Opinión

¿Y si cambio? El autoengaño, disonancia cognitiva para mitigar el malestar emocional

Así, la ficción creada en la mente deja de molestar y es mucho más fácil de sobrellevar.
sábado, 21 octubre 2023

En la vida transitamos experiencias que nos resultan contradictorias y difíciles de aceptar, especialmente porque se confrontan ideas, conductas o creencias que rompen la coherencia o congruencia que quisiéramos tener entre ellas.

Filosófica y psicológicamente, la mentira es un fenómeno que continúa en estudio. Sin embargo, aunque haya aún aspectos que conciliar, ciertamente mentir a otros o mentirnos a nosotros mismos tiene consecuencias personales, sociales y emocionales que reducen o limitan las oportunidades de gozar el bienestar y salud mental, tanto de quien miente a otros como de quien se miente a sí mismo.

Disonancia Cognitiva, el punto donde el autoengaño comienza

La Teoría de la Disonancia Cognitiva, estudiada por Leon Festinger, filósofo y psicólogo, busca explicar por qué mentirse a sí mismo se convierte en un artilugio de bienestar para la persona que busca recuperar su coherencia.

Según este autor, la Disonancia Cognitiva se define como “la ansiedad o incomodidad que experimenta la persona cuando sus actitudes o creencias chocan o entran en conflicto con sus actos”.

En este sentido, el individuo deja de ser coherente consigo mismo y buscará evitar esa sensación displacentera, reducir su malestar y evadir la incomodidad que le provoca el choque que se genera de su percepción de las cosas, percibiendo la realidad de otra manera, dando origen al autoengaño.

Así, la ficción creada en la mente deja de molestar y es mucho más fácil de sobrellevar.

Sucede con frecuencia en las relaciones de pareja cuando, en nombre del amor, justificamos o aceptamos conductas inapropiadas de otros hacia nosotros, de nosotros hacia otros o de nosotros hacia nosotros mismos, entre las cuales se encuentran proferir insultos, maltratos, abusos, mentiras, infidelidades o conductas de sumisión que, en lugar de ser manifestaciones de amor y fidelidad, quizá estén solapando la gran necesidad de sentirse amado y necesitado.

Sucede también cuando se confrontan creencias religiosas o acciones políticas, al querer justificar incoherencias entre lo que se predica o promete y la realidad.

En el seno familiar también ocurre, específicamente en los casos de abuso sexual, emocional o físico, cuando se pretende evadir o confrontar las consecuencias de tales actos, tratando de justificar lo injustificable.

Obviamente, ante casos como estos, podría considerarse el autoengaño como una salida o como una manera de sobrevivir ante el malestar psicoemocional que causa enfrentar una realidad que duele y nos lleva a querer ver algo diferente a lo que es.

El problema del autoengaño es cuando la persona se cree con absoluta certeza la realidad que ha creado en su mente, aunque sea mentira.

Detectar el autoengaño es el camino a la sanación

Es claro que el autoengaño es una estrategia de la mente inconsciente para protegernos del sufrimiento, el malestar y el dolor que causa la realidad.

Pero por muy dura que ésta parezca, es necesario hacer contacto con ella y traerla al consciente, descubriendo por qué nos autoengañamos, cómo y cuándo lo hacemos, cuáles son las causas que lo originan y cómo se puede transitar, sin juicios ni culpas.

Cabe mencionar que abusar del autoengaño, es un riesgo para la salud mental, tanto como pensar que exista total coherencia entre comportamientos, conductas y creencias.

De manera que para transitar de manera consciente la superación del autoengaño, la forma más adaptativa es la modificación de la conducta o de las creencias con mayor flexibilidad mental, autoconocimiento, autoconciencia, responsabilidad, carácter y conciencia plena de lo que se está deseando y de la realidad que rodea ese deseo, ya que el autoengaño siempre se las arregla para convertir la disonancia cognitiva en consonancia.

Entre las disonancias cognitivas más comunes tenemos:

· La dieta que nunca comenzamos. Sabemos que algunos alimentos o el exceso de dulces hace daño, pero seguimos alimentándonos inadecuadamente con la consabida frase “El lunes comienzo la dieta” “Un dulcito no me va a afectar tanto”.

· El consumo de cigarrillo, alcohol o estupefacientes que tanto daño hace al cerebro y al organismo en general, y aun así quienes los consumen lo justifican diciendo frases como: “No soy adicto ni al cigarro ni al alcohol ni a las drogas, cuando yo quiera lo dejo”. O cuando se le insiste que no fume expresan: “Total, de algo hay que morir en esta vida”.

· La infidelidad que busca ser justificada frente la otra persona con frases como: “Entre ella y yo ya no existe nada, estamos juntos sólo por los niños o por los negocios” o frente a la pareja dicen frases como: “Yo te amo, tú y mis hijos son lo más importante para mí”.

· La permisividad en acciones inadecuadas de personas que comparten ideas similares, donde se busca justificarlas con frases como “Ella no es así, lo que pasa es que estaba está estresado (a)”; o al contrario, cuando se descalifica cualquier buena acción de personas que no son apreciada por ti, diciendo frases como “Tolo lo que hace es por interés”.

Sólo si somos capaces de asumir que hemos estado practicando el autoengaño, podremos acceder al crecimiento personal, al cambio de actitudes y conductas negativas y despejamos el camino de la sanación interior, autorespetándonos, autovalorándonos y autocuidando nuestras relaciones, salud mental y bienestar.

Yamilet Pinto

@yamiletpinto

Psicóloga

FPV-16092

yamipinto@gmail.com

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