Opinión

¿Y si Cambio? La sexualidad femenina se puede mantener después de los 50 años

Son muchas las mujeres entre 35 y 45 años de edad que ya enfrentan importantes limitaciones para conectar con el disfrute de su sexualidad.
Yamilet PINTO
sábado, 24 octubre 2020

Experimentar satisfacción y bienestar sexual después de los 50 años de edad es posible, obviamente, de manera distinta a cuando teníamos 25 años.

Para lograrlo necesitamos reconocer que a lo largo de nuestra vida vivimos diversas etapas del deseo sexual, donde nuestro cuerpo cambia y la percepción de la sexualidad también.

Desde el punto de vista psicológico, experimentar una sexualidad plena y consciente ofrece a la mujer la posibilidad de disfrutar de manera integral de su bienestar, biológico, emocional, mental y espiritual el cual es posible al reconocer qué es eso que le afecta e inhibe del placer sexual, como por ejemplo los múltiples mitos y creencias negativas que sobre la sexualidad tenga, los tabúes religiosos, los traumas sexuales vividos en la infancia o las experiencias de violencia sexual en la adolescencia, el tren de vida que lleve en la actualidad y el contexto que le rodea.

Todos ellos podrían ser causa de limitaciones del placer sexual.

El displacer sexual femenino no es cuestión de edad

Si bien es cierto las mujeres de 50 años registran biológicamente una importante disminución en su producción hormonal que le impacta en el disfrute de su actividad sexual, también es cierto que no es sólo cuestión de hormonas ni de edad.

Son muchas las mujeres entre 35 y 45 años de edad que ya enfrentan importantes limitaciones para conectar con el disfrute de su sexualidad.

Sucede en muchos casos que la mujer cierra la ventana a la sexualidad debido al manejo que hace de las diversas situaciones estresantes que vive en su día a día, especialmente si se encuentra en plena etapa de la consolidación de su relación de pareja, de la conformación de la familia, el nacimiento de los hijos, la autorrealización profesional y académica y su desarrollo individual como persona.

Son diversos retos que enfrenta al mismo tiempo.

Hay quienes, además, enfrentan la enfermedad de un hijo o la responsabilidad de cuidar a sus padres o tienen una sobrecarga laboral por presiones económicas que le llenan de estrés, agobio, frustración y ansiedad, lo cual trae consigo cambios en sus planes o en sus expectativas e, inevitablemente, se “olvidan o apartan” a la pareja y empiezan a considerar la sexualidad como un aspecto de segundo o tercer plano.

Si esta situación se extiende por mucho tiempo, el retorno va a ser más complejo.Si no se toma conciencia sobre esta nueva realidad, podría entrar en el aburrimiento de la pareja y acentuar las adversidades que ya está enfrentado.

Por lo cual, ha llegado el momento de conversar honestamente con la pareja y con un especialista sobre la situación, de manera que comience desde ya a recibir la ayuda y el acompañamiento que necesita.

Comprender la dinámica de los 50 y buscar el reencuadre mental y emocional

Mientras la mujer experimenta todo este tránsito su pareja cada noche o eventualmente la sigue buscando en su intimidad, pero no la encuentra, lo que da origen a frustraciones mayores, tristezas, frustración, culpa o resentimiento hacia el otro, debido a que podría percibir que no es querido, no es valorado o no es importante para la otra persona.

La invitación es a transitar esta experiencia como una etapa más para la cual podemos entrenarnos.

La clave es: comunicación, conversar amorosamente con la pareja sobre lo que ocurre y siente:

1. Si la mujer ha llegado a sus 50 años, experimenta los efectos de la menopausia, los cuales traen cambios biológicos, como una disminución significativa de la producción de hormonas que alteran la funcionalidad biológica del cuerpo y con ella la percepción sobre la sexualidad.

2. Aparece la tan temida disminución o pérdida del deseo sexual, en muchos casos por una disminución de la producción de hormonas, como los andrógenos que ocurre tras la menopausia.

3. No solo aparece la disminución del deseo sexual (ya dijimos que no es propio de la etapa de menopausia, puede ocurrir antes y por diversas razones sistémicas) también hace acto de presencia el dolor coital o dispareunia, lo cual lleva a la mujer a evadir cualquier acercamiento para evitar encuentros sexuales.

4. También aparece la disminución de la lubricación de la mucosa lo cual podría provocar lesiones por roce y también aumentar el riesgo de posibles infecciones.

Si somos sinceras, nos daremos cuenta que en la mayoría de los casos, no conversamos sobre esto, ni con nuestra pareja, ni con nuestro ginecólogo y mucho menos con el psicólogo o sexólogo. haciendo que ambos se llenen de ideas y percepciones falsas, como, por ejemplo; ya no me quiere, no le hago feliz, no sirvo para complacerle, no le importo, etc.

¡La sexualidad a los 50 se vive diferente y sigue siendo placentera, atrévete!

Yamilet Pinto

Psicoterapeuta/Life Coach

@yamiletpinto

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