¿Y si Cambio? El duelo tras la ruptura: Cuando el “no” duele y la negación persiste

El fin de una relación, resulta ser por lo general muy dolorosa. No es fácil aceptarla y en casos donde hay un historial de conductas dañinas, éste se vuelve más complejo, más doloroso y más difícil de gestionar.
La persona que infligió daño a menudo se resiste a aceptar el final, aferrándose a la esperanza de recuperar lo perdido y esta acción, puede convertirse en un laberinto emocional, un intento desesperado de revertir lo irreversible y en algunos lamentables casos, podría ocasionar daños irreversibles.
Pero, ¿De dónde surge la resistencia a aceptar el final cuando la otra persona ya lo ha decidido, cuando la relación ya ha terminado? Esta resistencia puede surgir de la profunda dificultad para asumir la responsabilidad de los errores cometidos, entre los cuales se encuentran: el estilo de comunicación agresiva, irónica y sarcástica con el cual se comunicaba con su pareja, el maltrato no verbal y emocional manifiesto a través del rechazo físico, sexual y el desprecio por la persona, las constantes mentiras, las comparaciones con los (as) ex o actos de infidelidad. La consecuencia obvia de este tipo de conductas distorsionadas es sin duda, la separación.
Asumir el precio de los errores ya es un camino hacia la sanación
Por más que se quiera revertir el daño, cuando la decisión del otro es no querer volver es crucial entender que él o ella, tiene el derecho absoluto a decir “no” y de reconstruir su vida, lejos de la toxicidad que tanto ha dañado sus niveles de autoestima y estado emocional.
Negar esta realidad solo prolonga el sufrimiento, aumenta la confusión y obstaculiza el crecimiento personal y la posibilidad de sanar. Además de causar más tensión en el proceso de duelo y en algunos casos, profundizar la dependencia emocional.
Si quieres que esto cambie, es necesario que comiences a revisar internamente tu manera de pensar, sentir y actuar ante la separación.
Es necesario entonces, asumir el precio de los errores cometidos con absoluta honestidad y humildad, lo cual no resulta nada fácil para una mente arrogante, rígida e inflexible que piensa que tiene la razón y justifica sus actos e irrespetos hacia su pareja de una manera distorsionada.
Aceptar la equivocación, implica un acto de valentía, de autoconocimiento y autoconciencia, que permite reconocer el daño y el dolor causado, pedir perdón genuinamente (sin esperar reciprocidad) y dejar en paz al otro, comprometiéndose a alejarse para dar espacio de sanación mutua.
Es un proceso que necesita concientizarse.
Construyendo una nueva versión de uno mismo
Aunque la relación perdida no regrese y aunque el “no” se mantenga, el crecimiento personal es una ganancia invaluable, un testimonio del poder de la transformación que muchas veces pasa desapercibido.
Esta toma de consciencia permite una reconstrucción personal más consciente, para lo cual es necesario, tomar un especializado programa de acompañamiento psicológico que permita transitar el duelo de la pérdida y desarrollar estrategias de afrontamiento saludables, como claves para comenzar el proceso de aceptación y sanación, donde puedas:
1. Desarrollar herramientas de inteligencia emocional para aprender a identificar y manejar tus emociones de manera saludable, practicando la comunicación asertiva y la resolución de conflictos.
2. Explorar en un espacio seguro, las raíces de las conductas indeseables y los patrones destructivos e inconscientes que caracterizaron la forma de relacionarte con tu ex pareja y que han conducido a la ruptura, así como desarrollar estrategias para modificarlos.
3. Aceptar el final, reconocer que la relación ha terminado y que es hora de avanzar.
4. Permitir sentir el dolor, la tristeza y la rabia, sin estancarte emocionalmente.
5. Reconocer que no puedes controlar las decisiones de la otra persona, respetando su derecho a seguir adelante con su vida, tanto como tú con la tuya.
6. Aumentar tu autoestima y tu bienestar general, construyendo una versión más sana y madura de ti misma (o), enfocándote en tu autocuidado, dedicando tiempo a actividades que te nutran física, emocional y espiritualmente, como la práctica del ejercicio físico, el mindfulness, la meditación, los hobbies o actividades que te apasionen.
7. Aprender de la experiencia, reflexionando sobre lo sucedido, identificando tus errores, extrayendo lecciones valiosas, utilizándola como un trampolín para crecer y convertirte en una mejor versión de ti misma (o), practicando la empatía y sobre todo, comprendiendo el dolor que causaste, poniéndote en el lugar de la otra persona.
8. Cultivar en el futuro, relaciones basadas en el respeto, la confianza, la admiración y la comunicación abierta.
9. Ser paciente contigo misma (o), comprendiendo que este proceso de duelo lleva tiempo. No te apresures ni te juzgues duramente y celebra cada pequeño paso que logras dar hacia adelante.
Definitivamente, el duelo de la ruptura amorosa es un proceso complejo y doloroso que con paciencia, esfuerzo y el apoyo adecuado, puedes transitar en conciencia plena, permitiéndote crecer y construir un futuro más pleno y significativo para ti..
Yamilet Pinto
Psicóloga
FPV. 16.092
@Yamiletpinto
yamipinto@gmail.com
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