Opinión

¿Y si Cambio? Qué, cómo y cuándo decirles a los niños sobre la muerte de mamá o papá

A edades tan tempranas los niños no comprenden esto y como adultos hemos de estar conscientes de ello.
Yamilet PINTO
sábado, 10 abril 2021

La pandemia COVID-19 ha impactado de manera significativa la dinámica de las familias, el duelo ha sido uno de sus principales efectos y muchas veces no contamos con las herramientas psicoemocionales para afrontarlo.

Muchos niños, adolescentes, jóvenes o adultos han perdido a sus padres, sin embargo, de este grupo a quien más cuesta decirles lo ocurrido es a los más pequeños, ya que, por encontrarse en plena etapa de desarrollo cognitivo, su nivel de comprensión sobre la muerte y sus consecuencias aún está en crecimiento, además de ser una experiencia que afecta la manera en que estructura su mundo.

La forma en la que los niños perciban la muerte se corresponde a lo que hayan aprendido de sus padres, lo que hayan visto o escuchado que sucede con algunos de los personajes de sus series o programas favoritos e incluso, lo que hayan experimentado por la muerte de alguna mascota. Estas son referencias importantes para ellos y podrían servir para explicarles lo que está pasando.

Los psicólogos Amalio Ordoñez Gallego y María Antonia Lacasta Reverte mencionan en el Manual “El duelo en los niños (la pérdida del padre/madre)”, las tres características básicas de la muerte: Es irreversible, definitiva y permanente; Consiste en la ausencia total de las funciones vitales; y es universal, lo que quiere decir que, nadie escapa de morir.

A edades tan tempranas los niños no comprenden esto y como adultos hemos de estar conscientes de ello.

La edad importa al expresar sus emociones

Cuando se le quiere explicar al niño lo que está ocurriendo, valorar la edad es sumamente importante. Nos es lo mismo decirle a un niño de 3 a 5 años que mamá o papá fallecieron que a un niño de 6 a 9 años.

En ambos casos, lo primero es decir la verdad y será inevitable que en algún momento del proceso expresen llanto, tristeza, agresividad o hasta se sientan culpables, especialmente los más grandecitos. Muy probablemente se apeguen al padre que sobrevive por temor a que se vaya también, lo cual los hace sentir muy inseguros y temerosos.

Podrían presentar regresiones a etapas del desarrollo ya superadas (orinarse en la cama, volver a chuparse los dedos, etc). Como adultos necesitamos permitir que ellos expresen lo que sienten con libertad y con la inocencia que les caracteriza.

En algunos casos los niños se podrían mostrarse indiferentes ante el hecho de la muerte, por lo que no lloran y se dedican a seguir jugando como si nada ocurriera, esto no quiere decir que no la sientan, se refiere a que aun están en sus fantasías y carácter egocéntricos.

Los niños entre 3 ó 4 no tienen conciencia sobre el significado de la muerte, no la consideran como algo definitivo e irreversible, por lo que es posible que no entiendan que no volverán a ver a su ser querido y comiencen a hacer preguntas reiterativas: ¿Dónde está mamá/papá? ¿Cuándo regresará?

En cuanto a los niños de 6 a 9 años, por lo general expresan indiferencia como un mecanismo de defensa ante el dolor; establecen relaciones imaginarias con el padre fallecido; eventualmente siente culpa, especialmente por la dificultad de expresar claramente lo que verdaderamente sienten; y en algunos casos se sienten responsables de los hermanitos más pequeños o que deben cuidar a mamá por ser el “hombrecito” de la casa, lo cual les crea una carga difícil de llevar.

Qué hacer y que no hacer

Aunque los niños no sean conscientes de lo que pasa, por lo general manifiestan a su manera, miedo a ser ellos los causantes de la muerte de mamá o papá, por lo que no ha de extrañar la pregunta ¿Mami/papi se fueron porque yo no les hice caso? Y ahora ¿Quién nos va a cuidar? Son parte de los sentimientos y emociones que sienten, las cuales corresponde a las etapas de su duelo:

1) Protesta, en la cual el niño añora amargamente a su padre/madre fallecido y llora suplicando que vuelva

2) Desesperanza, algunas veces juega y otras veces vuelve a llorar desconsoladamente perdiendo la esperanza de que mami o papi vuelvan. En esta etapa suelen pasar por un período de apatía.

3) Ruptura de vínculo, comienza a mostrar interés del mundo que le rodea y lentamente comienza a desvincularse emocionalmente del padre fallecido

Otro aspecto importante es reconocer que en muchos casos queremos evitarles sufrimiento y apelamos a decirles algunas cosas para consolarlos, sin saber que no es lo más adecuado como, por ejemplo: Decirles que mami o papi están dormidos, eso los confunde y los asusta, lo cual podría causarle inquietud al irse a dormir por temor a no despertar.

Lo mejor es acompañarlos en su duelo con amor, comprensión y cariño, sin pretender aislarlos de lo que pasa. Si no pueden despedirse físicamente de mami o papi, realizar algún ritual de despedida con globos, dibujos o canciones, como él prefiera despedirlo y acompañarlo en ello; Responder a sus preguntas e inquietudes, según su edad y nivel de comprensión.

Como adultos somos responsables de hacerles ver a nuestros niños que la muerte es también parte de la vida.

Yamilet Pinto

Psicoterapeuta/Life Coach

@yamiletpinto

Ten la información al instante en tu celular. Únete al grupo de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link: https://chat.whatsapp.com/IVpYB7IsahnE6HBjaQCqof

También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí https://t.me/diarioprimicia

error: