Relato
La Búsqueda: Yatnayo, el hablador
Por muchos días caminó acompañado de su soledad. extrañaba la compañía de otros, anhelaba conversar nuevamente. Se sentía oprimido por el aislamiento que le ocasionaban los signos de poder.
La Búsqueda: La partida de Ruminawe
Son asesinados cruelmente en sus solitarias correrías, a pesar de su astucia y velocidad, por los adoradores de los negros perros. Ellos con orgullo adornan sus lanzas con trozos de piel arrancada con odio a los servidores del Inca.
La Búsqueda: Ruminawe el peregrino del inca
En ese momento el Inca tomó entre sus manos copas llenas de chicha de maíz fermentada por las vírgenes del templo, cara a Inti ofreció la bebida a su padre.
La Búsqueda: Los rostros de la diosa
Deseaba encontrar respuesta a las relaciones que podían existir entre la negación de Ixquicic a los sacrificios humanos y la huida de Quetzalcóatl de Tula.
La Búsqueda: La sabiduría de los comerciantes
Las palabras de nuestro maestro lograron reanimarme. A medida que nos adentrábamos en el barrio se acrecentaba el ambiente festivo. El bullicio me desorientaba, al notar esto nuestro anfitrión en su casa me tomó del brazo llevándome a un cómodo rincón donde me susurró al oído.
La Búsqueda: Quetzalcoatl en el juego de pelota
Para sorpresa de todos el nigromante y los bufones vencieron a cientos de hombres con la magia de la risa, los enloquecieron y clavaron sobre si sus lanzas.
La Búsqueda: Los rostros de Quetzalcoatl
Xólotl al tomar los huesos creyó vencer a los dueños del oscuro reino, y huyó de Mictlan, transformado en vampiro con garras de águila; logró pasar desapercibido por los nueve guardianes del Reino de la Muerte, pero al ser conocido el robo fue perseguido por un ejército de esqueletos.
La Búsqueda: El éxtasis entre sangre y dolor
La causa del viaje decían nuestros maestros que era comercial, desde hacía muchas lunas no se recibían los tributos que se esperaban de las tierras bajas, y en los jardines del Ombligo de la Luna empezaban a escasear los quetzales y los jaguares.
La búsqueda: Tlazolteotl, la diosa de la inmundicia
Nací un día de mal augurio, entre los cincos días nefastos. Esperaron mis padres cuatro días para presentarme a los dioses, vulgar treta de los adivinos para evadir la muerte.
El Mago de la Niebla: Las capillas del filo del Tisure
Mientras se dormía siguió pensado sobre lo que sabía de la vida de Juan. Comenzó su retiro en El Potrero acompañado de Epifania Gil.
El Mago de la Niebla: Fotografías de Semana Santa en el Tisure
No se quedó tranquilo a pesar de lo ocurrido después de aquella desaparición y aparición de Ramón en la plaza, así que continuó por unos años realizando actos de equilibrista sobre cuerda con su inseparable amigo Ramón Malpica y un mono que le habían traído de las tierras calientes.
El Mago de la Niebla: Alma en pena
Habían oído que camino a Barinitas, por el río de los Muñecos, se llegaba a buenas tierras; fue a principios de siglo, cuando aún se construía la Transandina.
El Mago de la Niebla: El Nono Daniel
Mientras gran parte de la humanidad se preparaba para la destrucción, Juan Félix Sánchez se consagraba a la Virgen y a la creación.
Por culpa del Cerelac (Anecdocuento)
Una compostura que no tuve ningún chance de guardar la vez que sin previo aviso y sin el menor control se prendió un tiroteo en pleno porche de mi casa.
El Mago de la Niebla: La Magia de la Niebla
Era Ramón Malpica. Juan sonreía por el éxito del acto. Al sentir el silencio que lo rodeaba comenzó a sospechar que algo estaba mal, pero no sabía qué era.
El Mago de la Niebla: Ronquidos de cochino
Estas palabras le sonaban muy serias a la gente para un personaje tan estrafalario como el que comenzaba a representar Juan.
El Mago de la Niebla: El ángel que coronaba a Juan Félix Sánchez
Pero cuando salgan del pueblo y vayan a Maracaibo, se darán cuenta de los cambios hasta en la forma de caminar y vestir de la gente.
El Macaco y Mistolín (Anecdocuento)
Son primos, ambos de dieciocho, y dignos representantes de la flojera más alevosa del barrio, que los mantiene a distancia de todo cuanto signifique consumo de energía.
El Mago de la Niebla: El chamán de Misteque
Tras desahogarse, amainó su furia. Al acercársele Asunción, Juan se abalanzó otra vez intentando atraparlo entre sus brazos. Justamente cuando pensaba que había logrado atraparlo, cayó de sus bolsillos el frasco en el que guardaba el díctamo real.
El Mago de la Niebla: Luna llena de enero
Mientras hablaba don Epifanio a Juan se le ocurrió otro motivo para dibujar en las paredes de su cuarto.