Opinión

¿Y si Cambio? La salud mental del adolescente está dando señales de alarma

Es importante tener presente, que la vulnerabilidad de la salud mental del adolescente, crece cuando, aunado a los cambios propios de la etapa, se suman las condiciones ambientales en las cuales se desenvuelve.
sábado, 18 marzo 2023

La vida del adolescente está llena de cambios biológicos, físicos, mentales y emocionales. Su autoestima sufre significativamente, en virtud que sienten una gran necesidad de pertenecer a la tribu, pero algunos líderes de grupo los excluyen e impiden la entrada por razones económicas, sociales, de raza, religión, cultura, sexualidad o por registrar algún tipo de trastorno del neurodesarrollo, como el Síndrome de Asperger, incluido en los Trastornos del Espectro Autista (TEA).

Aquí nace la vulnerabilidad y se termina cuando la conciencia se apropia de la conducta, del amor y el respeto.

Indudablemente, los adolescentes no están conscientes de las diversas implicaciones de sus conductas en el ámbito escolar, social o familiar, por lo que satanizar su comportamiento no contribuye a un sano desenvolvimiento del mismo.

Tampoco es necesaria la impunidad ante comportamientos irrespetuosos, agresivos o violentos, lo cual no implica castigos o maltratos físicos o psicológicos, sino más bien, a la conciencia, la psicoeducación y el acompañamiento.

Es importante tener presente, que la vulnerabilidad de la salud mental del adolescente, crece cuando, aunado a los cambios propios de la etapa, se suman las condiciones ambientales en las cuales se desenvuelve: violencia, abuso y agresividad intrafamiliar; alto nivel de pobreza, baja calidad de vida, educación, recreación y seguridad social; carencia de afecto, respeto, comprensión y amor.

Esto es un indicador de los factores que influyen en la salud mental del adolescente y que la familia, la escuela y la sociedad han de garantizarle un sano crecimiento y desarrollo mental, emocional y espiritual.

Señales que anuncian que algo está pasando

Criticar, castigar, maltratar o agredir a un adolescente por sus conductas no es ni ha sido nunca la manera más efectiva de corregir sus conductas inadecuadas. Existe un marco legal que es necesario tener en cuenta en el momento oportuno y no dejar impune ninguna falta que se ejecute que lo amerite. Pero, el punto más importante es cómo hacer para darse cuenta que algo no está bien, sin que ellos puedan decirlo directamente.

Una de las acciones principales que el adulto responsable del adolescente necesita considerar, sin juzgar, es la de observar lo que hace o dejar de hacer; escuchar con atención lo que dice y cómo lo dice, incluso “escuchar” lo que no dice; así como valorar los estados emocionales del adolescente e identificar señales como:

· Cuán ansioso está. La ansiedad es uno de los trastornos mentales más frecuente en los adolescentes y del que muchos padres desconocen. Puede tornarse como ataques de pánico, alteraciones recurrentes del estado de ánimo, donde pasa de la irritabilidad a la tristeza, la rabia o el miedo con facilidad; preocupaciones excesivas con respecto a su cuerpo o su físico, lo cual puede llevarle a alteraciones en sus hábitos alimenticios, dejando de comer, obsesionarse por comer sano o ejercitarse sin medida para lograr “el cuerpo perfecto”.

· Depresión, con la respectiva pérdida de interés en lo que antes le gustaba; Llanto intenso e inesperado, sin razón aparente; alteraciones del sueño, constante tristeza o añoranza y falta de energía.

· Prácticas sexuales de riesgo.

· Rasgos de perfeccionismo, nivel obsesión.

· Violencia interpersonal

· Expresiones con ideaciones suicidas sutiles o directas.

· Cortes en sus brazos o piernas.

· Retraimiento o aislamiento.

· Presión social a causa de las redes sociales, especialmente el Instagram.

· Dificultad para prestar atención o seguir instrucciones.

· Exceso de actividad o comportamientos donde no mide las consecuencias.

· Abuso de alcohol o de sustancias psicotrópicas.

Cada una de estas señales está enviando un mensaje claro del adolescente al adulto responsable de acompañarle en su crecimiento y desarrollo. Sin embargo, muchos ignoran o subestiman este llamado.

Paso a paso se avanza una convivencia 3.0

Las relaciones cambian y con ella la forma de convivir. El hecho que hoy se hable de redes sociales e inteligencia artificial, no significa que no podamos adaptarnos y crear nuevos espacios para entablar la conexión afectiva y amorosa que todo adolescente necesita.

Para fortalecer su capacidad de gestionar sus emociones, generar alternativas nuevas frente a conductas de riesgo, acompañarlos a desarrollar su resiliencia frente a la adversidad:

· Míralo cuando te habla.

· Atiéndelo cuando te pida ayuda.

· Quiérelo, independientemente de lo que haga.

· Acéptalo como es.

· Enséñale a respetarse a sí mismo y a respetar a los demás.

· Deja de compararlo con los hijos de tu amiga o sobrinas.

· Respeta su sentir y su manera de pensar, aunque sea diferente a la tuya.

· Oriéntalo, no lo descalifiques.

· Escúchalo atentamente, sin juzgar su criterio.

· Hazle preguntas sobre lo que no entiendes y clarifica antes de iniciar una discusión.

· Compréndelo cuando te cuente sus pequeñas batallas.

· Entiende que muchas veces sus expectativas difieren de su realidad, lo cual le llena de incertidumbre, frustración y desesperanza.

· Pregúntale sobre sus sueños y hazle saber que estarás allí para ayudarlo a lograrlos.

· Cuéntale de tus errores y fallas. Así aprenderá que no necesita ser perfecto para que lo amen.

· Enséñale sobre la excelencia no sobre la perfección.

Crear una relación amorosa con tu hijo adolescente, te permitirá gozar de la agradable sensación de logro que unidos pueden sentir. ¡En un reto posible de alcanzar!

@yamiletpinto

Psicóloga y Coach de vida

yamipinto@gmail.com

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