¿Y si Cambio? Disfrutemos la Navidad, organizándonos con tiempo

Se acerca la Navidad y con ella una serie de acontecimientos familiares, sociales, laborales y personales que, aunque no queramos, impactan en nuestro estado emocional, en los nervios, la ansiedad y el estrés.

¿Quiénes ya están pensando en el viaje para reencontrarse con la familia y lo que eso implica a nivel de logística, finanzas y disposición?

¿Quiénes ya están buscando el estreno de los niños o pensando en el compartir en el trabajo, el regalo del Niños Jesús, la decoración de la casa, la cena navideña y de Fin de Año?

¿Quiénes ya hablaron de dónde pasarán las fiestas, en casa de la abuela materna o paterna?

Y si este año hay una silla vacía, bien porque ya la persona partió de este plano o se fue del país ¿cómo enfrentar este duelo?

¿Quién, conscientemente se está preparando para cada uno de estos eventos, tanto a nivel emocional y mental como económico y organizacional? Porque la vida sigue, con las rutinas diarias, que comprenden: trabajo, casa, familia, salud, pareja, estudios, deportes, economía familiar, salidas sociales, etc.

Gestión del cambio

Ninguna navidad es igual a otra y es importante entender y aceptar esto.

Los procesos, las personas, las situaciones van cambiando y en la medida que aprendamos a transitar esos cambios de manera consciente, reconociendo y atendiendo nuestros pensamientos, emociones y reacciones frente a cada reto de la época, será más fácil de sobrellevar las circunstancias que difieren de lo que esperábamos.

Para muchos, la Navidad es la mejor época del año, pero para otros eso no es verdad, como, por ejemplo, para quienes están atravesando duelos por pérdidas importantes y para quienes la navidad significa encuentro familiar, pero la suya está lejos.

De manera que necesitamos ser más empáticos y más conscientes, para vivir el momento tal cual es, ni mejor ni peor, y que podamos recuperar el verdadero significado que la Navidad transmite: Amor, Humildad, Solidaridad, Unión y Gratitud.

Si practicamos cada una de estas expresiones de amor, podremos sobrellevar las situaciones adversas de una manera más gentil, sin tener que ignorar o evadir el dolor ni las emociones que se sienten, como la tristeza, sino que, por el contrario, seamos capaces de reconocerlas, expresarlas y dejarlas fluir tal cual vienen y así liberar la tensión emocional.

Cuando liberamos los pensamientos y emociones que nos impiden sentirnos felices en la Navidad, le damos entrada a la aceptación y con ella abrimos nuevas posibilidades de bienestar y conciencia del aquí y el ahora.

No es tarea fácil, pero si entendemos que es un proceso que lleva su tiempo y que tiene sus implicaciones, podremos agradecer cada pequeño desplazamiento y disfrutar la Navidad como nos merecemos

Estrategias para disfrutar la navidad de forma consciente y placentera

Entendiendo que el plan para disfrutar la Navidad no es algo que se debe dejar al azar ni tampoco ser estrictos en su cumplimiento, el siguiente paso es organizarse oportunamente, concientizando la situación actual y con base a ello definir el resultado deseado: ¿Cómo quieres vivir esta Navidad y qué tanto las piensas disfrutar? En este Plan, se incluirán actividades que implica:

1. Hacer una lista de las cosas que quisieras comprar, en qué las vas a utilizar o a quien se las quieres regalar.

2. Definir prioridades, según su nivel de importancia y respondiendo las preguntas de por qué y para qué lo comprarías.

3. Establecer un presupuesto, según tu capacidad financiera.

4. Ubica cotizaciones que te permitan elegir aquello que se adapte a tu presupuesto.

5. Organizar la agenda y escribir cuándo, dónde y cuánto tiempo dedicarás a las compras y a los encuentros con la familia, los amigos y compañeros de trabajo. Además, la agenda contemplará cuándo y quiénes se harán cargo de la preparación de la cena de Navidad y Año Nuevo.

6. Enamorarte del plan, tanto que te permita entusiasmarte con las actividades y aprovechar al máximo el tiempo disponible.

Es importante comprender que, para lograr el éxito en esta travesía navideña, cada persona necesita fortalecer su Capital Psicológico y cada una de sus dimensiones: la resiliencia, la esperanza, el optimismo y la autoeficacia, las cuales son clave para enfrentar las diversas mecánicas de la vida.

Esto contribuirá a que quienes se mantienen estresados, ansiosos o con miedo puedan enfocarse a nuevas posibilidades de disfrute, ajustadas a cada circunstancia.

En el caso de que el proceso de duelo se dificulte, es determinante permitirse el acompañamientos psicológico profesional, para lograr una eficiente gestión del dolor y evitar el aislamiento.

Definitivamente, disfrutar las fiestas de Navidad está asociado a un despertar de conciencia, y no tiene que significar quedarse descapitalizado para cumplir expectativas de otros, ni tampoco descuidar la salud con excesos ni desgastarse emocionalmente.

Está más asociado a la comprensión y gratitud por lo recibido a lo largo de la vida.

Yamilet Pinto

Psicóloga

@yamiletpinto

yamipinto@gmail.com

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