Opinión

Semana en domingo

"Hace rato que los precios superan lo que la gente paga en otros países, en donde con 100 dólares es posible cubrir la alimentación de dos personas durante un mes. Aquí con eso, que son unos 600 mil bolívares, una familia a lo sumo cubrirá los gastos de una semana".
domingo, 19 mayo 2019

El dinero extranjero
Frente a la crisis económica del país, una de cuyas expresiones más importantes es la falta de recursos para inversión, la única vía posible de recuperación es la traída de capitales extranjeros.
Pero el gobierno se colocó unas gríngolas ideológicas, que en la práctica tienen el mismo efecto de las que el chavismo desterró. Es decir, en la IV República solo había inversiones de los países llamados capitalistas y ahora en esta llamada V República solo se busca inversión extranjera de países de la órbita socialista, o de naciones “amigas” como Rusia.
El problema es que muchas de esas naciones a las que el gobierno les acepta que inviertan en el país, no tienen los recursos que necesitamos, o no están dispuestos a hacerlo, como en el caso de China.
En el caso de Guayana, las industrias básicas son un sector que ofrece buenas posibilidades para la inversión extranjera, tanto en la explotación de recursos naturales, como en la transformación de esos minerales. La mejor prueba de ello fue la participación de capitales japoneses en el proyecto de Venalum, que en principio estaba en el 80 por ciento de la inversión, pero que al final quedó en el 20 por la decisión de Carlos Andrés Pérez.
Si Rusia, China, India, Bielorrusia, Turquía, Irán o cualquier otro país “amigo” de este gobierno quisiera invertir, ¿por qué no propone por ejemplo la construcción de una nueva planta de aluminio, o una siderúrgica? Los capitales extranjeros no tienen color político, y por eso hay inversión de Estados Unidos en China y viceversa, o de capitalistas norteamericanos en Rusia y de rusos en Europa.
El único que sigue segregando el capital extranjero por su origen es el gobierno venezolano.

 

El país más caro
Hace rato que los precios superan lo que la gente paga en otros países, en donde con 100 dólares es posible cubrir la alimentación de dos personas durante un mes. Aquí con eso, que son unos 600 mil bolívares, una familia a lo sumo cubrirá los gastos de una semana.
Es larga la lista de productos que cuestan más aquí que en la mayoría de los países, incluyendo Estados Unidos. Los huevos por ejemplo, al cambio actual cuestan mucho más que en el exterior, como pollo, algunas variedades de pescados y mariscos, leche líquida y en polvo, salchichas y otros embutidos y pan.
Converso con amigos en el exterior y se sorprenden de lo que estamos pagando aquí por cosas que allá cuestan la mitad, hasta en productos de higiene personal. Por lo que pagamos aquí por un paquetico con dos afeitadoras, allá compran uno de seis.
Se mueren de la risa cuando les digo que una familia necesita gastar el equivalente a más de 20 dólares mensuales solo en papel sanitario, debido a que un paquete de seis rollos está en 26.000 bolívares y a muchas familias un rollo escasamente les dura un día, porque además no tienen muchas hojas.
En otras palabras, el salario mínimo no alcanza ni para papel tualé. En la práctica tenemos precios dolarizados, con salarios en bolívares, pero con la vida mucho más cara que en la mayoría de los países.

