¿Y si Cambio? La educación financiera de los niños y el valor del dinero
Cuando pensamos en lo que queremos enseñar a nuestros niños y ayudarlos a prepararse para el futuro, podemos sentir que algunos conceptos pertenecen al mundo de los adultos, entonces los dejamos de lado y nos quedamos sólo con lo que pertenece a su mundo infantil.
Esto tiene mucho sentido porque no conviene quemar etapas y lo mejor es permitir que disfruten de su mundo.
Por otro lado, es evidente que la precocidad de las nuevas generaciones es un potencial que les permite adaptarse ingeniosa y rápidamente al vertiginoso mundo de hoy, lo cual es significativamente diferente a sus generaciones anteriores, incluyendo la nuestra.
En esta realidad, aparece un concepto que se suma al reto de preparar a nuestros hijos para el futuro: “La educación financiera y el manejo del dinero”.
No es un secreto que la carencia de educación financiera ha representado una limitante en el mejor aprovechamiento de recursos económicos en jóvenes adultos, que ven sus sueños de prosperidad y riqueza truncados por creencias, hábitos y patrones que van en perjuicio de su bienestar y calidad de vida.
Enseñar o no enseñar el manejo de las finanzas
Educar a los niños en finanzas personales pareciera ser inadecuado, por las tantas creencias que alrededor del dinero se han creado. Sin embargo, no nos hemos detenido a pensar en los diversos riesgos que se corren cuando damos el paso o cuando dejamos de hacerlo.
Por un lado, privarlos de un conocimiento que sabemos es beneficioso para su desarrollo, por el miedo a que no sepan manejarlo o, más aún, porque nosotros no sepamos manejarlo con ellos los lleva a navegar a la deriva en medio de turbulentas aguas.
Sin duda, lo que no le enseñamos nosotros, lo aprenderán fuera de nuestro control y de nuestra guía.
Influye en este aprendizaje, el ambiente social, el intercambio con sus pares, el roce con otras personas y lo que reciban de las redes sociales. Queramos o no, ellos al igual que nosotros, están inmersos en una realidad de la cual no podemos mantenerlos aislados.
Sabemos que en el entorno se maneja mucha información tergiversada sobre el dinero que les siembra creencias que limitan su buena relación con esta energía productiva:
· Que se puede conseguir fácilmente.
· Que hay que hacer mucho sacrificio para merecerlo.
· Que la gente que lo tiene ha sido por acciones deshonestas.
· Que la gente honesta se quedará pobre.
Y así un sinfín de paradigmas que siembran miedo y temor de tenerlo o de no tenerlo. Lo que nos lleva a concluir que hay mucha información, pero poca formación.
Por otro lado, ofrecer una educación financiera a los niños sin prepararnos para ello, transfiriendo los miedos y confusiones que posiblemente albergamos sobre las finanzas y el dinero, dificultará tener una adecuada percepción del dinero y sus beneficios.
De allí aprendizajes como la mentalidad de escasez, la propensión al consumismo, la dificultad para planificar o priorizar, el miedo a los riesgos, entre otros.
Aquí es importante recordar la enseñanza de Don Miguel Ángel Cornejo: “El ejemplo es la única manera de enseñar valores”, por lo que estamos comprometidos en hacer de esta nuestra tarea diaria.
Un niño con educación financiera aprende a ser más responsable en el futuro
Realmente tenemos una inmensurable oportunidad para ofrecerle a nuestros niños la formación que les permita prepararse para ser jóvenes y adultos responsables y conscientes respecto a sus finanzas y el manejo del dinero, por supuesto, siempre adaptándola a su nivel y de acuerdo a sus necesidades.
¿Te imaginas cómo sería el futuro de tu hijo si desde niño contara con educación financiera? Rompamos las barreras del miedo y enseñémosle:
· El valor del dinero, a través del uso del dinero físico podemos mostrarles que lo más importante no son los billetes, sino lo que podemos adquirir con ellos, porque es diferente el precio al valor de las cosas. Recordemos a Warren Buffet: “El precio es lo que paga. El Valor es lo que recibe.”, esto les puede enseñar la importancia de planificar y dar buen uso al dinero. Por ejemplo, explicarles que es importante apagar siempre la luz o no malgastar el agua para ahorrar en casa.
· Que el dinero es fruto del esfuerzo: Que ganarlo es tan importante como merecerlo, explicándoles que el dinero se gana con esfuerzo y compromiso.
· Que el dinero no es ilimitado y que debemos hacer buen uso de él, priorizando entre lo que necesitamos y lo que queremos, porque a veces estos coinciden y otras veces no. Una forma de enseñarles esto es llevarlos al supermercado y mostrarles el dinero que tenemos al entrar y el que queda al salir. Esto les ayudará a entender todo lo que se ha gastado en las cosas que necesitan y quieren.
· La importancia del ahorro, lo cual les ayudará a prepararse para lo que necesitan y quieren. Podemos dividir el dinero que reciben en dos partes: Una para gastar y otra para ahorrar. Esto les puede motivar a definir objetivos de ahorro específicos y realistas.
Definitivamente, perder el miedo y educar a los más pequeños para que puedan ser jóvenes y adultos responsables en el futuro con sus finanzas y el manejo del dinero les abrirá oportunidades de para gozar de una vida llena de calidad y bienestar.
¡La educación financiera comienza en casa!
Yamilet Pinto
Psicóloga
@yamiletpinto
yamipinto@gmail.com
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