Opinión

¿Y si Cambio? El autoengaño impide la oportuna toma de decisiones

La mentira es muy utilizada para sobrevivir física y emocionalmente frente a escenarios donde la verdad resulta ser amenazante, vergonzosa y dolorosa.
sábado, 21 agosto 2021

La verdad nos hará libres, promete la Palabra de Dios, sin embargo, en reiteradas ocasiones la mentira, el engaño y el autoengaño amenaza el equilibrio en nuestras relaciones interpersonales y muy especialmente la relación con nosotros mismos.

Sin darnos cuenta, de una manera consciente o inconsciente hemos hecho de la falta de verdad una forma de coexistir socialmente y comunicarnos con el otro. Al no manifestar la verdad pretendemos no herir, no herirnos o no dañar nuestros intereses usando el lenguaje como principal vía, diciendo “mentiras piadosas, inocentes o justificadas”.

Muchos decimos que preferimos saber la verdad “aunque duela”, pero cuando la tenemos al frente, sin querer, sentimos dolor, resistencia y se despierta un sufrimiento que nos lleva a pensar que como que era mejor no tenerla o que nos la hubiesen “suavizado”.

La intención diferencia la mentira del engaño y del autoengaño
La falta de verdad suele estar presente tanto en la mentira, el engaño y el autoengaño, pero es la intención al decirlas lo que las diferencia.

La mentira es definida como la expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente, en este sentido se evita revelar la verdad para que el interlocutor crea que lo que se está diciendo es verdad, ese es el propósito de quien miente.

La mentira es muy utilizada para sobrevivir física y emocionalmente frente a escenarios donde la verdad resulta ser amenazante, vergonzosa y dolorosa. También suele usarse para asimilar algunas de las circunstancias de la vida y para evitar ser criticado socialmente, además de usarse para dar una buena impresión frente a otros, de manera que no podemos evitar estar en medio de la mentira constantemente, nos mienten, mentimos y nos mentimos con más frecuencia de lo que pensamos ¿o no?

Cuando se descubre la mentira, se expone el lado del mentiroso quien suele ser despreciado, criticado y castigado, según sea el caso y la cultura donde se exprese la mentira. Del otro lado está quien ha recibido la mentira, sufriendo la gran decepción por sentir traicionada su confianza y buena fe. Estar de ese lado no es agradable para nadie. Muchos piensan que si la mentira es bondadosa está justificada, la gran pregunta es

¿Te gustaría estar del lado del engañado, aunque la mentira sea piadosa?

En este sentido la Psicóloga y escritora Luisa López, describe dos tipos de mentiras:

1. Las inofensivas, aquellas que se dicen para prevenir un daño y no tienen grandes consecuencias y son aceptadas socialmente, entre ellas están las “mentiras piadosas” o cuando decimos que estamos bien cuando no es así.

2. Inventarse el cuento, aquellas que tienen la intención deliberada de hacer creer una historia que no es verdad. La intención de este cuento, por lo general, es la adaptación, la protección, la aceptación o la sobrevivencia. El mentiroso podría decir la verdad y asumir las consecuencias, pero lo evita eligiendo cargar con la culpa de la mentira.

El engaño, consiste en envolver al otro, haciéndole creer algo como verdadero cuando en realidad no lo es. Es una mentira más especializada, más elaborada, que tiene que repetirse con más frecuencia hasta lograr que el otro caiga en la mentira como verdad, para ello utiliza no sólo el lenguaje, sino todos los sentidos.

Puede ser útil para satisfacer la necesidad de sobrevivencia y puede tener una intención escondida, negativa, descarada y maquillada de hacer daño y manipular al otro de manera voluntaria.

El Autoengaño, es la peor y más compleja de las formas que hay de faltas de verdad. Se materializa cuando el engaño se profundiza más y la persona se miente, escucha y cree sus propias mentiras, hasta no distinguir ninguna verdad en él ni en el entorno que le rodea, llegando a creerse el cuento o historia que se cuenta de tal forma que lo absorbe como una absoluta y única verdad para sentirse mejor, evitar el dolor, la vergüenza o la frustración que provocaría reconocer, enfrentar, encarar o aceptar una dura verdad, convirtiendo a la negación y la ceguera en los recursos más fuertes para aferrarse y sostenerse, aunque las evidencias son tan claras que no pueden obviarse. Es el punto ciego que utiliza la mente como un mecanismo de defensa para mantener un equilibrio interior

Despertar la conciencia para una vida en equilibrio
La transformación comienza cuando de manera consciente y deliberada enfrentamos la realidad de lo que nos ocurre, dejamos de autoengañarnos, engañar a otros o mentir sobre nosotros mismos para mostrar quienes no somos.

Mantengamos una intención positiva, sin pretender herirnos o herir a otros a través del engaño, que tanto daño hace a la confianza en las relaciones de pareja, familiares, laborales o de amistad. Dejemos de utilizar, manipular o engatusar a otros para esconder nuestras verdades y lograr nuestros intereses, asumiendo el peso de la verdad y decidiendo oportunamente ser felices y hacer felices a otros.

Cuanto más tardamos en enfrentar nuestra verdad, más difícil será superar sus efectos y más compleja será la oportunidad de tomar decisiones asertivas y beneficiosas para nuestra vida o de la vida de quienes nos rodean.

@Yamilet Pinto
Psicoterapeuta
Coach de vida

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