Intolerancia colectiva
La crisis política y económica del país ha provocado un grado tal de crispación en la población que se expresa de varias maneras, pero una de las más frecuentes y evidentes es la intolerancia frente a cualquier expresión de los demás.
Eso se percibe en cualquier actividad diaria, en las colas de los bancos, en los supermercados, en el talante de los conductores de vehículos, en la atención en las oficinas de servicios públicos y hasta en las relaciones entre los integrantes de las familias. Por el motivo más fútil se desata una agresividad que se percibe latente en mucha gente.
Siempre he dicho, y ahora con mucho mayor razón, que va a llevar tiempo que el venezolano recupere su carácter jovial de antes. Tenemos que recuperar la capacidad de sonrisa y de apreciar las cosas bellas que tiene la vida.
Pero lamentablemente esta situación ha provocado que mucha gente se levante todos los días con el pie izquierdo, listo para considerar malo todo lo que acontezca a su alrededor.
El diálogo, sobre cualquier tema, indefectiblemente desemboca en la crisis política y lo que pudiera haber sido grato se convierte en un agrio momento.
Por supuesto que no es fácil sustraerse de la situación política que vivimos, pero la vida diaria no puede limitarse solo a eso porque terminaríamos en un hospital para enfermos mentales.
En lo personal hago esfuerzos por mantener mi capacidad para analizar los hechos de la manera más imparcial posible, sin que mi posición política personal prive sobre ello. Por eso soy crítico de este gobierno, pero en algunas oportunidades he analizado de manera crítica las actuaciones de la oposición, como cuando expresé no estar de acuerdo con el indulto de Guaidó a Leopoldo López.
En esa nota de la semana pasada, al comienzo expresé que considero que él nunca debió estar preso, para luego exponer las razones por las que creo que no debió haber sido indultado y que si la salida de Maduro está tan cerca como nos dicen, lo mejor entonces habría sido esperar unas semanas para que ello ocurra y Leopoldo recobre su libertad plena.
No creo que esas expresiones mías constituyan un intento por reforzar a Maduro en el poder, como tampoco que sean una agresión a Guaidó. Lo que expresé fue una opinión sobre un hecho que considero un error político, en la lucha por recobrar nuestra democracia. Lamento que ello haya sido interpretado como un ataque a Guaidó.
¿Significa entonces que las actuaciones de los políticos de oposición no pueden ser criticadas? ¿Es esa la democracia, y la libertad de expresión, que nos están ofreciendo como alternativa a este régimen opresor?

Uno
En estos días un amigo me llama desde el exterior y en medio de la conversación me pregunta por el presidente de Venalum y confieso que en ese momento no le pude decir quién es.
Tuve que hacer un esfuerzo para dar con el nombre, pero después me puse a contar los presidentes que han tenido las industrias básicas y de la CVG en esta era chavista y hasta donde me dio la memoria son casi cien.
Es increíble la frecuencia con la que se cambian las directivas, lo que de ninguna manera ha servido para que sean eficientes.
En contraste, Leopoldo Sucre Figarella fue presidente de la CVG durante un quinquenio y parte del siguiente.

Dos
Definitivamente la decisión del gobierno de Maduro es no tocar a Guaidó pero irle quintando los apoyos internos poco a poco y por eso las decisiones judiciales contra gente de su entorno más cercano.
Pareciera que la intención es aislarlo para dejarlo solo y que dependa de los apoyos del exterior. En esa misma dirección parecen apuntar las versiones, de origen desconocido, según las cuales la libertad de López y Simonovis sería algo concertado entre los dos bandos.

Tres
Amigos que venden carne me dicen que les han advertido que el precio puede subir más en los mataderos, si se concreta el aumento de la “contribución” que los ganaderos tienen que entregar a algunas gobernaciones.
Está en el 30 por ciento de las reses que salen de ese estado pero aspiran que sea el 40.
Es decir, el aumento por ese solo concepto sería del 25 por ciento en el precio actual de cada kilo en canal, a puerta de matadero.

Cuatro
Por esta época del año la naturaleza nos ofrece el bello espectáculo de colores de la floración de los árboles. El rojo pálido de las acacias y bucares, el amarillo resplandeciente del araguaney, el lila del apamate, nos iluminan a donde quiera que se dirija la mirada.
De igual manera florecen las orquídeas, con su multiplicidad de colores y formas. Con la entrada del invierno la naturaleza nos envía su mensaje de que la vida sigue allí, inmutable, y que los seres humanos somos de tránsito temporal.

Lea También:
error: