Opinión

¿Y si Cambio? Fortalecer la salud espiritual es clave para el bienestar interior

En este proceso, toma fuerza comprender que la salud espiritual y por ende, el despertar de la conciencia.
sábado, 01 abril 2023

Cuando se habla de espiritualidad, muchas veces se confunde o asocia únicamente con religiosidad. Y si bien es cierto, están relacionadas no significa que sean lo mismo, aunque ambas tienen impacto positivo en la salud, el bienestar y en la calidad de vida de una persona.

La espiritualidad, según el diccionario de la RAE, se define como el conjunto de los principios o actitudes que configuran la vida espiritual de una persona o de un colectivo. Mientras que Lucchetti, Badan-Neto y otros, refieren que salud espiritual es la esencia de una persona en la búsqueda de significado y propósito en la vida.

Entender esos conceptos nos sumerge en la profundidad del sentido de la vida y de la comprensión de nuestro ser. Un ser espiritual es un ser conectado con su paz interior y su esencia de vida. Lo cual no implica creerse perfecto ni desconectado de la realidad humana. Y ese nivel de conciencia es lo que lo llena de plenitud, serenidad y calma frente a las vicisitudes de la vida.

Cuando alguien tiene plenitud interior, comienza a gestarse un estado interno de salud espiritual, donde se experimenta paz, esperanza, amor, serenidad, fluidez, sencillez y aceptación que permite encontrar respuesta a preguntas existenciales como:

· ¿Cuál es el propósito o sentido de mi vida?

· ¿De dónde vengo?

· ¿A dónde voy?

· ¿Por qué siento este gran vacío en mi corazón?

· ¿Cuándo lograré la vida que soñé?

Responder nuestras preguntas existenciales, sin duda nos permiten ser más conscientes, resilientes, comprensivos, intuitivos, compasivos y bondadosos, lo cual conlleva un mayor nivel de empatía, fortaleza, carácter, proactividad y sabiduría interna que despierta en nosotros la motivación e inspiración a sanar mental, física y emocionalmente.

No es un camino fácil, pero sí es posible alcanzar, en palabras de Carl Jung “Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad”. De manera que nos toca, a veces tocar fondo para reconectar con nuestro ser y nuestra verdadera identidad. Los frutos no se harán esperar.

Despertar la conciencia, clave para el bienestar interior

Todo camino de crecimiento y sanación lleva consigo un compromiso y una determinación personal que es requisito sine qua non, para lograr la transformación interior.

Ese compromiso y determinación lleva implícito el despertar de la conciencia, que es un proceso continuo, a través del cual se logran cambios estructurales, conscientes y profundos, que permiten dejar atrás experiencias, aprendizajes o patrones que impiden avanzar y en conciencia plena reconocer que somos más de lo que pensamos que somos.

En este proceso, toma fuerza comprender que la salud espiritual y por ende, el despertar de la conciencia, no son hechos que ocurren por suerte, ni porque lo deseemos, necesitamos trabajar en ello con la convicción de que podemos lograr paz interior y salud mental, de manera consciente y deliberada. Es así como comienza un proceso continuo que podemos transitar despiertos.

Este despertar puede tomar cualquier forma y por lo general causa dolor, te contacta con la incertidumbre, te enfrenta a las dudas y a los miedos más profundos: una enfermedad, un diagnóstico no deseado, una ruptura de pareja, una traición, un duelo por la pérdida de un familiar, una resistencia al cambio, un anclaje al miedo o al pasado, una mudanza, etc. Cualquiera de estas situaciones puede representar un duro golpe a la zona de confort.

Saber cómo vas en el despertar de la conciencia te pertenece sólo a ti. Es muy importante que observes si te encuentras en una situación inesperada o un acontecimiento que rompe con tu bienestar. Si fuera así, ese es tu punto de quiebre. Ese es tu llamado a la alertidad, el cual te dice que ha llegado la hora de despertar, de cambiar y de recomenzar.

Un día a la vez, conciencia y madurez espiritual

Por lo general esperamos una receta o una guía para generar soluciones de índole emocional y espiritual, pero esas recetas no existen. Sólo queda tomar conciencia y generar un cambio de perspectiva y asumir nuevas acciones:

1. Conócete a ti mismo. Ámate y valórate más allá de las etiquetas o cualquier juicio que te hayas hecho o te hayan hecho.

2. Decídete a cambiar, empezando por tomar conciencia de ti mismo y haciendo de tu proceso de transformación interior, una decisión no negociable.

3. Abre los ojos a la realidad y deshazte de las distorsiones de tu mente.

4. Practica la meditación, eso te llevara a estados insospechados de creatividad.

5. Rompe las etiquetas que te hicieron creer lo que no eras.

6. Aprende a desaprender, eso significa fluir con la vida, soltando viejos patrones, creencias o aprendizajes que ya no te sirven.

7. Vive el momento presente, medita, pinta, baila o escribe. Sin etiquetarte ni enjuiciarte.

8. Crece, evoluciona y trasciende continuamente. Es un proceso de aprendizaje que permanece en el tiempo.

9. Empodérate, dejando de sentirte víctima y haciéndote dueño de tu propio destino.

10. Agradece cada día los regalos que recibes.

11. Sé autentico y reconoce tu increíble potencial.

¡Cultiva tu salud espiritual y tus males desaparecerán! y recuerda que “ Para hacer que una lámpara esté siempre encendida no debemos dejar de poner aceite” (Madre Teresa de Calcuta).

Yamilet Pinto

Psicóloga

@yamiletpinto

yamipinto@gmail.com

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