¿Y si Cambio? Comprender a una persona deprimida
El 13 de enero es el Día Mundial de la lucha contra la depresión y representa una oportunidad para reiterar que esta enfermedad requiere de atención, compasión y comprensión por parte de la familia, los amigos y la sociedad en general, quienes tienen un papel importante en la superación de esta enfermedad.
Una persona deprimida, aparte de luchar con su estado de ánimo, sus pensamientos y su desgano, tiene también que pasar por la angustia de querer responderles a sus allegados de una manera que los satisfaga, pero no sabe cómo lograr eso, simplemente porque ni siquiera sabe cómo lidiar con lo que le pasa. Por su parte la familia y los amigos, quieren ayudar, pero también desconocen cómo, de manera que se necesita psicoeducación en ambos sectores para juntos afrontar y resolver la situación.
La gente se deprime, aunque no lo diga
Si hay algo que cuesta reconocer es que se atraviesa por una depresión. Esto es así porque muchas personas temen ser rechazadas, criticadas, etiquetadas y estigmatizadas por el solo hecho de sufrir depresión, por lo tanto, guardan silencio y cuando ya es evidente, el cuadro ha avanzado significativamente.
Lo importante es saber que la depresión es un padecimiento más común de lo que cualquiera de nosotros pueda imaginar, que puede ocurrirle a niños, adolescentes, jóvenes estudiantes o profesionales y a adultos mayores. No discrimina estatus social ni económico, tampoco sexo, aunque las investigaciones indican que es mas frecuente en las mujeres.
Hay creencias que lejos de contribuir a sanar, agudizan el cuadro depresivo de quien lo padece. Como, por ejemplo, el hecho de que una persona esté deprimida, significa que:
· Está loca (o).
· Es débil, porque todo le afecta.
· Es delicado, porque todo le molesta.
· Es vulnerable, porque llora por todo.
· Es exagerada, dramática o manipuladora y lo que busca es llamar la atención.
· Es aburrida, porque no le anima hacer nada.
· Es rompe grupo, “nube negra” o asocial, porque cuando habla sólo expresa de manera magnificada y negativa lo que ve o siente u echa a perder el momento.
· No tiene suficiente voluntad y no pone de su parte para salir del estado depresivo en el que se encuentra.
Todas estas creencias no hacen si no hacer sentir peor a quien está deprimido, ninguna de ellas aporta bienestar ni contribuyen a la solución. Sin embargo, se entiende que la intención de la familia y amigos es animar, motivar y ayudar a sanar a su ser querido, pero no saben cómo hacerlo. En este sentido, es determinante evitar esas frases, ya que cada vez que una persona deprimida escucha este tipo de expresiones:
· Se siente más sola e incomprendida, porque percibe que no entienden lo que le pasa.
· Se aísla, porque siente que no encaja en ningún ambiente.
· Se calla, porque cree que si dice lo que siente y piensa la van a criticar otra vez.
· Se asusta por sus frecuentes, negativos y persistentes pensamientos irracionales.
· Se frustra porque no quiere sentirse así y no sabe cómo salir de ese cuadro.
· Se agota, porque no duerme bien ni sabe cómo hacer que su mente se detenga
de tanta negatividad.
· Se enoja porque se ve obligada a hacer cosas que no quiere hacer, estar en lugares donde no quiere estar y/o compartir con personas con quien no quiere compartir, simulando una alegría que no existe.
· Se confunde y cuestiona por no hacer lo correcto.
· Se plantea buscar soluciones más drásticas e impulsivas.
· Se siente culpable de hacerle daño a su familia, pareja e hijos.
· Se siente molesta por estar molesta.
Sin duda, esto es un reflejo de que ambas partes se sienten mal, están desorientadas y por lo tanto es prioritario y urgente buscar ayuda profesional especializada que les permita procesar, gestionar. enfrentar y sanar la depresión.
La guía que faltaba
Ahora que se entiende lo que pasa en ambas partes, hay que tomar acciones concretas y directas que contribuyan a sanar. Soltar el paradigma de que el paciente “tiene que ser fuerte y poner de su parte” y en lugar de ello:
· Aceptar que el paciente está deprimido y que eso no es motivo de vergüenza o culpa.
· Derribar mitos sobre lo que significa la depresión, para poder apoyarle de manera funcional y operativa.
· Ayudarle y acompañarle al psicólogo o al psiquiatra, según sea el caso.
· Escucharle con atención, compasión, paciencia, flexibilidad y apertura.
· Entender su punto de vista y plantear otras opciones a través de preguntas y perspectivas más realista de las cosas, sin emitir juicios.
· Explorar recursos internos que haya utilizado en otras experiencias difíciles y que le hayan ayudado para salir de ellas.
· Evitar las críticas y etiquetas.
· Cuidar lo que se dice con respecto a la depresión y/o la forma de abordarlo.
· Calibrar emociones y estar atento a las señales que transmitan algún riesgo a la vida.
· Ser incondicional en lo afectivo, económico, emocional y mental.
Nadie tiene la varita mágica para solucionar todos los problemas de salud mental, pero con un poco de paciencia, conocimiento, resiliencia y compasión se contribuirá al bienestar y la sanación de la persona deprimida. ¡No dejes de ayudar!
Yamiilet Pinto
Psicologa
FPV 16.092
@yamiletpinto
yamipinto@gmail.com
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