¿Y si Cambio? El arte de cultivar la calma en situaciones difíciles

La calma es una excelente habilidad emocional que se aprende a desarrollar con el tiempo, con las experiencias, la madurez y la sabiduría interior. Nos permite pensar con tranquilidad y serenidad sobre las diversas situaciones que vivimos en el día a día.

La calma nos ofrece diversos beneficios, como convertirnos en mujeres más productivas y eficientes, ya que una mente quieta y serena puede tomar decisiones más conscientes y beneficiosas, evitándose caer en la tentación de dejarnos llevar por los impulsos, por las emociones y por las provocaciones de otros, cuyas consecuencias afectan nuestras relaciones con la familia, con la pareja, con los compañeros de trabajo y muy especialmente afecta la relación con nosotras mismas, llenándonos de culpas y arrepentimientos posteriores.

Cuando somos capaces de valorar todo lo que nos aporta la calma y la serenidad en momentos difíciles, podemos disfrutar de mayor salud mental, bienestar y felicidad. Sin embargo, aunque son innegables los aportes positivos de la calma a muchas personas les cuesta mantenerla y la pierden rápidamente.

¿Por qué perdemos la calma?

Todos, de alguna u otra manera, estamos expuestas a perder la calma en cualquier momento, en cualquier lugar y con cualquier persona, especialmente cuando nos sentimos engañadas, traicionadas y burladas.

El punto es darnos cuenta cuán vulnerable podemos llegar a ser cuando nos vemos expuestas a situaciones que alteran nuestro estado de ánimo.

Una de las principales razones por las cuales perdemos la serenidad y la calma es la poca o nula habilidad para gestionar las emociones, la ansiedad y la frustración que provocan las situaciones difíciles, como la enfermedad, un revés económico, un divorcio o separación, la difícil situación económica o la sensación de sentirse rechazado, abandonado o humillado.

Muchas de estas formas o maneras de enfrentar la frustración se han forjado en la infancia, donde se han sembrado modelos o patrones disfuncionales que influyen en la conformación del carácter y de la conducta.

Quien goza de una mente tranquila, goza de felicidad y bienestar interior

Cultivar la calma en tu interior es un proceso gradual y continuo. No es algo que surge de la nada ni se logra de la noche a la mañana. Se requiere de autoconocimiento, autoconciencia, autocontrol y autodisciplina.

Así que, es necesario abandonar la expectativa de que la mantendrás por siempre. Quizás en los momentos en que todo sale bien, mantenerla te resultará más fácil, sin embargo, el reto está en disfrutar de la quietud y la serenidad en momentos aciagos, de miedo, amenazantes y perturbadores.

Conquista tus pensamientos, emociones y conductas, que es lo único que está bajo tu control, deja que aflore tu inteligencia emocional y espiritual y permítete descubrir ese manantial profundo de serenidad que habita en ti, independientemente de las circunstancias externas.

Mantente en la búsqueda de esa quietud y aprende a vivir en ella de manera consciente, para alcanzar mayores niveles de inteligencia emocional y cognitiva, más y mejor salud mental, física y espiritual y fortalece esa capacidad de decidir conscientemente, entre el estímulo y la reacción, deja de ser presa fácil de la manipulación y del engaño.

Prepárate espiritual, mental y emocionalmente y toma decisiones más pensadas, analizadas y razonadas. Aprópiate de tu autocontrol y sal de la esclavitud de lo que digan, piensen o hagan los demás.

Además,

1. Aprende a vivir conectada con tus valores y principios.

2. Desarrolla la aceptación de la impermanencia, ya que todo en la vida es transitorio. Deja de aferrarte a cosas o situaciones efímeras que sólo te aseguran el sufrimiento interior. Si abrazas la impermanencia encontrarás esa paz que no se verá sacudida por los cambios de afuera.

3. Enfrenta la adversidad como una oportunidad para aprender, crecer y evolucionar.

4. Desapégate de las emociones perturbadoras, como la ira, el miedo y la desesperación.

5. No permitas que nadie te lleve a perder esa quietud y serenidad que subyace dentro de ti,

6. Conténtate con la suficiencia y evita los deseos excesivos y apegos materiales.

7. Practica actividades de Mindfulness para la calma interior, a través de ejercicios de respiración y expresión artística.

8. Deja que la oración sea una infaltable compañía.

Definitivamente, la búsqueda de la tranquilidad interior involucra independencia de las circunstancias y deseos externos, la aceptación de la impermanencia, el desapego de las emociones perturbadoras y la constante búsqueda de la virtud.

Yamilet Pinto

Psicóloga

@yamiletpinto

yamipinto@gmail.com

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