El Esequibo (IV)

Petróleo frente al Delta
Probablemente la primera confirmación de la existencia de yacimientos de petróleo y gas frente a las costas del Esequibo, la aportó el descubrimiento previo de esos minerales en la plataforma continental frente a las bocas del Orinoco y el Estado Delta Amacuro, fronterizo con el territorio en reclamación, hace casi 20 años. Luego de las labores de exploración en esa área, en 2002 Pdvsa otorgó contratos a Chevron Texaco, de Estados Unidos, y a la Statoil, de Noruega, para que iniciaran las labores destinadas a la explotación, que hasta ahora no se ha realizado. En 2003, Pdvsa anunció que en esa zona, en un área de 48.000 kilómetros cuadrados, hay un estimado de 38 billones de metros cúbicos de gas y 32.000 millones de barriles de petróleo, y que hasta esa fecha había invertido 180 millones de dólares en labores de exploración. En esa misma oportunidad, la petrolera fijó la meta de explotación en 1.000 millones de pies cúbicos diarios, para exportar cada año 47 millones de toneladas de gas licuado. Toda la zona marítima desde Paria, pasando por Trinidad, y hasta el extremo más oriental de Venezuela, tiene gas y petróleo, y casi con certeza fue eso lo que motivó al gobierno de Guyana, a explorar las aguas marítimas frente al Esequibo, para confirmar si había petróleo.

Petróleo en plataforma esequiba
En junio de 2016, el presidente de Guyana, David Granger, le otorgó a la Exxon Mobil la concesión para explotar petróleo en el Bloque Stabroek, situado a unos 190 kilómetros de la costa del Esequibo, con una extensión de 26.800 kilómetros cuadrados. Esta compañía, que había hecho los trabajos previos de exploración hasta ubicar los yacimientos en ese bloque, creó un consorcio, a través de su subsidiaria Esso Exploration and Production Guyana, con el 45 por ciento, Hess Guyana Exploration, de capital guyanés con el 30 por ciento, y la china Nexen Petroleum Guyana, con un 25 por ciento. Hace dos años inició la perforación de su primer pozo en el Campo Liza, dentro de ese bloque Stabroek y hoy está extrayendo 80.000 barriles diarios, desde un buque que además sirve de depósito. La meta es elevar esa producción a 120.000 barriles este mismo año. En febrero de este año 2020, Exxon llevó su primer millón de barriles, extraídos en ese yacimiento del mar Esequibo, hasta su refinería de Baytown, en Texas. La transnacional tiene proyectado anclar otro buque extractor en el Campo Liza Dos, en el que estima estar produciendo 220.000 barriles diarios en 2022, así como activar la explotación del Campo Payara, también en el bloque Stabroek, para extraer allí 220.000 barriles en 2023, y el Campo Hanmerhead, para 150.000 barriles en 2025. En total Exxon tiene proyectado instalar cinco estaciones flotantes, para llevar la producción del Bloque Stabroek a unos 750.000 barriles diarios en 2025 o 2026. Pero además, Guyana delimitó frente al Esequibo otros dos bloques petroleros, al lado del Stabroek, identificados como Koiteur y Canje, que proyecta sacar a licitación en breve. Para Exxon Mobil, la explotación de estos yacimientos es un excelente negocio, porque el costo de extracción está estimado en 26 dólares, impuesto incluido, cuyo valor de mercado en este momento, junio de 2020, está por encima de 35 dólares. Ese crudo, puesto en su refinería de Texas, es de mejor calidad y más barato que los procedentes de yacimientos de esquistos en Estados Unidos, o llevado por oleoducto desde grandes distancias, incluyendo pozos de Canadá.

