Opinión

¿Y si Cambio? La relación de pareja también ha de tener su propio proyecto

Como todo proceso vital, la relación de pareja se va desarrollando en la medida que sus integrantes también lo van haciendo. Las personas no son estáticas, por ende, las relaciones tampoco.
sábado, 17 diciembre 2022

La experiencia personal y profesional me ha permitido reflexionar sobre la vida en pareja y la posibilidad de apoyarles en su bienestar y felicidad. Me he dado cuenta que la psicoeducación es determinante para lograr ese propósito.

El fenómeno de la dinámica actual sobre la forma en la que se está iniciando la relación de pareja tiene muchas aristas sueltas que requieren conocerse para, conscientemente, consolidarlas en proyecto pareja.

Factores que inevitablemente inciden en el éxito o fracaso de la relación de pareja

Desde los cuentos de hadas hasta la actualidad se ha romantizado la idea de conformar la vida en pareja, dejándole todo el peso al amor, bajo la premisa de que “el amor lo puede todo”, sin embargo, una relación de pareja estable, armoniosa y feliz requiere mucho más que amor.

Uno de los factores que ha incidido en esta idea es “y vivieron felices para siempre”, el cual quedó grabado en el inconsciente y ha marcado la percepción de que una relación de pareja feliz no tiene conflictos, la pasión y el sexo son eternos y que sus integrantes son perfectos, cuando en realidad esto no es así y una de las cosas que todos deben conocer es que la convivencia tiene sus etapas y desconocerlas es el primer factor que dificulta el logro de un proyecto pareja estable y feliz.

Como todo proceso vital, la relación de pareja se va desarrollando en la medida que sus integrantes también lo van haciendo. Las personas no son estáticas, por ende, las relaciones tampoco.

Mutan, cambian, crecen y lo hacen sobre la base de experiencias, patrones mentales y un deseo de transformación interno. De manera que es necesario entender que cada uno tiene una percepción distinta de la realidad, por lo tanto, han de llegar a acuerdos lógicos que permitan fluir con las diferencias de criterios económicos, sociales, relacionales, financieros, académicos o paternales.

Por lo general la pareja no se detiene a hablar de esto y las consecuencias derivan en conflictos, decepciones y/o rupturas dolorosas.

Teniendo esto en cuenta, es importante conocer las diversas etapas por las que pasa una pareja:

El enamoramiento, es la primera etapa. Se idealiza la pareja, el cerebro comienza a drenar exceso de oxitocina, dopamina y endorfinas que nublan la razón.

Todo se percibe perfecto, sin defectos ni nada que pueda afectar la maravilla de vida que se está experimentando. La idealización de esta etapa hace que la pareja piense que nunca va a pasar, que así será siempre, cuando en realidad esta etapa dura apenas entre seis y ocho meses. Uno de los factores que influye de manera determinante en esta etapa es la edad de los integrantes de la pareja. El nivel de madurez emocional y mental del que goce cada uno, determinará la intensidad de esta etapa.

El Noviazgo, es la etapa más crucial. En esta etapa comienza un nuevo conocimiento del otro. Se caen las fantasías e idealizaciones y comienza el contacto con la realidad. Se develan rasgos más concretos de la verdadera personalidad. Aparecen los desacuerdos, los defectos y los conflictos. Muchas parejas no logran superar esta etapa y la relación termina.

El Compromiso, es la etapa que le da una forma más concreta a la relación. Al llegar acá la pareja comienza a diseñar su proyecto juntos, definiendo la convivencia mutua o el matrimonio.

La Convivencia o Matrimonio. Esta etapa también es crucial, porque se comienza a consolidar el proyecto pareja, el cual tendrá que superar cambios que impactan en sus vidas. Tendrán que decidir si quieren hijos, cuántos, cómo os criarán, cómo se desarrollarán e irán logrando sus metas personales y conjuntas. Se requiere mucho más que amor para consolidar este proyecto.

¿Qué pasa y por qué fracasan o triunfan las relaciones de pareja?

La respuesta en muchos casos obedece a que las etapas se sobreponen o se viven simultáneamente. Comienza la convivencia en medio de la primera etapa, sin conocerse lo suficiente ni establecer ningún tipo de compromiso o negociación mutua de cómo quieren que sea su relación. Incluso en esa etapa, a tan solo seis u ocho de “conocerse”, algunas parejas tienen su primer hijo.

Ante tal realidad, el riesgo de que se agudicen los problemas, conflictos o desacuerdos es muy alto y disminuye la posibilidad de establecer un proyecto de pareja consciente, estable y armonioso en el tiempo.

Para lograr el éxito es importante que:

1. Se hagan conscientes de en cuál etapa se encuentran y comprendan que las decisiones que rigieron la conformación de la pareja determinan su estado actual.

2. Decidan en qué tipo de pareja desean convertirse.

3. Comprender que se trata de un proceso.

4. Deshacer expectativas irreales.

5. Dejar de romantizar la idea de amarse sin desarrollar habilidades de comunicación, sin lograr un autoconocimiento consciente que permita reconocer sus errores y virtudes.

6. Dedicar un tiempo a definir el proyecto de pareja que desean desarrollar.

Definitivamente, la felicidad no es cuestión de suerte se planifica.

Yamiilet Pinto

Psicologa

FPV 16.092

@yamiletpinto

yamipinto@gmail.com

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