Opinión

¿Y si Cambio? Hagamos higiene mental y mejoremos nuestra salud emocional

Los tiempos no parecen ofrecernos esa sencillez y sus consecuencias son más que evidentes: los casos de depresión aumentan, la ansiedad en niños, adolescentes y adultos también.
sábado, 25 septiembre 2021

Muchas veces me preguntan cómo ser feliz ante un entorno tan cambiante, con múltiples desafíos donde pareciera inevitable preocuparse, anticiparse y estresarse.

La respuesta no es tan simple, porque considera diversos elementos, lo que la hace sencilla, al centrarse en lo que es más importante y valioso, para encontrar de manera consciente y fluida el sentido profundo de las sensaciones que están detrás de cada una de las experiencias, donde el corazón y la mente se unen en un solo propósito: la felicidad y el bienestar de quien se propone alcanzarlas.

Los tiempos no parecen ofrecernos esa sencillez y sus consecuencias son más que evidentes: los casos de depresión aumentan, la ansiedad en niños, adolescentes y adultos también, el estrés causando rupturas de relaciones y alterando estados emocionales que se convierten en la principal causa de infelicidad, lo cual podría verse como negativo, pero al detenernos podemos encontrar oportunidades de crecimiento, haciendo una pausa en medio del caos y reflexionar sobre cómo podemos alcanzar la calma, la serenidad y la paz interior para resolver eficientemente la situación en la que nos encontramos.

Higiene y salud mental se complementan

La Organización mundial de la Salud es clara al destacar que dentro del bienestar integral del ser humano “La salud mental es parte integral de la salud, tanto que sin ella no hay salud”.

Por otra parte, el psiquiatra Clifford Whittingham Beers, afirma que se requiere de “un conjunto de hábitos que permiten a una persona gozar de salud mental y estar en armonía con su entorno sociocultural” y a este conjunto de hábitos los define como como Higiene mental.

Como podemos apreciar uno complemente al otro y ambos buscan el bienestar personal y nos ayuda a desarrollar nuevas conductas que conllevan mayor estabilidad emocional y mejorar nuestra calidad de vida.

Fortalezcamos nuestros recursos psicológicos

La pregunta que podría surgir es cómo alcanzar esos nuevos hábitos, lo cual nos lleva a reflexionar que por mucho tiempo le hemos dado importancia sólo a los aspectos técnicos, racionales o pragmáticos de la vida, creyendo que de esa única manera encontraremos las soluciones a nuestros problemas, sin embargo, podemos encontrar nuestros nuevos hábitos de higiene mental la gestión de habilidades comunicativas, sociales y positivas que nos ofrece la espiritualidad, el pensamiento creativo, la psicología y la psicología positiva.

Dentro de este marco de opciones cada persona puede decidir cómo hacer los cambios de hábitos que necesita, para acercarse al estado de plenitud interior que desea y requerirá reconocer que es necesario reestructurar forma actual de ver la vida.

No podemos seguir pensando que “loro viejo no aprende a hablar” o “que la letra entra con sangre, a mí me dieron palo y no estoy loca”. Es necesario tomar conciencia que contamos con recursos psicológicos que podemos desarrollar o potenciar.

Todos de alguna manera hemos alcanzado logros en la vida, por más que hoy día estemos enfrentando adversidades, hemos contado con recursos psicológicos que nos han permitido salir airosos y alcanzar metas, lo cual demuestra que no siempre hemos estado sumergidos en estados emocionales críticos.

De manera que conjugar las fortalezas interiores y la experiencia vivida es un recurso potenciador para alcanzar el bienestar y el estado de felicidad que deseamos.

A veces hacer contacto con esa belleza interior se nos hace un poco difícil y es oportuno recordar a Marianne Williamson, quien en su poema “Nuestro miedo más profundo” nos dice que “No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras. Nacemos para poner de manifiesto la gloria del universo que está dentro de nosotros, como lo hacen los niños. Has nacido para manifestar la gloria divina que existe en nuestro interior”.

Cambia hábitos negativos, como la queja, y potencia dentro de ti:

1. La determinación que has tenido para enfrentar los retos de la vida.

2. La fuerza de voluntad que te ha impulsado a tomar las acciones necesarias para mejorar.

3. La esperanza de saber lo lograrás lo que te propongas.

4. Las ganas de ser mejor ser humano.

5. La sabiduría que proviene de tus experiencias y aprendizajes.

6. La creatividad de tu mente puesta al servicio de tu propósito de vida.

7. La confianza en ti misma, al creer en lo que eres capaz de alcanzar.

8. La certeza de sentirte preparada y con las cualidades, habilidades y capacidades de realizar las actividades eficientemente.

9. La flexibilidad y apertura para aceptar los cambios.

10. La humildad para abrirte a nuevas experiencias y nuevos aprendizajes, deshaciéndote del síndrome de la “sabelotodo”.

11. Los valores que te ha sostenido ante las tentaciones de caer en acciones que están en contra de tu ética y moral.

12. La espiritualidad como base de tu autoconocimiento y autoconciencia de aceptar que eres más que las circunstancias.

13. La responsabilidad como rasgo de personalidad innegociable, que no admite excusas.

14. La perseverancia, paciencia y resiliencia para superar los obstáculos que se te han presentado en el camino.

La higiene mental nos impulsa al bienestar interior.

@Yamilet Pinto

Psicoterapeuta

Coach de vida

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