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Ajo: propiedades, beneficios y cómo usarlo

El olor y el sabor intensos del ajo, tan apreciados en la cocina, se deben a su riqueza en unas sustancias azufradas que lo convierten en un auténtico alimento-medicina.
lunes, 22 diciembre 2025
Cortesía | El ajo contiene pequeñas cantidades de hierro, silicio, azufre, yodo, manganeso, selenio y vitaminas B1, B2, B6 y C

Con más de 5.000 referencias científicas, el ajo es una de las plantas más estudiadas. Sus propiedades lo convierten en uno de los mejores ejemplos para validar el aforismo hipocrático de que el “alimento sea tu medicina y la medicina, tu alimento”.

La planta del ajo (Allium sativum) pertenece a la familia de las liliáceas, como la cebolla y el puerro. Aunque se cree que es originaria de Asia Central, llegó a Oriente Medio hace aproximadamente cuatro mil años y hoy en día se cultiva y utiliza en todo el mundo.

Valores nutricionales del ajo

¿Cuántas calorías tiene el ajo?

En cada 100 gramos de ajo encontramos los siguientes nutrientes

  • Calorías: 135 kcal
  • Proteínas: 6 g
  • Grasas: 0,1 g
  • Hidratos de carbono: 27,5 g
  • Fibra: 0,7 g

Propiedades del ajo

El ajo aúna un equilibrado aporte de nutrientes con compuestos azufrados y otras sustancias que le otorgan sus muchas propiedades medicinales.

Compuestos azufrados únicos

Los dientes de ajo contienen entre un 0,2% y un 0,3% de aceite esencial: garlicina, aliína o sulfóxido de alilcisteína (1%), que al ser hidrolizada por la aliinasa produce alicina.

Esto se produce al machacar o masticar el ajo fresco. La alicina le da al ajo su olor y sabor característicos, y se transforma rápidamente en disulfuro de alilo y otros compuestos azufrados volátiles que son los principales responsables de los efectos beneficiosos.

Además, contiene fructosanas, oligosacáridos que alimentan la microbiota intestinal beneficiosa, relacionada con una buena salud general.

Asimismo posee enzimas –peroxidaxas y lisozimas, entre otras– indispensables para que se produzca la acción medicinal del ajo.

Rico en minerales y vitaminas

Además de todas las propiedades nutricionales ya mencionadas, el ajo contiene pequeñas cantidades de hierro, silicio, azufre, yodo, manganeso, selenio y vitaminas B1, B2, B6 y C.

Beneficios del ajo

El ajo se utilizó en la cultura egipcia, junto con la cebolla y el pan, como base de la alimentación, y en la medicina hipocrática de Grecia. En la antigua Roma, Galeno, Plinio el Viejo y Dioscórides mencionan su uso para tratar parásitos, problemas respiratorios o alteraciones de la digestión.

Amigo del sistema circulatorio

Entre los diferentes beneficios para la salud cabe destacar el hecho de que sea un gran protector cardiovascular. Previene y mejora la arteriosclerosis, inhibe la síntesis del colesterol LDL (el malo) y de los triglicéridos. Además mejora la coagulación sanguínea y aumenta la elasticidad de las arterias.

En caso de claudicación intermitente –cuando la arteriosclerosis afecta a las piernas y obliga a pararse a menudo al caminar por el dolor que provoca–, ayuda a que la sangre llegue mejor a los músculos.

También es beneficioso el consumo de ajo ante la hipertensión y la aceleración del ritmo cardiaco.

Vías respiratorias sanas

El ajo ayuda a combatir las infecciones respiratorias como la gripe y el resfriado por sus propiedades antisépticas.

También dilata los bronquios, fluidifica las mucosas y estimula el sistema inmunitario. Por estas propiedades ingerir ajo resulta especialmente útil en caso de sinusitis, faringitis, traqueítis, bronquitis, enfisema y asma.

Ayuda frente a las infecciones

Además de la gripe y los resfriados, el ajo combate las infecciones urinarias, los parásitos intestinales y las infecciones de oído. No obstante, no sustituye los antibióticos cuando estos son prescritos por el médico.

Esencial en la cocina

Aunque en herbolarios y dietéticas se puede encontrar en perlas, tinturas y otras presentaciones, no hay remedio o medicamento de ajo más eficaz y completo que los propios dientes frescos consumidos con regularidad.

Cómo preparar el ajo para que no se pierdan sus propiedades

Si calientas un diente de ajo entero vas a desaprovechar gran parte de sus propiedades.

La mejor manera de consumir el ajo es crudo. Si quieres cocinarlo, machácalo bien media hora antes, así permitirás que se formen las sustancias beneficiosas y estas resisten el calor.

Incluir en la dieta de 1 a 4 dientes al día permite beneficiarse de sus propiedades, tanto para prevenir como para aliviar determinados problemas de salud.

Ingrediente mediterráneo

El ajo es un ingrediente tan pequeño como popular, ensalzado en la gastronomía mediterránea. Existen diversas variedades:

  • Ajos blancos: son los más habituales, de sabor fuerte, y se consumen secos. Hay que buscar cabezas firmes y pesadas, con la envoltura seca y sin brotes.
  • Ajos morados: la capa que los recubre es de color morado; maduran antes y suelen ser más grandes, pero al ser más tiernos se conservan por menos tiempo.
  • Ajetes o ajos tiernos: se recogen antes de que se desarrolle el bulbo, en primavera; son suaves, apropiados para ensaladas, salteados, revueltos y tortillas.

Trucos para utilizar el ajo cómodamente

Para suavizar su sabor y evitar que pique se parten los dientes por la mitad y se retira el germen verde con un cuchillo, o bien se escaldan un minuto o se dejan en remojo, pelados, un par de horas.

Otra opción es no usar el ajo directamente, sino el aceite aromatizado, o frotar con un diente la fuente de la ensalada.

Para pelarlos con facilidad se aplastan con el pulgar o la hoja del cuchillo.

Para eliminar el olor de tus manos, lávatelas bajo el chorro de agua fría, sin frotar.

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