¿Y si Cambio? Ante más cambios, más inteligencia emocional
Estamos en tiempos muy exigentes en materia emocional. La vida nos trae retos nuevos todos los días y según nuestra percepción éstos pueden ser grandes y difíciles o simples y sencillos de manejar.
El punto es que ante cualquier percepción que tengamos, igual necesitamos inteligencia emocional para manejarnos frente a ellos.Después de más de sesenta días en casa, sin vivir “nuestra vida normal” se habla del regreso paulatino a la cotidianidad, al trabajo, a los centros comerciales, a los parques, a las fiestas, al estadium y me pregunto ¿Será que el mundo volverá a funcionar como antes?
No dudo que muchos tengan esta expectativa y piensen, consciente o inconscientemente, que volveremos a nuestra “vieja normalidad” y la verdad es que no será así.
Actualmente psicólogos, docentes, ambientalistas, mercadólogos y sociólogos hablan del “nuevo normal”, es decir cómo nuestra vida tendrá nuevos hábitos, nuevos comportamientos y nuevas formas de relacionarnos, tendremos nuevos protocolos para ello, para salir y compartir, para estudiar y trabajar, vender o comprar, para relacionarnos con la naturaleza y con nuestro entorno.
Es sumamente importante que entendamos que la vida cambió, el mundo cambió y quien no se adapte rápidamente a la “nueva normalidad”, no podrá seguir adelante, de manera efectiva, con sus proyectos personales, familiares, académicos o empresariales, vivirá momentos de mucha frustración, impotencia y rabia, que inevitablemente podrían afectar su salud, sus relaciones y sus resultados.
Es por ello que necesitamos más inteligencia emocional y más conciencia de que ésta sí importa al momento de enfrentar intempestivos y vertiginosos cambios como los que estamos viviendo.
Rompiendo paradigmas todos los días
Sé que adaptarnos fácilmente a los cambios tan radicales que estamos viviendo no es una tarea del todo sencilla, más cuando nuestras expectativas son diferentes a lo que ocurre cada día.
Es probable que algunos no hayamos identificado aún los cambios tan importantes que se están generando en nuestra forma de pensar, de comportarnos y relacionarnos.
Algunos de esos cambios son temporales, pero otros posiblemente se conviertan en permanentes y entonces los veamos como normales, un ejemplo de ello es el estudio o trabajo digital ¿Cuántas personas antes del coronavirus creía “imposible” estudiar o trabajar de manera remota? ¿Cuántas desprestigiaban esta modalidad? y resulta que la “nueva normalidad” se convirtió en la única manera de sortear la nueva situación y salir adelante en nuestra formación académica y laboral.
Es probable que este cambio no sea permanente en todos los niveles, pero ya sabemos que se puede hacer de una forma diferente con excelentes resultados, lo cual amerita por supuesto un cambio radical y total en nuestra forma de comportarnos actuar y gestionar procesos internos y externos.
Romper paradigmas es fuerte para quienes nos cerramos a mirar más allá de nuestras creencias, pensamientos y costumbres y no estoy hablando de radicalidad.
Si seguimos con el ejemplo de estudiar vía on line (una nueva normalidad), es determinante saber que este cambio trae consigo nuevos retos que implican ajustes sociales, académicos, tecnológicos, económicos y por supuesto emocionales, para garantizar una fluidez en el nuevo proceso.
Probablemente no todas las carreras puedan estudiarse, en este momento, a través de esta modalidad, pero igual hay que seguir ahondando en nuevas posibilidades cada vez.
Abrirnos al cambio constante nos ayudará a lograr nuestros resultados cada vez que se nos presente una adversidad.
La inteligencia emocional sí importa
Los cambios en la educación son apenas uno de los tantos en la “nueva normalidad”. Se avecinan cambios en términos económicos también, así como efectos psicológicos que se manifiestan a largo plazo, por lo tanto, estar consciente de ellos nos ayudará a enfrentarlos efectivamente.
Es necesario desarrollarnos interiormente, cultivar nuestra resiliencia, nuestra serenidad, nuestra creatividad y nuestro ingenio para lograr el balance emocional que requiere nuestro nuevo de estilo de vida, donde la paciencia, la tolerancia y la empatía tendrán que crecerse en cada uno de nosotros ¿cómo nos adaptamos a esta nueva realidad?
1. Comprendiendo y aceptando que sí, el mundo cambió.
2. Adaptarnos a la “nueva normalidad”.
3. Viendo las grandes oportunidades que tenemos para innovar, crear y transformarnos interiormente.
4. Manteniendo el foco en nuestra paz interior y desde allí encontrar las respuestas que necesitamos para tomar decisiones y emprender nuevos caminos.
5. Concienciar que crecemos juntos o morimos todos. Ya no hay espacios para el egoísmo y el individualismo, se impone el sentido de la conducta prosocial, sensibilizándonos por el bienestar del otro, sin dejar de cuidarnos personalmente.
Las habilidades técnicas son importantes, pero sin la habilidad emocional y sin la inteligencia espiritual, de nada o de poco sirven. Tanto si lo crees como si no, la inteligencia emocional, sí importa.
Yamilet Pinto
Psicoterapeuta/Life Coach
@yamiletpinto
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