Impacto del petróleo para Guyana
Literalmente, el hallazgo y explotación de petróleo en las costas del Esequibo, para Guyana es como maná que cae del cielo. La producción de crudo per cápita será una de las más altas del mundo ya que, con una población de 700.000 habitantes, tendrá una producción diaria de 750.000 barriles. Ecuador por ejemplo tiene una producción de 450.000 barriles diarios, para una población de 17,5 millones de habitantes. Dicho de otra manera, cada guyanés tendría un barril de petróleo todos los días, o 365 barriles anuales que, siendo un crudo dulce equivaldría, al precio actual de 35 dólares el barril, a más de 12.000 dólares anuales. Según datos de Exxon, Guyana recibirá este año unos 16.000 millones de dólares por el petróleo que se extraiga en las aguas del Esequibo, una suma que los economistas están seguros alterará profundamente la vida de los guyaneses, a menos que sea manejada con un criterio de austeridad, que permita que poco a poco la economía vaya absorbiendo esa masa monetaria. Precisamente para ello, el gobierno de Guyana cuenta con asesoría de Noruega. Hasta la aparición del petróleo, la economía de Guyana se sustentaba en la producción y exportación de azúcar y arroz, así como en la explotación maderera de los bosques del Esequibo. Según cifras del Banco Mundial, el PIB de Guyana crecerá este año 28 por ciento, solo con el Campo Liza Uno. Todo eso estaría muy bien si se tratara de petróleo hallado en Guyana, pero eso es propiedad de los venezolanos. ¿Por qué Guyana no exploró el fondo marino frente a sus propias costas, en lugar de hacerlo en aguas del Esequibo? Incluso Surinán está haciendo prospección en su mar territorial, bajo la presunción, que también la debió tener Guyana, que en todo ese borde marítimo, que parte desde Paria hacia la Guyana Francesa, puede haber petróleo. Hay que recordar que en 2002 Pdvsa planteó la posibilidad de una explotación conjunta del petróleo que pudiera haber en esas aguas frente al Esequibo, y no obtuvo respuesta positiva de parte de Georgetown, aunque se estaban beneficiando del programa Petrocaribe, recibiendo combustible a precio subsidiado, a cambio de arroz, pagado con sobreprecio según algunos economistas venezolanos.

¿Y si La Haya nos da la razón?
Según datos de Exxon, la inversión para buscar petróleo en el Bloque Stabroek fue de 800 millones de dólares, que va a recuperar rápidamente, entre otras cosas porque el impuesto que le estableció el gobierno de David Granger, fue de solo un 2 por ciento, cuando Nigeria y Noruega, entre otros, lo tienen entre 17 y 20 por ciento. Algunos economistas estiman que en los primeros 10 años del convenio, Exxon dejará de pagarle 55.000 millones de dólares a Guyana, que tendría que aportar si tuviera el impuesto promedio mundial. Exxon tiene un pleito financiero con Venezuela, reclamando la indemnización por la expropiación de sus proyectos en la Faja del Orinoco. Algunos analistas aseguran que el contrato en Guyana es una especie de venganza contra nuestro país, ya que esa empresa desde hace décadas sabía de la existencia de esos yacimientos y fue ahora que se lo informó a Georgetown. Pero la gran incógnita es ¿Qué pasaría si por decisión de La Haya, o por otra vía, se determina que el Territorio Esequibo, y sus aguas patrimoniales, son de Venezuela? ¿Cómo harían Guyana y Exxon para devolverle a Venezuela todo lo que están extrayendo de esos yacimientos? Expertos en derecho internacional plantean que Venezuela debe demandar, ante la ONU o su tribunal de La Haya, la paralización de la explotación de los recursos del Esequibo, hasta que se resuelva la soberanía de ese Territorio. En este aspecto hay que recordar que Chávez dijo en 2004 que no se oponía a que “Guyana otorgue de manera unilateral concesiones o contratos a compañías multinacionales, siempre y cuando esto favorezca el desarrollo de la región”. Esta afirmación ha sido muy criticada por economistas y dirigentes de la oposición venezolana, pero en realidad no tiene nada que ver con la propiedad del Esequibo, porque se trata de un permiso de explotación temporal que, en todo caso, cesaría o quedaría a discreción de Venezuela su ratificación, en el momento en que ese Territorio sea declarado como venezolano.

(En la próxima y última entrega de estos reportajes, este miércoles: la explotación industrial de oro, y Guyana sin el Esequibo)

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