¿Y si Cambio? Estrategias para alcanzar bienestar e ir saliendo de la depresión
Uno de los trastornos mentales más comunes, que afecta de manera significativa a la población infantil, juvenil, adultos en edad productiva y adultos mayores, es la Depresión, la cual no distingue edad, sexo, posición económica, política o religión, siendo más frecuente en las mujeres y cada día, lamentablemente, aumenta su incidencia en todos los estratos etarios y socioeconómicos.
Como cualquier otra enfermedad, es tratable y puede recuperarse el paciente, siempre y cuando éste y su familia conozca de qué trata la enfermedad.
Es por ello que, el primer aspecto para su efectivo tratamientos es la Psicoeducación, para desmitificarla, comprenderla, evitar caer en prejuicios, opiniones o argumentos sin lógica ni fundamento y permite conocer cómo se puede ayudar a quien la padece y sobrellevar esta situación que causa tanto impacto en lo personal, familiar y social.
En segunda instancia, la Psicoterapia, especialmente la Terapia Cognitivo Conductual (TCC), la Terapia Interpersonal, la Activación Conductual y el Mindfulness llevadas por un profesional del área, son muy recomendadas, tanto para el abordaje de los síntomas como para reducir los riesgos de recaídas, en cualquiera de sus tipos: Trastorno Depresivo Mayor, comúnmente llamado Depresión, Trastorno Depresivo Persistente, conocido como Distimia o el Trastorno Depresivo debido a otra enfermedad.
En tercera instancia, dependiendo el grado y tipo de Depresión, se hace necesario la prescripción, por parte del médico tratante, de fármacos específicos con muy buen pronóstico y en caso que sea necesario, se aplicaría Terapia electroconvulsiva (TEC).
De manera, que existen diversas formas de tratar la Depresión de forma efectiva y a lo que podríamos agregar, el efecto positivo que tiene la espiritualidad, el amor, la paciencia, los cuidados, el cariño y gentileza de quienes están a cargo de pacientes más resistentes. Así como, la práctica del Mindfulness y estrategias que permiten reactivar al paciente y volver a su vida normal.
Conoce la Depresión y enfréntala conscientemente
La Depresión, se refiere a un trastorno mental, de al menos dos semanas de duración, que implica un estado de ánimo deprimido o pérdida de interés o de placer en actividades que antes se disfrutaban.
Aunado a ello, se caracteriza por una importante pérdida de peso, sin que se esté haciendo dieta o un importante aumento de peso; Casi todos los días, el paciente registra: insomnio o hipersomnia, agitación o retraso psicomotor, fatiga o pérdida de energía; sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva; disminución de la capacidad para pensar, concentrarse o para tomar decisiones y/o recurrentes pensamientos de muerte, ideas suicidas, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo.
Cuando los estados de ánimo son originados por crisis económicas, decepciones amorosas, pérdida de seres queridos o por un diagnóstico de enfermedad grave, se habla de una pena o tristeza, pero no de depresión, porque no necesariamente este estado de ánimo se mantendrá en el tiempo.
Importante mencionar que, la depresión puede ocurrirle a cualquier persona, especialmente aquellas que son rígidas, inflexibles o perfeccionistas y que carecen de habilidades sociales para sobrellevar las diversas situaciones psicoemocionales que les afecten.
Y aunque no se conocen causas específicas que la originen, está comprobado que los factores biológicos y psicosociales, influyen de manera determinante en su aparición.
Genéticamente, la herencia influye, pero no es determinante en la existencia de cuadros depresivos.
Si bien es cierto que quienes tengan familiares directos que hayan sufrido patologías similares, son más propensos o tienen mayor riesgo de que la experimenten, no necesariamente, la van a sufrir.
En cuanto a los factores psicosociales que influyen en la aparición de la depresión, está el hecho de que la población está expuesta a situaciones estresantes que anticipan episodios de depresión mayor, que deben ser atendidos, la distorsión de la realidad, las conductas desarrolladas para afrontar estos casos de manera inadecuada, influyen en la experiencia depresiva, por ejemplo, en el caso de los niños y adolescentes, quienes se encuentran sobreexpuestos a redes sociales o al bullying; los adultos mayores que sufren de abandono u olvido de sus familiares; los jóvenes que sienten tristeza, vacío, desesperanza, angustia y ansiosos.
Descubriendo un nuevo camino
La depresión no tiene por qué quedarse. Se pueden aprender nuevas maneras de llevar la vida, cambiar de pensamiento, activarse, aplicar estrategias para afrontar la ansiedad, mejorar el sueño, potenciar las habilidades sociales, encontrar solución a los problemas y un nuevo sentido a la vida.
Tu vida puede cambiar hoy si empiezas por:
1. Mejorar tu estado de ánimo. Un ejercicio que te puede ayudar es determinar el nivel de actividad que tienes actualmente. Diseña una lista de actividades agradables que disfrutabas (pintar, escribir, cantar, etc); Cambia el foco de atención y observa, conscientemente, lo que te rodea. Te sorprenderá ver cosas que antes no veías.
2. Cambiar la forma de pensar. Hay muchos pensamientos sobre el futuro, sobre ti misma (o) y sobre los demás que lamentablemente son negativos o distorsionados. Identifícalos, anótalos y busca otros pensamientos que puedan sustituirlos.
3. Practicar Mindfulness, para evitar recaídas, con ejercicios de meditación, yoga, pilates o cualquier otra actividad que te agrade y disfrutes al máximo.
¡Herramientas poderosas que te devuelven tu autonomía y libertad!
@Yamilet Pinto
Psicóloga
Coach de vida
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