Opinión

¿Y si Cambio? El trastorno por consumo de alcohol afecta a la familia

Cuando se trata de celebraciones importantes, la vergüenza suele hacer presencia y el dolor emocional se acrecienta, por lo que se suele hasta suspender cualquier actividad para evitar el sufrimiento.
sábado, 30 abril 2022

Si hay algo que afecta la convivencia familiar es el trastorno por consumo de alcohol, abuso o dependencia del alcohol o alcoholismo, de alguno de los integrantes de la relación de pareja o de ambos, el cual, en la generalidad de los casos, no es reconocido y aceptado por quienes lo padecen, y en la mayoría de los casos, inconscientemente, subestiman o menosprecian las consecuencias de tal conducta, dándole poca importancia y subvalorando el impacto que tiene en la convivencia familiar.

Cuando una persona tiene disminuida la capacidad de detener o controlar el consumo de alcohol, aun cuando biológica, emocional, física, social, laboral o familiarmente le afecte se dice que padece del Trastorno por Consumo de alcohol.

Una enfermedad caracterizada por la imperiosa necesidad de beber, la incapacidad de parar cuando se ha iniciado el consumo y los cambios emocionales cuando no se está bebiendo, predominando la ansiedad, la pérdida de control y los estados emocionales negativos.

Dolorosas consecuencias, dolorosa convivencia

Cuando en la familia se sufre el trastorno por consumo de alcohol, sus integrantes se enferman, directa o indirectamente, ya que los hábitos de consumo de quienes lo sufren causan daños en la salud mental, emocional y física.

El estrés, miedo, tristeza e irritabilidad aumentan al momento de notar que la persona afectada ha dado inicio al consumo.

Basta que llegue el fin de semana o cualquier fecha especial como Navidad, cumpleaños o celebraciones, para que el entorno se torne ansioso y preocupado por lo que se avecina.

Cuando se trata de celebraciones importantes, la vergüenza suele hacer presencia y el dolor emocional se acrecienta, por lo que se suele hasta suspender cualquier actividad para evitar el sufrimiento.

El problema comienza cuando la falta de control ocasiona:

· Ruptura de la comunicación que genera alejamiento y separación.

· Conflictos maritales, dejando en los hijos muchas veces el rol de cuidadores del afectado.

· Violencia de genero e intrafamiliar.

· Conducta agresiva, cargada de culpas y reproches.

· Aparición o Incremento de cuadros depresivos.

· Abuso físico y sexual en los más pequeños y vulnerables.

· Abandono de la familia y soledad.

· Rabia, tristeza, impotencia y frustración por el consecuente incumplimiento de promesas.

· Problemas laborales.

· Codependencia y sufrimiento.

En el paciente, suele presentarse fallas neurológicas, como afectaciones en el razonamiento, el habla, la coordinación y las funciones básicas del cerebro, como la memoria, presentándose pérdida de memoria o lapsus mentales, evidenciada en frases como: “Eso es mentira”, “Eso no fue así” “¿Cuándo fue eso”? “Estás inventando” “Yo no hice eso” “No recuerdo nada de lo que pasó” “Tú estás loca (o)”. Estos lapsus son un indicativo de que el cerebro sobrepasó su capacidad de alcohol y que la amnesia alcohólica está advirtiendo que existe un problema con la forma de beber.

A largo plazo, los daños pueden afectar al sistema digestivo, cardiovascular, inmunológico y hepático, aumentando además el riesgo de sufrir accidentes automovilísticos, caídas peligrosas, ahogamiento y la posibilidad de suicidarse, cometer o ser víctima de homicidio.

Sanar es una tarea de todos

Vivir en esta zozobra es algo que ninguna familia merece, por lo que sanar es necesario y obligatorio. No se puede seguir ocultando este problema. Por lo general, existe una negación de quien sufre el trastorno y en el seno familiar reina la vergüenza, por lo que callan el problema, aunque sea un “secreto a voces” la existencia del padecimiento familiar.

El trastorno por consumo de alcohol puede ir de leve, moderado a grave y el paso de un nivel a otro es casi imperceptible, por la normalización que se ha hecho del consumo, de manera que es importante evitar llegar a ese punto, por lo cual:

1. Eviten encubrir la situación. Hablen abiertamente sobre el tema, si no pueden solos, háganlo acompañados de un especialista y diseñen estrategias que permitan manejar la situación asertivamente.

2. Si eres el paciente y te rehúsas a buscar ayuda, deja que tu familia lo haga. Lo necesitan, tanto como tú.

3. Psicoedúquense sobre el problema.

4. Procuren mantener la cotidianidad familiar.

5. Apóyense en los Factores Protectores de la familia, los cuales contrarrestan a los Factores de Riesgo. Son esos “puntos palanca” como las fortalezas, la autoestima, la resiliencia, la inteligencia emocional y las habilidades sociales.

6. Eviten dar sermones. En lugar de ello, escúchense y expresen claramente los temores, las dudas y los sentimientos que enfrentan.

7. Cuiden la estabilidad emocional de los hijos. En el caso de los adolescentes, suelen mostrarse molestos, frustrados y heridos por las diversas situaciones que han vivido en el seno familiar producto del abuso del alcohol y que los han afectado emocional y psicológicamente.

8. Acudan a grupos de apoyo, a Dios y reconozcan que la familia está enferma y juntos pueden sanar.

El Trastorno por Consumo de Alcohol es una enfermedad que puede tratarse consciente y deliberadamente. El amor no es suficiente para sanarlo. No se trata de aguantar, se trata de accionar con diligencia, amor y conocimiento.

@Yamilet Pinto

Psicóloga y Coach de vida

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