Opinión

¿Y si Cambio? Cutting, los cortes que expresan dolor emocional, ira y frustración

Es importante comprender que si bien, estas lesiones no se realizan con la intención de acabar con la vida, el no atenderlas a tiempo, aumenta significativamente el riesgo de que así sea.
sábado, 16 julio 2022

Autolesionarse, hacerse heridas sin intención de suicidarse, es una práctica que existe desde hace mucho tiempo de manera velada y oculta. Es conocida como Síndrome de Cutting, cuyos casos van incrementándose en la población de adolescentes entre 11 y 16 años, especialmente en el sexo femenino, aunque en el sexo masculino también ocurre.

Generalmente, estos cortes lo realizan los adolescentes de manera intencionada y repetitiva, siendo la forma más frecuente de autolesión, los cortes con objetos filosos como la hojilla del sacapuntas, reglas partidas, tijeras, o navajas y la zona del cuerpo donde más se realizan, es en los brazos, específicamente en las muñecas, aunque también se hacen en los muslos y el abdomen. Sin embargo, esta no es la única forma de autolesionarse, también pueden autogolpearse, autoarañarse, quemarse utilizando yesqueros, cigarrillos o fósforos.

Es importante comprender que si bien, estas lesiones no se realizan con la intención de acabar con la vida, el no atenderlas a tiempo, aumenta significativamente el riesgo de que así sea.

Lo que esconden las lesiones

En muchos casos, cuando los padres descubren que su hija o hijo está incurriendo en la práctica de cortarse las muñecas, quemarse o golpearse se alarman, piensan que lo hace porque quiere llamar la atención o manipular, pero resulta que las razones por las cuales los adolescentes se autolesionan no son tan simples.

Desde el punto de vista psicológico, se puede decir que la práctica del cutting está más asociada a experiencias dolorosas del pasado, como por ejemplo el abuso sexual, maltrato intrafamiliar, abandono o rechazo de los padres, bullying escolar o las constantes críticas destructivas sobre su imagen, su cuerpo o su conducta provenientes de su entorno más cercano, las cuales lesionan profundamente su autoestima y profundizan la autopercepción negativa que tiene de sí mismo y del mundo, haciéndolo sentir de muy poco valor, no merecedor e indigno de ser feliz y amado. En un escenario como este, el adolescente lo que más desea es acabar con el sufrimiento y aliviar el dolor emocional que atraviesa, apelando al sosiego que encuentra en cada corte.

Emocionalmente el adolescente se encuentra atrapado en la desesperación, la angustia, la tristeza, la ira, el odio, el desconsuelo, la frustración, el aburrimiento, la ansiedad o la depresión no atendida. Todos estos factores influyen de manera determinante en la decisión de autolesionarse.

A su edad, el adolescente aún no tiene la total capacidad de gestionar sus emociones, por lo tanto, somos los padres, los educadores, los guías quienes requerimos estar presente para acompañarlos en su desarrollo psicoemocional. Es muy probable que en cada corte estén buscando:

· Alivio a su dolor.

· Desviar la atención del dolor emocional hacia el dolor físico.

· Regular sus emociones.

· Recibir ayuda.

· Liberar tensiones, estrés y ansiedad.

· Alcanzar calma y serenidad.

· Sentir amor y recibir atención genuina.

· Despertar interés e importancia.

· Ser tomado en cuenta.

· Autoprotegerse frente a lo que percibe como un ataque.

· Evadir responsabilidades que lo sobrepasan, particularmente cuando enfrenta situaciones apremiantes como la separación de los padres, la muerte de un ser querido, bajos resultados académicos, la pérdida de su primer amor, el cuidado de hermanos menores y un sinfín de situaciones para las cuales no está preparado.

Acompaña a tu hijo en el proceso de sanar sus heridas emocionales

Nuestros hijos dan señales de su sentir. Las autolesiones o cortes no llegan de la noche a la mañana, ellos con sus conductas van revelando cómo se sienten y qué necesitan. Hemos de estar pendiente de su conducta y comportamiento, por ejemplo, podrías notar si no interactúa con la familia, si permanentemente usa sweaters y evita quitárselos, si emocionalmente está irritable, aislado o iracundo, si no duerme, si tiene heridas en su cuerpo, si su cama o ropa están manchadas de sangre, si está obsesionado con el ejercicio o si está demasiado acomplejado con su cuerpo. Todas y estas y otras señales son indicativos de que algo está pasando con el adolescente. No lo dejes solo, indaga, observa, pregunta, siente, habla, ofrece empatía y comprensión de lo que le pasa, no te burles de lo que siente.

Recuerda que se encuentra en una etapa compleja, donde es necesario comprender que en el proceso de desarrollo psicoemocional de los adolescentes, éstos están experimentando elevados niveles de impulsividad y reactividad emocional asociados a grandes cambios cerebrales y que se debe tener en cuenta diversos elementos que permitirá una mejor comprensión y armonía dentro del entorno familiar. Algo que puede ayudar es:

· Comprender la taxonomía generacional para concientizar que los tiempos cambian y que podemos enseñar disciplina, valores y brindar amor, según la dinámica que entienden nuestros hijos, sin tratar de imponer modelos que ya no funcionan.

· Descartar posibles Trastornos de personalidad que podrían estar alterando las conductas de los adolescentes, como por ejemplo el Trastorno de los estados de ánimo, Trastorno de Ansiedad, Trastorno Límite de la Personalidad, Trastorno Obsesivo Compulsivo, Trastornos de la conducta alimentaria o Trastorno obsesivo compulsivo.

· Llevarlo a un especialista en Psicología o Psiquiatría para ser evaluado y conducirlo a un mayor bienestar.

¡Eres el primer observado de tus hijos, reconoce sus heridas emocionales y ayúdalo a sanarlas!

Yamilet Pinto

Psicóloga

@yamiletpinto

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