Opinión

¿Y si Cambio? La agresividad en el hogar afecta la autoestima de los adolescentes

La agresividad no es una expresión normal. Es necesario ponerle mucha atención.
sábado, 09 julio 2022

La conducta agresiva es una de las principales causas de conflictos intrafamiliares, laborales y/o de pareja, es el detonante para el maltrato físico, mental y emocional.

Implica conductas impulsivas, violentas, hostiles y conflictivas que afectan la estabilidad emocional de los más pequeños y vulnerables, como los niños y adolescentes, los abuelos o padres de la tercera edad.

La mujer termina siendo víctima de violencia de género o se convierte en victimaria de agresividad y en menos proporción se encuentran los adultos del sexo masculino.

Entre los efectos de las conductas agresivas se encuentran:

· La baja autoestima de los hijos, producto del sufrimiento interior que sienten al percibirse rechazados o vejados.

· Crear ambientes hostiles, caracterizados por peleas, gritos, ofensas, descalificaciones e insultos.

· Sufrimiento psicoemocional en niños y adolescentes que dan origen a conductas también agresivas y hostiles, hacia sí mismos o hacia los demás (Cutting y/o Bullying).

· Destrucción de la vida matrimonial.

· Aumento de las posibilidades de padecimientos mentales como la ansiedad, la depresión y el suicidio.

· Conflictos laborales.

En tal sentido, se hace necesario tratar abiertamente el tema, por la elevada tasa de agresividad intrafamiliar, independientemente del estrato económico o social.

¿Trastorno de Personalidad Antisocial (TPA) o Trastorno Explosivo Intermitente (TEI)?

La agresividad no es una expresión normal. Es necesario ponerle mucha atención, porque en la generalidad de los casos se termina justificando tales agresiones con un “el/ella tiene un carácter muy fuerte” o “él (ella) es así”.

Lo cual desemboca en la intimidación de la familia y se refuerza la conducta, ya que cada vez que se identifican con ese “carácter fuerte” se sienten más seguros y poderosos. En estos casos, la psicoeducación es fundamental, tanto para comprender qué ocurre y cómo poder resolverlo.

Las causas de las conductas agresivas no son aisladas. Pueden ser originadas por Trastornos de personalidad que, tanto la familia como el agresor desconocen, sumado a la ingesta de alcohol u otros estimulantes. De manera que es importante conocer algunas de las características de los principales Trastornos que están asociados con conductas agresivas, según el DSM-5.

Trastorno de la Personalidad Antisocial, corresponde a un patrón dominante y vulnerable de los derechos de los demás. Puede aparecer desde antes de los quince años de edad y se manifiesta por tres o más de las siguientes conductas:

· Impulsividad o fracaso para planear con antelación.

· Irritabilidad y agresividad, que se manifiesta por peleas o agresiones físicas repetidas.

· Desatención imprudente de la seguridad propia o de los demás.

· Engaño, que se manifiesta por mentiras repetidas, utilización de alias o estafas para provecho o placer personal.

· Ausencia de remordimiento y manifestación de indiferencia o racionalización del hecho de haber herido, maltratado o robado a alguien.

Trastorno Explosivo Intermitente (TEI), según el DSM-5 se caracteriza por presentar arrebatos recurrentes en el comportamiento, que reflejan una falta de control de los impulsos de agresividad manifestada por una de las siguientes:

· Agresión verbal, por ejemplo, berrinches, diatribas, disputas verbales o peleas.

· Agresión física contra la propiedad, los animales u otras personas, en promedio dos veces por semana, durante un período de tres meses.

· Tres arrebatos en el comportamiento o el comportamiento que provoquen daños o destrucción de la propiedad o agresión física con lesiones a animales u otros individuos, sucedidas en los últimos doce meses.

· La magnitud de la agresividad expresada durante los arrebatos recurrentes es bastante desproporcionada con respecto a la provocación o cualquier factor estresante psicosocial desencadenante.

· Los arrebatos agresivos recurrentes no son premeditados, es decir son impulsivos o provocados por la ira; tampoco buscan alcanzar un objetivo tangible como el dinero el poder o intimidación.

· Los arrebatos agresivos recurrentes provocan un marcado malestar en el individuo, alteran su rendimiento laboral o sus relaciones interpersonales, teniendo consecuencias económicas o legales.

Algunas personas que presentan este comportamiento, es posible que tengan una sensación de alivio y/o cansancio después del episodio y luego podrían sentir remordimiento, arrepentimiento o vergüenza por lo que han hecho.

¿Hay en casa este tipo de comportamientos? ¿En quienes se están repitiendo más, en mamá, papá, niños o adolescentes? ¿Qué hacer si alguien en casa está presentando esta conducta?

1. Reconocer que hay un problema en la familia. Evitar justificar lo injustificable.

2. Resguardar a los más vulnerables, los niños, ancianos y mujeres.

3. Conocer los factores de riesgo: ¿hubo maltratos y/o traumas de la infancia? ¿existen otros trastornos mentales asociados o diagnosticados?

4. Buscar ayuda profesional, antes que haya consecuencias mayores, como traumatizar a los niños, dañarlos más emocional, física y mentalmente.

5. Someterse al tratamiento necesario, que incluye psicoterapia cognitivo conductual y farmacológica, si fuera el caso.

6. Reducir cuadros de estrés.

7. Hablar, siempre hay alguien que puede escuchar sin juzgar.

Conocer estos trastornos ayuda a la familia a buscar, oportunamente, ayuda profesional, evitar que sigan surgiendo adultos agresivos y velar por la salud mental y emocional de nuestros niños, niñas y adolescentes.

Yamilet Pinto

Psicóloga

@yamiletpinto

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