Opinión

¿Y si Cambio? Fortalecer la fe como pilar del bienestar psicoemocional

Algunos insistimos en que tenemos una fe inquebrantable, sin embargo, dudamos cuando las circunstancias nos golpean. Y es justo cuando nos preguntamos ¿Qué es la fe?
sábado, 10 agosto 2024

“Es, pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Hebreos, 11.1.

Siendo esto la Fe, me pregunto: ¿Realmente tenemos fe? ¿Qué pasa con nuestra fe, con esa certeza de lo que no se ve, cuando nos pasan cosas horribles, como la pérdida de algo o alguien, de un familiar, de un hijo, una madre, un padre, un trabajo, la salud o una relación?

Algunos insistimos en que tenemos una fe inquebrantable, sin embargo, dudamos cuando las circunstancias nos golpean. Y es justo cuando nos preguntamos ¿Qué es la fe?

Pero, lo hacemos buscando una respuesta lógica, racional y objetiva que explique a ciencia cierta lo que es, obviamente esta respuesta no es fácil de encontrar, sin embargo, está comprobado que la fe es una fuerza poderosa en la vida de las personas y quienes la experimentan la consideran una importante fuente de apoyo en momentos complejos.

Mitos sobre la Fe

Alrededor de la fe se han concebido diversas creencias que de alguna manera han tergiversado su verdadero significado, entre ellos podemos mencionar que la Fe es:

· Pensar en positivo, mantener el optimismo y el ánimo en todo momento, cuando en realidad es contar con la certeza que como es, es.

· Algo que se siente, cuando en realidad es algo que se cree y se sabe.

· Algo irracional, cuando en verdad se trata de un mutuo enriquecimiento entre la fe y el entendimiento.

· Una religión o dogma con la que se comulga, cuando en realidad tener fe no significa necesariamente ser religioso.

Resulta muy oportuno mencionar la relación entre la razón y la fe, como un asunto filosófico que ha inquietado a la humanidad desde siempre.

Por años, hemos querido entender el asunto de la fe desde la razón, la mente, el pensamiento, el análisis y hasta queremos un concepto que diga, la fe es… y no lo hemos encontrado.

Es oportuno entender que la fe está más allá de lo personal. Diríamos que es un asunto transpersonal, supraracional, es decir está por encima de la razón y está más allá de la filosofía.

Santo Tomás de Aquino en sus escritos sobre la fe y la razón, encuentros entre la filosofía y la teología, rechazó la teoría de una doble verdad, “según la cual habría una verdad para la teología y una verdad para la filosofía, independientes una de otra, y cada una con su propio ámbito de aplicación y de conocimiento.

“La verdad de la razón puede coincidir con la verdad de la fe, o no”.

Él insistió en la existencia de una única verdad, que puede ser conocida desde la razón y desde la fe. En este sentido, la filosofía se encarga del conocimiento de las verdades que pueden ser alcanzadas por la razón y la teología se encarga de los conocimientos de las verdades que sólo pueden ser obtenidas mediante la luz de la revelación divina.

La fe mueve las montañas de la mente

Quienes queremos fortalecer nuestra fe podemos leer la Epístola de los Hebreos, 11 el cual es conocido como el capítulo de la Fe. En él se describe cómo, gracias al poder de la fe que tenían los Siervos de Dios, se lograron milagros y obras divinas.

Este capítulo resulta ser muy inspirador y nos invita a fortalecer nuestra fe en cualquier momento de la vida.

Desde el punto de vista psicológico, la fe nos proporciona esperanzas en medio de las dificultades, permitiéndonos vivir con sentido el dolor y hacernos preguntas sobre cómo podemos y queremos transitar la adversidad.

Podemos, por ejemplo, CREER, entregándonos a la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. Es decir, trasponer la certeza sobre algo que no se ve.

Te preguntarás ¿cómo tener certeza en algo que no se ve, cuando ésta descansa en la evidencia? Allí está el secreto de la fe, ancla una relación personal con algo divino, y cuando esto sucede, se le regala al alma contención y paz, lo que permite pasar la crisis con menos angustia.

No hay una fórmula mágica para aumentar la fe, lo que sí podemos hacer es:

1. Generar espacios de reflexión, para entender mejor los misterios de la vida.

2. Integrar el dolor como parte de la experiencia de vida.

3. Fomentarla con la oración, la meditación, la contemplación, la gratitud, el sentido de merecimiento y bendición que recibimos todos los días. Independientemente de las circunstancias que estemos viviendo en cualquier plano de nuestra vida.

4. Creer con certeza en aquello que aún no es evidente. Desapegando la razón.

5. Vivir el acto de creer como la expresión de nuestra divinidad humana.

Definitivamente, La fe, en todas sus formas, puede ser un pilar fundamental para una vida más plena, saludable y significativa

Yamilet Pinto

Psicóloga

@yamiletpinto

yamipinto@gmail.com

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