¿Y si Cambio? Cómo transitar la disfunción sexual femenina, independientemente de la edad
Cuando estamos en una relación de pareja, disfrutar de las relaciones sexuales es una necesidad compartida y muchas mujeres, independientemente de su edad, atraviesan la cruzada de la disminución del deseo sexual.
¿Qué ocurre cuando la mujer presenta un bajón en su deseo sexual? ¿Cómo está su autoestima y amor propio? ¿Cómo se siente con respecto a su cuerpo? ¿Qué pasa cuando aun amando a su pareja, no siente deseo de estar con él? Por otra parte, ¿Conoce su pareja cuáles son sus necesidades? ¿Puede el hombre aceptar y reconocer que posiblemente, no está comprendiendo lo que a su pareja le ocurre? ¿Puede la mujer expresar abierta y sinceramente a su pareja lo que le ocurre sin miedo de ser sancionada, cuestionada o criticada por no sentir deseo sexual?
Es sumamente necesario que la mujer se conecte consigo misma para que pueda transformar, si así lo desea, su estado actual y volver a sentir la pasión, el calor, la sensualidad y el éxtasis de disfrutarse a sí misma y a su pareja, gustarse y sentirse en plenitud. El fenómeno de la disminución del deseo sexual ocurre con más frecuencia de lo que podamos imaginar.
Un estudio publicado del año 2017 en el “Journal of Sexual Medicine” mencionaba que al menos un 70 % de las mujeres que participaron en el estudio, con edades comprendidas entre 40 y 65 años, cada vez tenían menos ganas de sexo.
De manera que no estamos solas en esto. Podemos conocernos más a nosotras mismas para activar nuestro erotismo y renovar energías que nos permitan disfrutar de nuestra sexualidad, rompiendo paradigmas, esquemas y creencias limitantes que nos impiden encontrarnos con nosotras mismas y conectar con aquello que necesitamos disfrutar.
Comprendiendo las causas del bajón del deseo sexual
Este trastorno de disminución del deseo sexual, tiene diversas modalidades. Puede ser de tipo: Primario (Presente desde la adolescencia y en algunos casos en la edad adulta, su principal síntoma es la carencia total o insuficiente del deseo sexual); Secundaria (cuando existe la pérdida progresiva del deseo sexual); Generalizada (cuando no se tiene deseo sexual por la pareja ni por otra persona) o Situacional (cuando se siente deseo sexual hacia otra persona, pero no por la pareja).La pérdida del deseo sexual no ocurre de repente, ni por casualidad, es progresiva y está relacionada con aspectos psicológicos o fisiológicos.
Psicológicamente se presenta cuando la mujer enfrenta: Baja autoestima y carece de amor propio, lo cual la convierte en una mujer insegura de sí misma, desconfiada y con temor de no satisfacer a su pareja o con necesidad de compensarlo, ejerciendo en ella presión interna que la llenan de frustración, miedo y rabia.
Problemas de comunicación con la pareja. Este tema influye de manera significativa en la pérdida progresiva del deseo sexual. Hay mujeres que callan, al sentirse despreciadas por su pareja, humilladas y comparadas con otras mujeres en materia sexual. Muchas se sienten manipuladas o chantajeadas por el poder económico del hombre o por su machismo exacerbado, con patrones masculinos de sexualidad prácticamente coitales y carentes de afectividad, ternura o sensibilidad.
Altos niveles de estrés producto del excesivo trabajo en casa, compromisos laborales y académicos, la atención de niños, adultos mayores o familiares enfermos, duelo por la pérdida de amigos o seres queridos, tensión y miedos al contagio o secuelas del COVID-19, baja calidad de servicios básicos que le impiden ejecutar sus actividades adecuada y oportunamente, escasez de gasolina, altos precios de los alimentos, la precaria atención médica en los centros de salud públicos o la imposibilidad de acceder al sistema de salud privado.
Problemas de salud mental, específicamente en casos de depresión o ansiedad.
Creencias limitantes con respecto a su sexualidad por aprendizajes religiosos o morales; o por experiencias pasadas donde haya existido abusos sexuales.
En lo fisiológico, las principales causas están relacionadas con: Tratamientos médicos por enfermedades crónicas (diabetes, cáncer, hipertensión u otras).
Cambios hormonales por la menopausia o cualquier otra razón.Todos estos aspectos limitan a la mujer sentirse libre de sentir y erotizarse sexualmente, lo cual sin duda afecta su bienestar y por ende su relación de pareja.
Libertad de sentir, plenitud y bienestar
Disfrutar de salud sexual tiene que ver con bienestar físico, emocional, mental y social con respecto a nuestra sexualidad, lo cual nos permite disfrutar, sentir del placer y la intimidad en nuestra relación de pareja.
Si quieres apropiarte de tu derecho a una sexualidad plena y estás atravesando esta cruzada, no estás sola, puedes: Elevar tu nivel de autoestima y amor propio.
Practicar ejercicios de relajación para disminuir niveles de estrés.
Mejorar la comunicación de pareja.
Tomar sesiones Psicológicas para psicoeducarte sexualmente y romper viejos patrones y paradigmas sexuales.
Hacer terapia de pareja.
Buscar ayuda especializada en materia de sexología, ginecología, endocrinología.
¡Tenemos derecho a una vida sexual plena y satisfactoria!
@Yamilet Pinto
Psicoterapeuta
Coach de vida
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