Opinión

¿Y si Cambio? Lograr metas en un proceso consciente de amor propio

Lograr metas es un compromiso con nosotras mismas, una muestra de amor propio.
sábado, 26 octubre 2024

Cuando pensamos en lograr una meta, viene a nuestra mente aquello que deseamos alcanzar en un tiempo determinado y donde podemos aprovechar nuestras fortalezas, nuestros recursos internos y externos para lograrla, interviniendo un alto nivel de compromiso, disciplina, enfoque, conocimientos, preparación y muchas ganas de ir a un siguiente nivel que nos permita alcanzar más bienestar, satisfacción, prosperidad y plenitud.

Es un camino de diversos tramos, por lo que es importante visualizar y soñar lo que queremos en cada uno de ellos, vernos y sentirnos como si ya lo hubiésemos logrado.

Este ejercicio potencia la energía y la motivación. Sin embargo, no es suficiente. Hay que pasar a la acción.

Primer tramo: Conectar con las necesidades

En todo proceso de logro es necesario reconocer el por qué y para qué queremos lograr la meta propuesta. Esto le da sentido a la búsqueda y se convierte en la ignición de la motivación.

Ese punto de arranque son las necesidades, una teoría que permite entender qué mueve al ser humano a desplazarse de un nivel a otro en su vida, tanto desde el punto de vista psicológico y emocional, como fisiológico y material.

En primera instancia es importante entender que una meta bien definida, específica, retadora y temporizada, tiene una alta probabilidad de ser alcanzada.

Por ejemplo, comprar una vivienda o viajar al exterior el siguiente año, conduce a la definición de pequeños objetivos que nos acercarán al logro de la meta general.

En ese sentido, es importante tener claro el por qué y el para qué lo queremos lograr, es ese paso el que nos permitirá descubrir cuál necesidad buscamos satisfacer y cuán motivante y retadora puede llegar a ser.

Por ejemplo, decir “quiero mudarme porque donde vivo es incómodo, no me gusta, es muy pequeño y no me siento segura” responde a la pregunta ¿por qué quieres mudarte?

Y si a eso le agregas, “me mudaré para sentirme más cómoda, disfrutar más mi descanso, sentirme segura, y más libre”, explica el ¿Para qué quiero mudarme?

Estas respuestas le dan sentido de logro a una meta y de sus objetivos e impulsan la acción.

De otra manera sería mucho más difícil conectar con la energía necesaria para abordar los siguientes retos con resiliencia y buena actitud, ya que no todo el proceso depende de nosotros, habrá circunstancias que estarán fuera de nuestro control y dependiendo de nuestra fortaleza interior y la importancia de la meta, nos mantendremos motivadas hasta lograrla.

Obviamente, las necesidades de seguridad y protección no son las únicas a satisfacer. Hay otras menos tangibles y más cualitativas, como las inherentes a lo afectivo y emocional. Éstas son más complejas de definir y por ende de satisfacer.

De manera que es imperativo iniciar un camino de autodescubrimiento, autoaceptación, autoconciencia, autocuidado y autoprotección que nos permita respetar nuestro proceso, establecer límites y abrirnos a la posibilidad de expresar los afectos de manera asertiva y empática.

Independientemente de la necesidad a satisfacer en cada una de las áreas de tu vida, sean tangibles e intangibles, cuantitativas o cualitativas, la clave es saber identificarla y cómo lo vas a lograr.

Esa será la ruta a seguir para que cada pequeño logro te acerque a la más alta necesidad del ser humano: la autorrealización. Es en este nivel en el que realmente te comprometes con tu crecimiento personal y con el desarrollo de tu máximo potencial, claves para alcanzar la cima del éxito.

Segundo tramo: convertir la ilusión en resultados

Todo el que se plantea lograr algo, quisiera ver resultados, a veces inmediatos, olvidándose que lograr metas es un proceso que lleva su tiempo y que para ello es necesario cultivar la paciencia, la resiliencia y el compromiso, además de tomar acción, entrar en la incomodidad de lo desconocido, enfrentarse a retos diarios, al desgano y a la baja energía de otros cuando dudan de lo que somos capaces.

Es importante tomar en cuenta que todo resultado es la consecuencia de la suma de acciones y que una meta se logra soñándola, planificándola y ejecutándola.

De manera que un paso determinante es: Diseñar un plan, donde se plasme el cómo vas a lograr lo que quieres, con cuáles recursos cuentas para ello, con quienes lo vas a ejecutar, cuándo lo vas a hacer, dónde y cuánto vas a invertir en tiempo y recursos económicos. Y luego ejecutar cada uno de lo pasos programados.

Así que si quieres alcanzar tus próximas metas:

1. Identifica lo que sí quieres, no lo que no quieres.

2. Deja de hacer lo que no suma a tu meta.

3. Divide la meta en pequeños objetivos y valora y agradece cada pequeño paso.

4. Resetéate y reenfócate cada vez que sientas que perdiste la brújula.

5. Eventualmente, cuestiona lo que estás haciendo y haz los ajustes correspondientes.

6. Sigue formándote en todo lo que sea necesario.

7. Apóyate en mentores que te inspiren y te enseñen con su modelo.

8. Busca ayuda psicológica profesional para sanar y trascender tus heridas. Transforma creencias tóxicas en conscientes e inspiradoras.

Lograr metas es un compromiso con nosotras mismas, una muestra de amor propio.

Yamilet Pinto

Psicóloga

@yamiletpinto

yamipinto@gmail.com

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