Opinión

¿Y si Cambio? Enfócate en cómo generar emociones positivas en lugar de cómo eliminar las negativas

Se trata de encontrar soluciones, más que quedarnos en la queja, el dolor, el sufrimiento y la frustración, que sólo causan desgaste, enfermedad e infelicidad.
sábado, 24 julio 2021

Parece normal enfocarse en eliminar los problemas o evadir el dolor, que buscar el gozo y la felicidad interior. Desde niños, con el fin de protegernos de daños, nos prohibieron explorar muchas cosas nuevas o vivir experiencias “riesgosas”, como ir a campamentos o aventurarnos a trepar en las matas de mango, todo para evitarnos el sufrimiento y el dolor.

Sin darse cuenta, que nos estaban alejando de las experiencias positivas que estaban detrás de los nuevos aprendizajes.

La Psicología Positiva, nos permite concentrar la atención en aquello que enriquece nuestra personalidad y con ello nuestras experiencias de vida. En este sentido, nos invita a reconocer, aceptar y enfocarnos más en las fortalezas y virtudes que en los defectos o problemas.

Quien, en lugar de la queja y negatividad, se enfoca en emociones positivas como la esperanza, la gratitud y el amor tiene más abierta la posibilidad de alcanzar estados de felicidad y plenitud, en medio de situaciones adversas.

Se trata de encontrar soluciones, más que quedarnos en la queja, el dolor, el sufrimiento y la frustración, que sólo causan desgaste, enfermedad e infelicidad.

Desvanece las emociones negativas enfocándote en experiencias positivas

Una de las principales dificultades para generar cambios que contribuyan a nuestra felicidad, es el apego a viejos patrones familiares, que si bien le sirvieron a nuestros padres, hoy necesitamos revisar si sirven a nuestros propósitos y planes, lo cual no quiere decir descartar, criticar o enjuiciar valores, tradiciones o costumbres que nos enseñaron.

Sólo se trata de reflexionar sobre la posibilidad de transformarlos en positivo, agradeciendo sus aportes y reajustarlos, para usarlos en pro del éxito en diversos ámbitos de nuestra vida.

Por lo general, el apego a viejos patrones también, trae consigo creencias limitantes que, consciente o inconscientemente, impiden el disfrute, la plenitud y el bienestar personal, haciendo a un lado el cúmulo de recursos internos con los cuales contamos, como la inteligencia, las habilidades, capacidades y destrezas, innatas o aprendidas, que facilitan el desarrollo académico, profesional o social y nos muestran una forma diferente sobre cómo afrontar los diversos retos de vida.

El poder de enfocarnos en las experiencias positivas hace posible una transformación interior sin precedentes, a la cual se puede acceder de manera fácil y natural cuando el espíritu se abre a la plenitud y la felicidad.

En una oportunidad me encontré conversando con una joven brillante y talentosa que no reconocía sus fortalezas, virtudes, habilidades y capacidades, puesto que, para ella era tan obvio contar con tales recursos, que consideraba que quienes no lograban lo mismo que ella eran tontos, ya que eso era muy fácil y cualquier persona lo podría hacer.

Lo curioso es que, no se creía mejor que ellos, sólo no valoraba sus propias fortalezas. Esto, al expresarse de ellos de esa manera, generaba un rechazo que la excluía de grupos de personas, también extraordinarias, pero con talentos distintos.

Al darse cuenta que los otros no eran tontos, y que sólo se trataba de aceptar cuán inteligentes, capaces y hábiles eran todos, incluyéndose a sí misma, entonces y sólo entonces pudo aceptarse, dejar de enfocarse en lo “negativo” de las demás personas y verse reflejada en ellos y sus extraordinarios talentos, además de convencerse que aquello que otras personas le decían sobre su versatilidad e inteligencia, era cierto y que todos contamos con virtudes y fortalezas, a veces ocultas a nuestros ojos.

Muchas veces, el fijar la atención sólo en las experiencias negativas, corresponde a algún trastorno psicológico, sin embargo, cuando esa realidad cambia, las fortalezas, dones y virtudes se convierten en barreras contra el negativismo, la desgracia o la desesperanza e incluso aumenta la capacidad de recuperación de cualquier trastorno.

Siempre hay un camino de salida

No importa cuántas veces te has sentido atrapada en un túnel sin salida ni cuántas veces has buscado la felicidad en placeres tan efímeros como las drogas, el alcohol o el sexo, sin poder encontrarla.

La felicidad es nuestro derecho de nacimiento y nacemos con un rango básico de ella, por lo tanto, aunque la desesperanza pretenda adueñarse de tu vida, es un buen momento para recordar que las emociones positivas no son una moda, no son ilusiones, existen y están a nuestra disposición.

La vida puede enfrentarse de manera distinta, más resiliente, positiva y motivada cuando valoramos las experiencias positivas, que siempre las hay. Por muy desgraciada que creas haya sido o es tu vida, ninguna persona triste lo es de manera permanente y las personas felices tienen momentos de tristeza que superan de manera consciente.

La forma entonces, de salir adelante es despertar del letargo del negativismo y la desesperanza. Es posible que hayas tenido experiencias traumáticas que no quieras recordar o que no has logrado superar, pero eso no significa que tu vida tenga que regirse por esas vivencias. Las experiencias positivas también forman parte de ti, explóralas, valóralas y acéptalas, veras como cambiarán tu perspectiva y volverás a sentir la alegría de vivir.

@Yamilet Pinto

Psicoterapeuta

Coach de vida

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