¿Y si Cambio? Acompaña a tu hijo a elegir su carrera sin presión u obligación

Cuando los hijos alcanzan el nivel de secundaria, tienen la oportunidad de plantearse el futuro académico y profesional.

Generalmente, esto sucede entre los 16 a 18 años de edad, aunque algunos afirman que se han graduado de 15 años, lo ideal sería comenzar en la universidad a los 18 años de edad.

Independientemente de la edad, se comienza a pensar en cuál carrera estudiar.

Sin embargo, muchos jóvenes desconocen lo que quieren, se confunden, se frustran y se presionan por el conflicto estructural que se les presenta al confrontar lo que les gustaría con las expectativas e imposiciones de adultos referentes, como familia, educadores o amigos.

En este sentido, es importante comprendan que entre los 15 y 18 años el adolescente aún está en proceso de desarrollo:

· Emocionalmente tiene frecuentes altibajos. Aunque parece maduro, aún no ha alcanzado su total desarrollo. Tiende a compararse con sus pares y muchas veces su valía la coloca en lo que ve en las redes sociales. Su nivel de autoestima se ve afectada por los resultados escolares, el éxito en los deportes y las amistades. En ocasiones se rebela y su comportamiento es errático.

· Cognitivamente, su pensamiento se torna más claro que cuando tenía 13 años. Ya no ve las cosas banco y negro, pero sigue creyendo que es el dueño del universo, que todo lo sabe.

· Sexualmente, busca relaciones íntimas.

Todo ese torbellino de cambios se vive en esta etapa, en la que además debe decidir su destino y elegir una carrera universitaria, en la que se enfrentará a un mundo de nuevas experiencias, nuevos retos y desafíos, para la que muchas veces no está preparado.

Tratar de influir en los hijos para que elijan su vocación profesional no es buena idea

El reto de los padres es acompañar a sus hijos a elegir la carrera, sin la presión familiar que tanto daño le causa en un momento de tanta vulnerabilidad. Su estado emocional se ve enfrentado a muchas disyuntivas cuando sus padres les dicen frases como:

· ¡No estudies esa carrera, que eso no da dinero!

· Estudia esta carrera, porque en la familia todos la hemos estudiado.

· Si no estudias esta carrera, te vas a morir de hambre

· Esa carrera es demasiado larga, haz algo más corto.

· Esa carrera es muy cara.

· Busca una carrera que puedas estudiar aquí, la que sea, pero aquí.

· ¿Cómo vas a estudiar esa carrera si tú eres tan inteligente? Estudia algo que esté a tu nivel.

· No quiero que después te estés cambiando, tienes que estar bien seguro de lo que eliges.

Estas y otras tantas frases se repiten entre los padres o familiares cercanos cuando “acompañan a sus hijos” a elegir la carrera que van a estudiar, y no se dan cuenta de la presión que ejercen en el joven, quien se siente abrumado, aturdido y con temor a equivocarse y fallarle a sus padres, quienes podrían tener razón.

Todos estos pensamientos lo llevan a tener cada vez más ansiedad.

En España, un estudio realizado por la consultora Círculo Formación, en el año 2022, reveló que el 76 % de los jóvenes españoles que cursan bachillerato no tiene claro qué quiere estudiar.

Y que los jóvenes que sí tienen una clara vocación definida, no siempre escogen una carrera acorde a ella. ¿sabes por qué? por las influencias externas, especialmente la de familiares cercanos. Lo que deja en evidencia que los factores externos sí impactan en la elección, y que las verdaderas preferencias, en muchos casos, no se toman en cuenta.

Otro aspecto determinante para el joven, es tener la conciencia de que podría equivocarse y que esto no tiene por qué significar un fracaso ni una decepción a sus padres. Entender que no es perfecto lo ayudará a fortalecer la flexibilidad y empatía que se necesita en estos casos.

Orientación vocacional para padres y los adolescentes

Una verdadera orientación vocacional se hace en conjunto con la familia, el adolescente y el psicólogo. Este proceso permite acompañar a padres y adolescentes a dirigir una elección, basada en lo más importante para los adolescentes en ese momento, como son sus:

· Intereses.

· Habilidades.

· Aptitudes.

· Capacidades.

· Preferencias

· Rasgos de personalidad

· Oferta académica

De manera que elegir una carrera no es tan simple como decir qué carrera vas a estudiar, sino que es la suma de diversos factores.

La mejor manera de acompañar a los hijos en su elección es:

· Dejando de lado tus expectativas.

· Cuidando de no transmitir más miedos a sus propios miedos.

· Fortaleciendo los vínculos emocionales de la familia.

· Manteniendo una comunicación abierta, donde ellos puedan expresarse sin temor a ser juzgados, criticados o cuestionados.

· Escuchándolos con asertividad, activa y empáticamente.

· Fomentando un ambiente un ambiente de flexibilidad y tolerancia.

· Procurando que la carrera que elija coincida con sus preferencias e intereses. Esto es fundamental en su éxito profesional.

· Acompañándolo a diseñar un plan de vida, adaptado a su personalidad, sueños e intereses.

· Buscando ayuda psicológica profesional, para enriquecer el autoconocimiento.

No hay nada más gratificante que sentir a un hijo realizado en su propio deseo. Y si eres parte de eso, mejor.

Yamilet Pinto

Psicóloga

@yamiletpinto

yamipinto@gmail.com

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