Opinión

¿Y si Cambio? El culto a la delgadez y la autoestima de las adolescentes

Por ejemplo, en el afecto el amar y sentirse amada es de suma importancia, así como el disfrute de la compañía y relaciones sociales.
Yamilet PINTO
sábado, 30 enero 2021

El trance de las adolescentes, desde el punto de vista psicológico, es muy complejo. Durante esta etapa de su desarrollo, las adolescentes, van desarrollando su capacidad de intimidad, afecto, rabia y temor, por lo que se hace necesario conocer qué siente nuestra adolescente, qué piensa, cómo se percibe y expresa externamente.

Estas dimensiones de su desarrollo emocional se manifiestan de diversas maneras.

Por ejemplo, en el afecto el amar y sentirse amada es de suma importancia, así como el disfrute de la compañía y relaciones sociales; la rabia es el recurso que utilizan para hacer valer sus derechos, exigencias y reaccionar a las burlas y humillaciones de la que son objeto, como los regaños, el bullying, el sarcasmo, el hostigamiento, la descalificación y las tan negativas comparaciones.

Por su parte, el temor de las adolescentes se centra en miedo a hacer el ridículo, a no ser aceptadas como son, a no ser suficiente, fracasar, que su familia sufra, a la soledad y a la obscuridad.

Ambos padres y las personas que representen un significado para la adolescente, como las abuelas, tías y hermanas necesitan psicoeducarse para apoyar a estas hermosas chicas que están en pleno proceso de desarrollo y requieren sentirse seguras y en confianza.

La autoestima de la adolescente

Tanto cómo se desenvuelve el desarrollo psicoemocional de la adolescente, así mismo se mueve su autoestima. Está en busca de su propia y firme identidad, por lo tanto, entra en un proceso de autoconocimiento de sus habilidades, de sus talentos y requiere sentirse valiosa como persona.

Durante este proceso pasa por una fuerte presión social, no sólo de la familia sino también de sus pares, que es la que más impacta en su seguridad y confianza.

Es necesario mencionar otras circunstancias que afectan el natural proceso de desarrollo psicoemocional de las adolescentes y que pueden afectar su autoestima, como por ejemplo una migración, un divorcio o un duelo, procesos donde se pone a prueba una vez más su nivel de importancia y pertenencia, que impacta en la confianza, seguridad y autoaceptación de sí misma.

Igualmente, los cambios físicos provocados por los diversos procesos endocrinos, y sus relaciones con los demás, influyen en una positiva o negativa autopercepción de su imagen.

Están muy pendientes de la distribución y armonía de su cuerpo, de su peso, su estatura, su rostro, su cabello y piernas definen gran parte de su estado emocional hacia sí mismas.

Deseando ser respetada y aceptada por los demás. Cuando la adolescente cuenta con una positiva y alta autoestima, demuestra una elevada creatividad en lo que hace, por lo que recibe aceptación y estímulo por sus acciones, lo cual la fortalece aún más, alcanzando un ciclo virtuoso que la empodera.

Al contrario, cuando se siente cuestionada, criticada, irrespetada, poco importante, comparada, maltratada, abandonada, rechazada, humillada, burlada, abusada sexual o emocionalmente siente un gran miedo a actuar, se paraliza por temor a cometer errores, convirtiéndose en una perfeccionista obsesiva, calla sus emociones y sentimientos y, eventualmente, explota de manera agresiva, depresiva u obsesiva.

Autoestima y estereotipo de delgadez

Uno de los cambios que afectan determinantemente a las adolescentes es el proceso endocrino. El ajuste hormonal que se gesta durante esta etapa se manifiesta de diversas maneras, tanto en lo emocional, como en lo físico, afectando significativamente su peso.

En muchos casos con la presencia de obesidad, lo cual afecta de manera importante la autoestima de las jóvenes. Es importante mencionar también que la estructura ósea, el prototipo de mujer y la herencia genética juega un papel muy importante en la armonía y contextura del cuerpo, algo con lo que las adolescentes también se ven obligadas a luchar sin poder cambiar, llevándolas en muchos casos a rechazar su propia imagen, origen y raza, porque son de “piernas gruesas”.

El punto no es que se vivan estos cambios, lo determinante es cómo la intensa promoción de un ideal estético femenino, impulsada por las redes sociales y otros medios de comunicación, ejercen una intensa y profunda presión para que las chicas sean delgadas, lo cual inevitablemente, les contribuyen a tener baja autoestima y depresión, sintiendo que no encajan y no pueden ser parte de ese ideal de belleza, sufriendo interna y externamente, tanto por no poder lograr verse “bien” como por las burlas y bullying que reciben de su familia o de sus pares. Muchas de ellas desarrollan problemas de salud y desórdenes alimenticios como la bulimia o la anorexia.

Esta realidad se vive cada vez en edades más tempranas. Estamos llevando a nuestras niñas a un sufrimiento inmerecido, injusto e implacable. Su sufrimiento va por dentro, algunas buscan compensar “portándose bien” para ser queridas y aceptadas, pero igual se sienten rechazadas cuando vuelve la burla y la humillación, entrando ahora en un círculo vicioso de no aceptación, lucha y rechazo a su propia identidad.

¡Detengamos este culto a la delgadez y guiemos conscientemente a nuestras hijas adolescentes, amándolas y aceptándolas!

Yamilet Pinto

Psicoterapeuta/Life Coach

@yamiletpinto

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