Opinión

¿Y si Cambio? La unión familiar, el valor más importante de la Navidad

Dar regalos más caros no es muestra de amor, más lo es el respeto, la valoración y el afecto a los hijos, padres o pareja.
sábado, 24 diciembre 2022

Cuando pensamos en Navidad, muchas veces nos centramos en los regalos, los gastos, el estrés, los estrenos y las hallacas. Si bien es cierto todo esto forma parte de la tradición, el significado de la Navidad está mucho más allá de todo esto.

Navidad, significa Natividad, el Nacimiento del Niño Dios, quien vino cargado del regalo más grande: la vida, la redención, el amor y el perdón.

Quizá, el tiempo, la modernidad, la velocidad con la que vivimos, el estrés y las necesidades creadas nos ha hecho perder la esencia de la navidad y el significado de sus símbolos, los cuales por sí solos nos guían y fortalecen el espíritu.

Uno de los principales símbolos de la Navidad es la Unión Familiar, la cual está más allá de la presencia física y de las distancias. La familia sigue siendo familia esté donde esté. Su unión traspasa fronteras y su pertenencia no conoce límites geográficos.

Valores familiares que fortalecen el vínculo
Si nos detenemos a observar el Nacimiento y sus señales, podríamos darnos cuenta que la Navidad está envuelta de sencillez, humildad, solidaridad, confianza, gratitud, fuerza, generosidad y muchos otros valores que se unen para darle significado y propósito al Nacimiento del Niño Dios en nuestra mente, corazón, espíritu y familia.

La idea de reconocer estos valores es abrir un espacio a la reflexión en medio del bullicio, las exigencias sociales, el estrés y los regalos para valorar que en las familias:

· Si bien, no todas las veces se cuenta con todo lo que se desea o necesita, pueden gozar de otras bendiciones que provean bienestar y felicidad personal y familiar.

· La felicidad no depende de estar cerca o lejos; de tener más o menos. Se trata de sentir afecto, respeto y unión.

· Existe la posibilidad de abrir las puertas a quienes, por alguna u otra razón, están sumergidos en la soledad o la tristeza.

· La distancia no determina el nivel de vinculación, sino el amor, la presencia, la empatía y la comunicación lo que fortalece la unión y la pertenencia.

· La aceptación del otro es fundamental para fluir en las relaciones.

· Los hijos no tienen que vivir la Navidad igual que sus padres, sin que ello implique separación o indiferencia.

· La resiliencia y la capacidad de adaptación permite fluir con los cambios.

· Agradecer todo lo bueno y los aprendizajes, enriquece la unión.

· El respeto, la comprensión, la escucha, el cariño, la atención y la valoración del otro es muchísimo más importante que cualquier estreno o regalo.

· Aunque haya pérdidas humanas, económicas o de la salud aún queda más por hacer y aprender.

· Dar regalos más caros no es muestra de amor, más lo es el respeto, la valoración y el afecto a los hijos, padres o pareja.

Estas y muchas más reflexiones podrían estar presente en la mesa de la cena navideña y el propósito de las mismas es enaltecer el valor de la familia, darle sentido a la sencillez, la humildad y la gratitud.

Vivir la Navidad en Conexión con la esencia de ser familia
Luego de reflexionar, cada respuesta nos permite conectar con lo prioritario, necesario, importante y valioso: Sentirse y unirse en familia. La forma de experimentar esa unión pasa por reconocer que no hay familias perfectas, que cada una encierra una historia, cuyos patrones, en la generalidad de los casos se traspasan de generación en generación y una de las formas de transformarlos es, aceptando de dónde venimos, sin juzgar el pasado, perdonando los errores de quienes forjaron el presente, conscientes que de ninguna manera esa experiencia determina el futuro.

Si convives con una familia que crees que tiene defectos y no te sientes a gusto en ella o con ella, recuerda que:

· Así como en el Nacimiento de Jesús cada elemento tiene una simbología y un papel en la historia, de la misma manera cada integrante de la familia tiene un rol que jugar, un papel que cumplir.

· De nada sirve quejarse, juzgar, etiquetar o criticar a la familia. Eso sólo agudiza el conflicto intrafamiliar.

· Buscar ayuda psicológica profesional puede incentivar la comprensión y empatía familiar.

· Cada persona lleva su propio sufrimiento interno y es responsable de superar sus heridas.

· Cada integrante del grupo familiar tiene el derecho de diferir, sin que eso signifique que no se ama a la familia.

· Expresarse asertivamente y escuchar activamente al otro, puede impulsar la comprensión y aceptación entre los integrantes de la familia.

· Cuanto más rígido sea el criterio personal, menos posibilidades de comprensión existirá en el núcleo familiar.

· Existen factores externos, como las adicciones al alcohol, las drogas, el juego, el sexo, la infidelidad o el internet que pueden afectar la convivencia familiar.

· Darle funcionalidad a la disfuncionalidad pasa por la toma de conciencia personal y sobre esa base tomar decisiones asertivas que busquen el bienestar y la convivencia sana.

La familia es una fuente de solidez, pertenencia, afecto y amor que permite disfrutar en conciencia de la vida, aprender y fluir en cada amanecer. Disfrutemos ser parte de ella.

Yamiilet Pinto
Psicologa

FPV 16.092

@yamiletpinto

yamipinto@gmail.com

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