Opinión

¿Y si cambio? Cómo manejar el bullying en adolescentes

Como padres, se ha de ser muy inteligente emocionalmente para orientar al adolescente para que reconozca que estos no son juegos sanos.
sábado, 18 mayo 2024

En los últimos tiempos el bullying se ha intensificado en las escuelas, en los clubes, o en cualquier ámbito donde los adolescentes hacen vida social.

Este hostigamiento o acoso sostenido a lo largo del tiempo, entre pares en edad escolar, tiene diversas formas de manifestarse y lo peligroso de esto es que se trate de normalizar o minimizar sus efectos.

En ocasiones son los padres, quienes buscan defender a sus hijos y enfrentar al acosador o exigir a la escuela tomar medidas, sin embargo, muchas veces no se toman las acciones correctivas a tiempo, desembocando en algunas ocasiones en tragedias autoinfligidas o contra los demás.

El punto es que los padres no pueden estar todo el tiempo para defenderlos y es necesario que haya una guía a seguir en estos casos.

Que aprenda a identificar las formas

Las formas en la que los escolares practican el acoso son diversas y algunas de ellas impiden identificar de manera inmediata que se trata de bullying. Algunas de ellas son:

· Juegos que consisten en excluir a los adolescentes de manera humillante, mientras el resto de participantes atosigan, gritan y animan para seguir sacándolos del juego sin medir el maltrato emocional que ocasionan.

· Juegos donde se burlan despiadada y cruelmente del aspecto físico o cultural del adolescente, colocando apodos, sobrenombres o etiquetas que afectan su autoestima.

· La conformación de grupos donde el “líder” orienta a los demás a que aíslen al acosado, que no lo traten ni jueguen con él (ella) ni que lo incluya en grupos de estudio.

Como padres, se ha de ser muy inteligente emocionalmente para orientar al adolescente para que reconozca que estos no son juegos sanos e incluso enseñare a no ser parte de ellos, cuidando que no se le esté predisponiendo frente a los demás ni que se deje llevar por formas de interacción que no son las correctas.

Es importante hacerles saber que muchas veces estos “juegos”, si no se colocan límites, pueden terminar en agresiones físicas, como empujones, golpes, patadas, pellizcos, zancadillas, mordeduras u otros maltratos como el hecho de romperles las tareas, los lentes o robarles sus pertenencias.

En la conciencia del bullying, es necesario que al hablar con los adolescentes se les haga saber que todos son parte de este “macabro juego”: Los acosadores, las víctimas y los observadores, quienes en muchos no denuncian por miedo a “meterse en problemas”, cuando ya existe un grave problema que los involucra y que también puede afectarles a ellos.

Herramientas para ayudar a salir de esta trampa

Cada vez se hace más difícil enfrentar este grave problema social, y se hace necesario tomar acciones concretas que permitan que escuelas, familia y estudiantes tengan las herramientas para detener este flagelo y evitar que se normalice el ejercicio de la violencia en el abusador y la pasividad de los espectadores que lleva a naturalizar el maltrato y la violencia.

En primera instancia, ni padres ni escuela deben ignorar o evadir el problema, etiquetando a los adolescentes de “delicados, cristales o sensibles”, a quienes no se les puede decir nada o que no se pueden jugar con ellos.

Existe un problema y hay que resolverlo.

Los padres necesitan estar atentos a las señales que indican que su hijo está siendo víctima de bullying: No quiere ir a la escuela, su lenguaje no verbal transmite miedo e inseguridad, su voz es temblorosa o guarda extremo silencio; se irrita, no duerme bien, tiene marcas en su cuerpo.

Al mismo tiempo, los padres necesitan fortalecer la autoestima de sus hijos y no afectarla con críticas, comparaciones o maltratos físicos o emocionales.

Deben hablar con ellos y hacerles saber que no son culpables de lo que pasa.

En última instancia, si fuera el caso, es necesario hacer la denuncia correspondiente y evaluar el cambio de colegio.

La escuela juega un rol muy importante en la situación, y aunque no son los responsables directos, es necesario revisar aspectos como:

· El hecho de que muchos maestros se hacen parte de estos maltratos psicoemocionales cuando les dicen a los adolescentes víctimas de bullying: “No vengas con tu drama” “Eres demasiado dramática” “Tú otra vez” “Lo que me provoca es….” Esto profundiza más la crisis.

· La percepción que se tiene de la escuela, producto de la experiencia de muchos padres, indica que las autoridades escolares no toman acción oportuna frente al acoso, por lo cual se agravan. Son muchos los representantes que afirman haber gestionado frente al personal directivo o docente la situación y que no han recibido respuesta oportuna y contundente, agudizando el miedo del acosado al sentirse indefenso ante la falta de medidas e impunidad del acosador

Finalmente, los niños y adolescentes acosados pueden:

· Estudiar con los padres sobre el bullying, para conocer y entender parte de lo que les pasa.

· Manifestar claramente al acosador que pare su conducta, mejor si lo hace frente a otros.

· Evitar pretender vengarse del acosador, esto empeora la situación.

· Pedir ayuda psicológica profesional y hablar de lo que les pasa.

· Aliarse con amigos de confianza y protegerse, permaneciendo cerca de adultos u otro grupo de niños o adolescentes.

O tomamos acción o nuestros adolescentes vivirán en medio de la violencia.

Psicóloga Yamilet Pinto

@yamiletpinto

PsicólogaFPV-16092

yamipinto@gmail.com

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