¿Y si Cambio? Claves para afrontar la pornografía infantil en familia
Cada vez es mayor el número de familias que enfrenta con sorpresa y mucha preocupación la entrada de la pornografía infantil en sus hogares, así como la edad en la que se enfrenta este fenómeno es cada vez es más temprana.
Organizaciones como Save The Children han realizado estudios que demuestran cómo y cuánto ha aumentado el contacto de los niños desde los 8 años de edad con material de contenido no apropiado a su edad.
Esta organización, cuyo propósito es defender los derechos de la infancia en todo el mundo en su más reciente informe mencionan datos que son importante tener en cuenta para la orientación sobre educación sexual en la familia.
Conociendo los tipos de intercambio de contenido sexual entre niños y adolescentes
En el informe “(Des)información sexual: pornografía y adolescencia”de Save The Children publicado en junio 2020, se destaca que “Más de la mitad de los y las adolescentes que ven contenidos pornográficos se inspiran en ellos para sus propias experiencias y el 30 % reconoce que es su única fuente de información sobre sexualidad”, además sitúa en 8 años la edad media en la que los menores empiezan a consumir este tipo de contenidos.
El tipo de intercambio de contenido sexual que usan son:
1. Recepción, anónima o no, de imágenes sexuales no solicitadas. Las chicas son quienes hacen más referencia a la recepción de este tipo de contenido.
2. Sexting, compartir fotos propias en las redes, no sólo en la intimidad, con un contenido sugerente y sexual que replica patrones de la pornografía. Esta modalidad es mucho más demandada por los chicos y más producida por las chicas, quienes sufren un mayor castigo social cuando estas imágenes se escapan del entorno íntimo.
3. El envío de stickers, gifs, memes o enlaces pornográficos. Esta nueva modalidad muestra la rápida capacidad de la pornografía de adaptarse a las tecnologías.
Se realiza principalmente a través de la mensajería instantánea, por parte de chicos que comparten activamente estos contenidos, y más a menudo en grupos formados sólo por ellos.
Principales causas del auge pornográfico en la infancia ya adolescencia
Son diversas, la primera de ellas es la carencia de educación afectivo-sexual, producto del tabú que persiste en los padres para hablar de la sexualidad con los niños y adolescentes.
En muchos casos este silencio se extiende entre los maestros, por lo ellos toman como opción de educación sexual a las TRIC (internet, redes sociales, etc.) convirtiéndolos en sus “educadores o consultorios sexuales”.
En segundo lugar, el acceso más temprano de los niños a la tecnología a través del uso de dispositivos como tablets o teléfonos celulares.
En tercer lugar, el aumento indiscriminado del número de horas que pasan los niños usando internet y las redes sociales, sin orientación, reglas ni límites, lo cual inevitablemente aumenta el consumo de materiales pornográficos.
En cuarto lugar, el auge de la «nueva pornografía» accesible, ilimitada (tanto en contenido como en tipo de prácticas), anónima e interactiva de pornografía.
Esta es una industria que se actualiza tecnológica y estratégicamente para lograr sus fines.
Claves para que los niños y adolescentes puedan crear criterio y autorespeto por su cuerpo
Proteger a los hijos es un deber de los padres, para ello necesitamos comprender su realidad, por lo tanto, debemos:
1. Conversar con ellos y averiguar qué les ocurre, qué necesitan y qué quieren. Sin prejuzgarlos ni subestimarlos.
2. Dedicar más tiempo a estar presentes en sus vidas, padres y madres, juntos o divorciados.
3. Comenzar educación sexual toda la familia, con sabiduría y conciencia. No podemos dejar la responsabilidad a las redes sociales, grupos de amigos o internet. Ellos no forman criterios ni educan. Está comprobado que la educación sexual forma para la toma de decisiones responsables y les ayudará en el futuro a identificar situaciones de riesgo, identificar conductas o situaciones de abuso, violencia o discriminación.
4. Fortalecer su autoestima, especialmente cuando se presente alguna situación adversa, que puedan sentir la absoluta confianza de contarlo sin correr el riesgo de ser castigados, vejados o humillados, tanto física como emocionalmente.
5. Ofrecer orientación adaptada a su edad y conocimiento. Para eso tienes que saber qué y cuánto saben, conversando y escuchándolos con “cara de póker”, sin asombros, para crear confianza.
6. Enfrentar el tema de la pornografía. Ya no puedes hacer como si no existiera.
7. Aplicar controles parentales.
8. Si descubres que ya han hecho uso de material pornográfico, accidental o intencionadamente, escucha y comprende cómo ha sucedido, y explícale asertivamente, sin gritos ni maltratos, por qué la pornografía es algo perjudicial, y cómo evitarla en el futuro.
9. Recuerda que cuando los niños que han visto intencionalmente material pornográfico, son descubiertos podrían reaccionar con ansiedad, vergüenza, miedo, tristeza, o una combinación de todas estas emociones.
La tarea es ayudarlos ir más allá de esos sentimientos de culpa y vergüenza, y orientarlos para evitar este tipo de comportamientos en el futuro.
Somos los padres quienes tenemos la responsabilidad de cuidar y proteger a nuestros hijos, hagamos valer ese derecho con amor.
Yamilet Pinto
Psicoterapeuta/Life Coach
@yamiletpinto
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