¿Y si Cambio? Estate quieto, la paz está dentro de ti
Encontrar, sentir y mantener el estado de paz interior ha sido una necesidad del ser humano desde tiempos ancestrales y aunque las enseñanzas espirituales nos dicen que la paz habita en nosotros, que es nuestro derecho de nacimiento, que es un estado natural de nuestro Ser, estar en paz, vivir en paz, experimentar la paz parece imposible o cuando menos, muy difícil.
Incluso hay quienes no pueden escuchar la frase “Descansa en paz” porque de inmediato la relaciona con la muerte, como si sólo podremos estar en paz cuando abandonemos este cuerpo; y resulta que esto no es verdad, la paz está en este momento presente, en el aquí y el ahora, en este Instante Santo. ¿Qué nos impide experimentarla?
Vivir la experiencia tal como es
El proceso de evitar el dolor, la incomodidad o resistirnos al cambio, lleva implícito la resistencia a vivir la experiencia tal como está sucediendo ahora, sea la que sea.
Quizás nos hemos identificado más con las experiencias de placer y esas nos agradan y quisiéramos conservarlas, pero ya pertenecen al pasado; igual sucede con experiencias desagradables, las cuales deseamos que nunca hubiesen ocurrido, pero realmente sucedieron y también pertenecen al pasado.
Justo ahora estamos viviendo otra experiencia, la cual estamos llamados a disfrutar, transitar y vivir tal cual es. Esta experiencia que está viniendo a nosotros ahora es lo que debe estar sucediendo y sabemos que eso es verdad, porque está sucediendo. Así de simple. Desear que se diferentes es una distracción.
De manera que la salida a este laberinto es: poner atención, ya que todo lo que experimentamos es conciencia pura.
Poner atención es la clave
Nuestra mente divaga y se pierde en nuestros pensamientos diariamente, eso no tiene nada de malo, porque la función de la mente es pensar. Pensamos en lo que vamos a hacer más tarde o en lo que hicimos ayer.
Nos contamos historias que nos creemos como si fueran reales. Los pensamientos automáticos vienen uno tras otro y a veces nos resistimos a esos pensamientos. La pregunta es ¿en qué estas pensando ahora? ¿Cuándo piensas ese pensamiento qué otros pensamientos se derivan? ¿y cuando piensas en los pensamientos que se derivan qué otros pensamientos surgen?
Si siguiéramos haciendo esta pregunta nos daríamos cuenta que la cadena de pensamientos automáticos es muy larga y pareciera no tener fin.
¿Qué pasaría si justo ahora nos detenemos y le prestamos atención a lo que estamos pensando ahora? ¿sabías que cuando llevas tu atención al pensamiento, éste se diluye? Cuando el pensamiento se diluye comenzamos a vivir la experiencia y la aceptamos y recibimos tal cual ésta es.
La clave es comenzar a poner atención a cada parte de la experiencia que estamos viviendo justo ahora. No lo que pasó ayer ni lo que pasará mañana, que por cierto no lo sabemos y nadie lo sabe.
Cuando estamos viviendo una experiencia, los pensamientos nos quieren distraer de lo que se nos está presentando. Su intención es distraernos de lo estamos viviendo, bien para evitar el dolor, evitar aquello que en este momento no nos gusta o lo que podría venir en el futuro que creemos no nos va a gustar.
Toda esta cadena de pensamientos, rompe con nuestro bienestar y con nuestra experiencia de vivir, porque buscamos constantemente vivir otra experiencia, diferente a la que estamos viviendo ahora y eso, obviamente, elimina la magia del momento presente. Así que cualquier cosa que estemos haciendo ahorita, pongamos atención a ello.
Si nos permitimos estar presente donde estamos, así sea por un momento y colocar nuestra atención en el aquí y en el ahora, aceptando la experiencia tal cual es, seremos capaces de soltar cualquier juicio que estemos haciendo de la experiencia y podremos alcanzar estados donde ya no será necesario evitar o tratar de evitar nada de lo que está sucediendo.
Estate quieto y suelta el control
Si queremos experimentar quietud en medio de las circunstancias es determinante hacernos a un lado y soltar el control. Esta orden, la mente no la entiende, porque está acostumbrada a pensar y juzgar las cosas según su propio juicio, lo cual la convierte en la fuente de todos los conflictos, los problemas, las diferencias, los pareceres y el “deber ser”.
Nuestra tendencia a querer saber qué y por qué sucede lo que esta sucediendo o a querer saber hacia dónde me lleva o cuándo terminará esto, me sumerge en el dolor, la frustración y la rabia. Si sólo depositáramos nuestra atención en vivir la experiencia tal como es, manteniéndonos en nuestra conciencia plena, podremos conectar con nuestra paz interior y experimentar algo distinto, que ni siquiera podemos imaginar.
¡Soltemos el control! ¡Hagámonos a un lado! Allí hay paz. La cual podemos lograr con prácticas meditativas o enseñanzas espirituales.
¿Nos atreveríamos a vivir el momento, vivir la experiencia, tal cual es?¿Podríamos darnos cuenta que estamos viviendo en medio de un milagro?¿Podemos desarrollar el hábito de observar cada uno de esos pensamientos que nos sacan de la experiencia del momento presente? ¿Si todos los problemas están en la mente, podríamos llevar la atención a la experiencia sin juzgarla ni como buena ni como mala? ¿Podríamos ver amor en lugar de esto?
Cada respuesta nos ayudara a trascender al pequeño yo que creó cada uno de los problemas, conflictos o juicios y la atención plena nos ayudara a disolverlos para vivir en quitud, amor y plenitud.
¡Estate quieto, la paz está dentro de ti!
Yamilet Pinto
Psicoterapeuta/Life Coach
@yamiletpinto
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