¿Y si Cambio? Alegra el corazón y desarrolla autocompasión y resiliencia
Cierra el año y es tiempo de hacer el plan de vida del año siguiente, donde plasmar las metas a lograr en cada área de nuestra vida, entre las cuales contamos: laboral, profesional, académica, financiera, salud, relaciones interpersonales, quedando por fuera, en muchas ocasiones, el enfoque espiritual, el cual es fundamental para lograr el resto de los objetivos de vida.
¿Qué hace que la espiritualidad, ara muchas personas, no tenga la misma importancia que las otras áreas? ¿Quizás se ha confundido con lo religioso?
Cuando hablamos de espiritualidad, entendida como los fundamentos filosóficos que convierten nuestra vida interior en la base de nuestra existencia.
Comprende los valores y propósitos de vida de más alto nivel, como: el amor, la calma, la paciencia, la serenidad, la felicidad, la fe, la esperanza, la contribución, la empatía, la compasión, la resiliencia y la alegría.
Todas éstas son expresiones que aportan bienestar, de manera que trabajar en ellas, fortalecerlas y convertirlas en nuestro norte, nos ofrece la gran oportunidad de sentir plenitud y paz interior.
¡Sé compasiva contigo misma!
Esta frase nos puede ayudar a sentir Compasión por nosotras, cuando cometemos algún error o alguien a nuestro lado lo hace.
Si partimos del principio de que la Compasión es una de las máximas expresiones de amor, que implican comprensión, empatía y amor frente al sufrimiento del otro, buscando el alivio del mismo y ofreciendo bienestar al prójimo, entonces es oportuno también valorar el hecho de que eso que podemos practicar con otras personas, como con los grandes amigos, podemos hacerlo con nosotros mismos. ¿Te animas?
La idea del perfeccionismo, el miedo a mostrar vulnerabilidad o debilidad y la falta de aceptación de las circunstancias, muchas veces se convierten en los principales obstáculos de la Compasión.
Esas creencias irracionales nos pueden convertir en personas inflexibles, rígidas y carentes de empatía frente a los errores propios o de otros, dando origen al juicio, la crítica o autocrítica severa, que sin duda afectan la autopercepción y la percepción del otro, impactando en los resultados y en la calidad de vida mental y emocional de cada persona.
Flexibilidad ante los cambios
El logro de metas representa caídas que dejan heridas, temores y algo de duda en nosotras, de si podemos lograrlas o no. Ante ello, lo mejor es fortalecer la fe, reconocer nuestras fortalezas, enamorarnos de nuestras metas y tener la valentía de accionar ante los retos.
Es decir, ser resilientes frente a los cambios o tener la capacidad de adaptarnos a ellos, superar la adversidad y aceptar las circunstancias, sacando de ellas los aprendizajes principales, sin quedarse atascados en el sufrimiento, el dolor o la frustración.
Una persona resiliente es compasiva, entiende que no puede controlar todos los acontecimientos de su vida, es paciente, flexible, se adapta a lo nuevo y acepta los movimientos de la vida y se mueve con ellos, sin que eso implique pasividad y resignación.
Obviamente, es una tareas que tiene diversos niveles, especialmente cuando se trata de rupturas amorosas, quiebra financiera o un diagnóstico negativo de salud, sin embargo la invitación que nos hace Jesús en diversos pasajes de la Biblia, es a la acción: ¡Levántate!, como cuando sanó al paralítico y le dijo: “A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa” ; o cuando resucitó a la hija de Jairo y dijo: “Niña, a ti te digo, levántate”; o cuando sanó al hombre con la mano seca y dijo: “Levántate, y ponte en medio” o cuando resucitó a Lázaro y dijo “Levántate y anda”.
En todas está presente la acción, el movimiento que sin duda fortalece la fe y la esperanza.
¡Siente la alegría en el corazón!
La alegría nace en el corazón. Es un sentimiento que se gesta en el interior del ser humano, producto de la gratitud, la satisfacción y el placer de sentirse en gozo y plenitud por logros alcanzados, por las buenas noticias y por el reconocimiento de los recursos con lo que se cuenta.
La alegría genuina puede manifestarse de diversas formas, como por ejemplo, expresando un buen estado de ánimo, sonriendo, bailando o simplemente sintiendo paz interior. Una persona alegre es compasiva y resiliente, que puede disfrutar del placer de reírse de sí misma, aprendiendo de cada experiencia de vida.
Cada uno de estos propósitos de vida los puedes cultivar:
· Entrenando la mente a través de la práctica de la meditación basada en el amor bondadoso, que implica el autocuidado y el cuidado de los demás.
· Practicando la flexibilidad del pensamiento, estirándolo a nuevas posibilidades.
· Aprendiendo ejercicios de respiración consciente.
· Desarrollando habilidades sociales para optimizar las relaciones interpersonales.
· Vivir el momento presente.
· Eligiendo de forma consciente y deliberada pensamientos y acciones compasivas.
· Conectando con un motivo amable, amoroso y compasivo que permita sostenerse en momentos de adversidad.
· Decidiendo y accionando hacia objetivos mayores de vida.
· Cambiando viejos hábitos de culpa y recriminación, por sentimientos de compasión, amor y empatía personal.
· Buscando ayuda psicológica profesional.
¡Disfruta el milagro de la compasión, la resiliencia y la alegría y crea una nueva filosofía de vida, más plena, más llena de gozo y bienestar interior!
Yamiilet Pinto
Psicologa
FPV 16.092
@yamiletpinto
yamipinto@gmail.com
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