole predominancia a creencias como:

• Los padres son perfectos.

• Los padres no se equivocan.

• Los padres siempre saben lo que hay que hacer.

• Los padres no mienten

Y desde esa mirada, los padres se convierten en los héroes de sus hijos, aunque no lo sean. Se necesita que nos humanicen, para entender que como todo ser humano: Nos equivocamos. En la mayoría de los casos se desea contar con una varita mágica, para resolver un asunto que lleva más de la mitad de la vida afectando la estabilidad emocional de los hijos.

¿Quieres retomar tu estabilidad emocional y cambiar tu vida hacia otra más feliz y más plena? Comprende que:

• Perdonar es un acto de introspección personal, humildad, valentía, voluntad y amor propio, no es un acto de superioridad

• Para perdonar se necesita reconocer el dolor: ¿Qué me hiciste? ¿Por qué duele tanto? ¿Que consecuencias dejó eso en mí?

• Concientizar que perdonar no es olvidar, sino que ya no haga daño recordar.

• Para perdonar no necesitamos que los padres nos pidan perdón.

• El proceso de perdonar comprende un largo periodo de escucha empática, sin juicios y abiertos al cambio.

• Sólo podemos perdonar aquello que entendemos, lo que no logramos comprender no existió, de manera que entendamos la historia de nuestros padres.

• Perdonar no implica reconciliación total y absoluta, tampoco salir, ni amar ni compartir.

• Perdonar no hará que la historia se borre, sin embargo, la mirada será diferente.

• Cuando se entra en una actitud de gratitud, ya no hay nada que perdonar

Definitivamente, cuando salimos del papel de víctima, comenzamos a resignificar los eventos vividos en el pasado y aumentamos la capacidad de ver nuestra vulnerabilidad en conciencia plena, amando lo que es, sin arrogancia y con la firme convicción de que al liberarnos de la cárcel del resentimiento, la felicidad y la lentitud formarán parte de nuestra vida.

Yamiilet Pinto

Psicóloga

FPV 16.092

@yamiletpinto

yamipinto@gmail.com

Ten la información al instante en tu celular. Únete al canal de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link: https://whatsapp.com/channel/0029VagwIcc4o7qP30kE1D0J

También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí: https://t.me/diarioprimicia

error: